Elecciones en Perú, una sobreoferta de opciones a la derecha

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Una novedosa extrema derecha sin complejos, una derecha autoritaria y tradicional, otra ultraliberal y varias expresiones de integrismo religioso, conservadurismo social y ortodoxia de mercado compiten -ni juntas, ni revueltas- por la Presidencia de Perú.

De los 18 candidatos a la jefatura de Estado, siete son claramente conservadores o muy conservadores en lo social, en lo político y en lo económico. Otros tres podrían considerarse de centro-derecha, con matices, y dos serían inclasificables postulantes “antisistema” ultranacionalistas, militaristas, antifeministas, xenófobos y poco amigos de la comunidad LGTB.

Además, dos candidatos que se identifican con la izquierda tienen rasgos de un marcado nacionalismo excluyente poco común en posiciones de ese sector político, al menos fuera de Perú.

LARGA NÓMINA

El listado es largo y plagado de matices ideológicos y culturales.

Desde la derecha extrema al centro, los candidatos son: Rafael López Aliaga (ultraderecha), Keiko Fujimori (derecha autoritaria), Rafael Santos (derecha), Hernando de Soto (derecha ultraliberal), Daniel Salaverry (conservadurismo provinciano), César Acuña (derecha populista) y Alberto Beingolea (democracia cristiana).

George Forsyth (centro derecha con aires “modernos”), Julio Guzmán (centro liberal) y Yonhy Lescano (izquierda económica, derecha social) también entrarían en este lado del espectro político.

José Vega (ultranacionalista y xenófobo) y Daniel Urresti (militarismo populista) son de difícil clasificación, pero con rasgos difícilmente conciliables con la izquierda tradicional.

NADA RARO

Estos postulantes compiten entre sí por votos de los mismos caladeros, lo que ha volcado las posiciones hacia la derecha hasta el punto de que el centro moderado queda en los márgenes izquierdos del panorama.

Eso es, sin embargo, “normal” en un país donde tanto el conservadurismo social tradicional y religioso como los “consensos” en defensa del libre mercado son muy potentes.

“No es raro, estas postulaciones son muestra de que el panorama político de Perú está inclinado a la derecha. Las izquierdas son más bien escasas. En general eso responde a que en Perú, desde el fujimorismo, hay un consenso de las elites en favor del libre mercado, respaldado por el crecimiento económico y la reducción de la pobreza en los primeros 15 años de este siglo”, indicó a Efe el analista político Mauricio Zavaleta.

Para este experto en partidos políticos, esta asunción de valores “de derechas” se ve tanto en la existencia de candidatos que claramente expresan su posición como en varios otros “que no lo dicen, pero lo son”.

FRACASO FUJIMORISTA

Esta miríada de candidaturas, que sin duda perjudica sus opciones de pasar a una segunda vuelta electoral al disgregar el voto, refleja, según Zavaleta, el “fracaso” del fujimorismo político, un modelo de derechas que intentó unificar todas estas tendencias en un solo partido.

Particularmente, es el fracaso de Keiko Fujimori, quien en 2016 quedó a un puñado de votos de obtener la presidencia y logró una abrumadora mayoría parlamentaria que luego no supo cómo gestionar.

“El reto autoimpuesto del fujimorismo fue generar un partido de derechas popular, con Keiko como heredera de Alberto Fujimori (1990-2000). El drama ahora es que ella actuó irresponsablemente y desperdició casi todo su capital, y esta gran coalición de derechas se desmoronó”, apuntó el politólogo.

Así, el ala más dura del fujimorismo en sintonía con los elementos más reaccionarios del prácticamente desaparecido Partido Aprista del fallecido Alan García ven una opción en López Aliaga, mientras que “en el sector A/B, más de derechas que de centro, pero de la Lima moderna, promercado y proderechos, encontraron a De Soto”.

“Esos son votos que Keiko no pudo asumir y que permiten pensar que no llegará a segunda vuelta. Y si no pasa, nos olvidaremos del fujimorismo, que quedará convertido en una fuerza menor, irrelevante”, vaticinó.

FENÓMENO ALIAGA

La irrupción de López Aliaga en la contienda, con su mensaje ultraderechista sin complejos, acentúa esta pelea.

Este empresario millonario ultraconservador, del Opus Dei, célibe y “enamorado de la Virgen María”, abiertamente provocador, ocasionalmente antisistema y que abandera un modo “trumpista” de hacer política con un uso muy flexible de la verdad, ha terminado por “romper el guante”.

El candidato subió como la espuma en las encuestas con un discurso hostil, agresivo, populista y que ofrece tanto enemigos a batir como soluciones rápidas a los graves problemas de los peruanos.

Sin embargo, parece también haber tocado techo al no poder penetrar en los sectores populares y haber ofendido a sectores empresariales y conservadores con algunos de sus dichos y acciones.

“Se autoanulan, y en esta elección está muy claro como no pueden crecer porque todos ponen un pie sobre el otro. Eso es un fracaso también de la élite empresarial, comercial y social de la derecha por no facilitar o coordinar para generar un candidato. No tienen un candidato que aglutine y modere”, dijo Zavaleta.

OPCIÓN LESCANO

En esta tesitura, se abren las opciones para que un candidato como Yonhy Lescano, que lidera las encuestas con una posición que bebe tanto de la izquierda como de la derecha conservadora y que parece no ser antipática del todo para nadie.

“No es un candidato progresista, es conservador en lo social y heterodoxo en lo económico. Pero es también una figura que apela a la reivindicación nacional, ‘antiimperialista’ en lenguaje del siglo XX pero en el seno de un partido de centro derecha reformista como Acción Popular”, señaló el analista.

Al tomar de ambas fuentes, como señalan también las encuestas, Lescano sería el ganador en una hipotética segunda vuelta ante cualquier otro rival que ocupe la segunda posición en los comicios generales de este 11 de abril.

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