Con producción 100 % colombiana, Lafayette se concentra en la revolución textil sostenible

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Lafayette, empresa textil colombiana, más de 80 años de historia transformando espacios y vidas, es consciente de los desafíos ambientales que enfrenta la industria textil a nivel global.

El objetivo de reafirmar su compromiso con la sostenibilidad, le permite ampliar su portafolio con bases textiles elaboradas a partir de chip de poliéster reciclado de botellas PET, manteniendo la calidad y el alto desempeño técnico, con una huella ambiental sustancialmente menor.

Este desarrollo es fruto de una profunda transformación innovadora y tecnológica en los procesos industriales que desde hace dos décadas adelanta la compañía, y que hoy permite trabajar con material reciclado, cuya tela puede tener un contenido de hilos reciclados que va desde el 17% hasta el 100%, según el uso de la prenda y requisitos de los clientes.

Un tema en auge

Este chip está certificado con GRS (Global Recycled Standard) y RCS (Recycled Claim Standard), lo que garantiza la trazabilidad y producción responsable de la materia prima reciclada, hasta la entrega al cliente con prácticas sociales y ambientales adecuadas.

Este avance, que cada vez tiene mayor auge en la industria textil, se une a otros objetivos alcanzados por la Lafayette:

●        Reducir en un 85% el consumo energético incluyendo este chip reciclado en el proceso textil, en comparación con la producción con poliéster virgen.

●        Disminuir en un 77% las emisiones de dióxido de carbono (CO₂), cuidando así el medioambiente.

●        Cumplir con la certificación Oeko-Tex, que garantiza productos seguros para el usuario, una vez el textil entra en contacto con la piel.

Estos resultados se traducen en textiles más responsables desde su origen, sin sacrificar la calidad, el color, la resistencia, ni la funcionalidad por la que Lafayette es reconocida en la industria, desde la moda hasta la institucional, tanto en Colombia como en los otros 24 países a donde llegan sus telas.

Gracias a su flexibilidad, el chip de poliéster reciclado de Lafayette puede ser utilizado en una amplia gama de productos: desde telas para ropa deportiva o de moda, hasta uniformes institucionales, tapicería, decoración, entre otros. 

“Con esto podemos lograr que la innovación y el desempeño estén acompañados de un impacto ambiental y social positivo. Queremos ofrecer soluciones textiles que respondan a las nuevas exigencias del mercado, sin perder de vista nuestra responsabilidad con la salud de las personas y el medioambiente”, afirma Naydú Serrato, directora de Comunicaciones Corporativas y Sostenibilidad de Lafayette.

Material PET que se convierte en valor

Como parte de su estrategia, la compañía impulsa una transformación responsable de los materiales, pues los hilos reciclados dan vida a soluciones textiles de alto desempeño para diferentes usos: desde cortinas funcionales y estéticas, y mobiliario institucional y decorativo, hasta uniformes y dotaciones empresariales.

Es así, como por ejemplo, 54 botellas pueden ser transformadas en cortinería pesada y 182 botellas encuentran una nueva forma como parte de un mobiliario funcional. 9 botellas PET de 600 ml pueden ser transformadas para una camisa, 14  para un vestido de baño, 12 para un legging y 23, de 300 ml, para una maleta. 

Cada metro de tejido representa una oportunidad para rediseñar el futuro con materiales que alguna vez fueron desechados y hoy son parte de ambientes más sostenibles.

Innovación responsable con producción 100% nacional

Los hilos elaborados con chip de poliéster reciclado son producidos en Colombia, lo que fortalece la cadena de valor textil nacional, genera empleo calificado y posiciona al país como un referente en innovación sostenible dentro del contexto latinoamericano. Además, los productos elaborados con este material cumplen con los requisitos técnicos para exportar a Estados Unidos bajo los términos del Tratado de Libre Comercio (TLC).

Este desarrollo también responde a la creciente demanda de marcas y empresas que buscan incorporar criterios ambientales en su cadena de suministro, exigidos por consumidores más informados, regulaciones internacionales y objetivos corporativos de descarbonización.