60% de estudiantes que quieren dejar las clases, le echa las culpas al colegio

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Bogotá, febrero de 2025. El Ministerio de Educación reveló recientemente que 335.000 estudiantes abandonaron el sistema educativo en 2023.

Más allá de una cifra, esto supone una radiografía de las desigualdades y barreras en términos de educación que enfrenta el país, y que en muchos casos parecen insuperables para miles de niños y jóvenes que ven disminuidas sus oportunidades de construir futuro al no poder finalizar su bachillerato.

Las razones detrás de la deserción escolar son complejas y están profundamente enraizadas en la realidad social del país. Factores como la escuela a la que asisten, problemas familiares, territoriales y comunitarios pueden explicar este fenómeno. De acuerdo con la medición de resultados del Programa ESCALA de la Fundación Barco, que promueve la permanencia escolar, de una muestra de 1.605 estudiantes de diferentes municipios rurales del país, el 8% tiene intención de dejar sus estudios.

Al momento de hablar sobre las causas, la Fundación Barco identificó que el 60,7% de ese 8% que ha pensado en desertar, lo ha hecho por temas relacionados con su colegio o institución educativa, el 23,6% por razones relacionadas con la zona donde viven, el 32,9% aduce problemas familiares y el 42,1% temas personales. Si bien, la sumatoria supera el 100%, esto se explica porque hay estudiantes que manifiestan más de una razón para querer abandonar sus estudios.

De quienes han manifestado su intención de dejar los estudios por temas relacionados con el colegio o institución educativa, el 23% asegura que es por los conflictos y la violencia al interior, el 11% porque las instalaciones son desagradables y el 9% por el maltrato que reciben por parte de sus compañeros.

Ahora, de aquellos que aseguran que quieren abandonar sus estudios por la zona donde viven, el 9% afirma que es por los largos recorridos que deben hacer para llegar a su institución educativa, el 7% por un cambio de residencia y el 3% por el miedo que genera la presencia de grupos armados en el territorio.

Finalmente, entre quienes dicen que su motivación para desertar están las razones familiares, el 12% culpa a las peleas al interior de la familia, el 9% afirma que hay problemas económicos en su hogar que le impiden estudiar y el 3% siente una falta de apoyo porque para su círculo es poco importante que estudie.

“Estas cifras reflejan algo que en la Fundación Barco entendimos cuando inició Escala y es que la deserción es multicausal. Debemos analizar cada territorio, cada comunidad y casi que a cada estudiante para poder desarrollar y ejecutar un programa que verdaderamente sea pertinente para estos jóvenes y lograr así que culminen sus estudios y tengan la posibilidad de tener un mejor futuro”, aseguró Alfonso Otoya, director de la Fundación Barco.

En el marco del programa Escala, la Fundación Barco ha trabajado con docentes, estudiantes y padres de familia para identificar las principales causas de la deserción y diseñar estrategias que van más allá del aula. En 2024, se logró que más de 2,600 estudiantes continuaran en el sistema educativo, en parte gracias a un enfoque integral que combina formación docente, talleres con familias y el fortalecimiento de la relación entre las escuelas y las comunidades, disminuyendo desde el año 2017, cuando inició programa, la deserción promedio de los colegios participantes del 17% al 6.8%.

Ante esta situación, la Fundación Barco hace un llamado para atender esta problemática, considerando que la educación no solo es un derecho fundamental, sino también la herramienta más poderosa para romper ciclos de pobreza y construir un país más equitativo. Es urgente que las políticas públicas, el sector privado y las organizaciones sociales unan esfuerzos para garantizar que todos los niños y jóvenes puedan encontrar en la escuela un espacio de desarrollo, aprendizaje y esperanza.