Disfunción eréctil: lo que debes saber. Sufrir de disfunción eréctil puede ser una pesadilla, afecta la autoestima y salud mental de quien la padece. Pero es fundamental entender que se trata de una situación que sufren la mayor parte de los hombres en algún punto de su vida y nada tiene que ver con su virilidad.
Desafortunadamente, por la estigmatización y la vergüenza que causa, no es fácil hablar abiertamente e informarse bien. Por esta razón, desde Profamilia te contamos algunas cosas que debes saber sobre esta enfermedad.
¿Qué es?
La disfunción eréctil es la incapacidad de obtener y mantener una erección suficientemente firme durante las relaciones sexuales. Sin embargo, es importante tener en cuenta que un incidente ocasional no es señal de disfunción, ni es motivo de vergüenza, en realidad, la enfermedad tampoco lo es.
¿Por qué se da?
Esta situación puede ser causada por distintos factores fisiológicos o psicológicos, ya que la excitación sexual masculina es un proceso complejo que involucra al cerebro, las hormonas, las emociones, los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos.
Las causas físicas más frecuentes son: las enfermedades cardiovasculares, algunas enfermedades del sistema nervioso, la diabetes, la obesidad, el consumo de tabaco o de alcohol, el uso de algunos medicamentos y algunas cirugías. Asimismo, la ansiedad, la depresión, los antecedentes de experiencias traumáticas en el pasado, los problemas de pareja, el estrés y las inquietudes relacionadas con la salud mental pueden provocar disfunción eréctil o empeorarla.
Adicionalmente, es importante saber que, si bien la disfunción eréctil es más común en personas de avanzada edad, NO es exclusiva de la vejez ni inevitable. El estilo de vida y los hábitos afectan las probabilidades individuales de enfrentarse con dificultades al momento de la erección.
¿Cómo se trata?
Al identificar que se está volviendo un fenómeno recurrente, es importante acudir tempranamente a la consulta de urología para establecer la posible causa y así poder iniciar un tratamiento adecuado. De igual manera, las valoraciones médicas periódicas son muy importantes para identificar rápidamente posibles afectaciones en la salud sexual y reproductiva.
Todas las personas tienen derecho a que los profesionales de salud les ofrezcan información clara, sin discriminación y basada en el respeto para el goce de la sexualidad. Lo anterior permitirá disminuir el estigma que se tiene frente a la disfunción eréctil y al prejuicio que se mantiene frente a la virilidad.
Respecto de los tratamientos, estos varían de acuerdo con la causa identificada por el especialista. Por ejemplo, en algunos casos de bajo deseo sexual o cambios psicoafectivos, las psicoterapias o las terapias de pareja pueden ayudar a resolver el problema. Adicionalmente, una conversación honesta y abierta con la pareja es fundamental para una el goce sano y pleno.
En casos de causas fisiológicas, medicamentos de uso específico, cambios en el estilo de vida o incluso cirugías pueden ser recomendadas por el médico.
¿Cómo prevenirla?
El autocuidado y los hábitos de vida saludable son primordiales para reducir el riesgo de disfunción eréctil.
El consumo de alcohol, tabaco y otras drogas aumentan la probabilidad de desarrollar disfunción eréctil, principalmente porque pueden afectar el corazón y los vasos sanguíneos. Disminuir o eliminar el consumo de estas sustancias disminuyen la probabilidad de que se presente esta afectación.
Controlar el peso corporal es importante para mantener baja la presión arterial, prevenir la diabetes, reducir la inflamación, aumentar los niveles de testosterona y subir la autoestima, lo cual contribuye a evitar la disfunción eréctil.
La actividad física aumenta el flujo de sangre a través del cuerpo, incluyendo el pene, lo que ayuda a prevenir la disfunción eréctil y a mejorar el desempeño del cuerpo en múltiples aspectos. Evitar el sedentarismo es importante para sentirse bien y evitar afectaciones de la salud sexual.
La OMS estima que 322 millones de hombres en todo el mundo se verán afectados por la disfunción eréctil en 2025, un aumento de 152 millones de hombres respecto del año 1995. Se trata de una situación más común de lo que se cree, por lo cual es importante hablar con honestidad y claridad al respecto para dar manejo a las afectaciones en la salud y en el desempeño sexual.
Cuida tu salud sexual y reproductiva sin vergüenza ni tapujos
La masturbación, una forma de autocuidado
La masturbación es la estimulación de los órganos sexuales y esta práctica debe ser entendida desde un enfoque de derechos, autoestima, consentimiento, respeto y placer, se trata de un proceso natural.
De la masturbación no se habla abiertamente y en muchos entornos (especialmente para las mujeres) se sigue considerando un tabú, se crean mitos alrededor de esta práctica y se evita hablar de los beneficios que representa para la salud. Por eso, desde Profamilia te contamos sobre los beneficios de la masturbación, y ponemos en evidencia la falsedad de algunos mitos.
Autoconocimiento: en primer lugar, la masturbación es una manera sana y segura de explorar el cuerpo propio y descubrir qué se siente bien y qué no. En muchos casos la masturbación es la primera experiencia sexual de las personas y ayuda a conocer las partes erógenas del cuerpo, y a cómo llegar al orgasmo. El autoconocimiento es fundamental entender y reconocer las necesidades y gustos sexuales de cada individuo.
Relajación: la masturbación libera endorfinas y oxitocina, las cuales son hormonas que bloquean el dolor y causan placer. Por eso, la masturbación sirve para relajar el cuerpo y así aliviar dolores de cabeza, estrés, tensión y mejorar la calidad del sueño.
Bienestar: la masturbación, a pesar de que no reemplaza el ejercicio, influye en la buena circulación de la sangre y por lo tanto aporta al bienestar del cuerpo y al sentimiento de confianza. Adicionalmente, ha estado ligada con niveles elevados de inmunoglobulina A y de cortisol, que hacen parte del sistema inmune y fortalece el cuerpo contra enfermedades e infecciones.
Fortalecimiento pélvico: la masturbación ayuda a fortalecer el piso pélvico. Esto contribuye a prevenir la incontinencia y otras afectaciones urinarias. En los hombres también ayuda a prevenir la disfunción eréctil y en las mujeres ayuda a mejorar el placer sexual. Adicionalmente, se ha visto ligado a reducciones en el dolor causado por la menstruación y en una reducción del riesgo de cáncer de próstata.
¿Cómo disfrutar o explorar tu cuerpo sin culpas?
La masturbación es un acto placentero, pero es primordial que se mantenga un equilibrio para que no afecte el resto de aspectos de la vida. Cada persona se masturba con distinta frecuencia, puede ser varias a la semana, al mes, al año o nunca. Lo importante es que se haga de una manera adecuada, higiénica y saludable. La lubricación y la limpieza, ya sea de las manos o de los juguetes, son fundamentales para evitar irritaciones, infecciones, o heridas.
Además, es importante controlar la intensidad y fuerza para evitar lastimarse. Esta práctica solo es excesiva si empieza a interferir con tus labores cotidianas y con tus relaciones interpersonales. La salud mental juega un rol fundamental y la masturbación debe complementar el bienestar emocional en lugar de afectarlo.
¡Goza de tu sexualidad a tu manera, con seguridad y conocimiento!