La ausencia de protocolos diferenciados y la discriminación estructural son problemas persistentes para las personas trans en los centros penitenciarios colombianos, según el Instituto Seres de la Universidad del Rosario, centro que trabaja con las personas privadas de la libertad.
Uno de los principales vacíos detectados por el Instituto Seres en las cárceles es el acceso a la salud con enfoque de género.
Bogotá, agosto 20 de 2025. La población trans privada de la libertad en Colombia enfrenta una situación de triple vulneración: por su condición de reclusión, por el estado precario del sistema penitenciario y por su identidad de género.
Así lo advirtió Valentina Villamarín, profesional de investigación social del Instituto Rosarista de Acción Social (Seres) de la Universidad del Rosario, en un análisis sobre las condiciones y necesidades de este grupo.
“Estamos buscando comprender y visibilizar lo que ocurre en las cárceles del país, puntualmente con la población trans privada de la libertad. A nivel de cifras, el INPEC o las entidades a cargo no detallan qué experiencias y necesidades puntuales tiene una persona trans en prisión”, explicó la investigadora del Instituto Seres, centro que se dedica a la investigación, formación y voluntariado para contribuir al desarrollo local y fortalecer a las comunidades, en este caso de las personas privadas de la libertad.
De acuerdo con el libro “Derechos para la transformación y la dignidad en personas trans privadas de la libertad”, la falta de espacios seguros, la ausencia de protocolos diferenciados y la discriminación estructural son problemas persistentes. “Hay mujeres trans en cárceles de hombres y hombres trans en cárceles de mujeres. Eso significa que no se respetan las identidades de género y que se enfrentan a discriminación, rechazo y violencia física”, explicó Villamarín, una de las autoras.

Entre los principales vacíos detectados por el Instituto Seres de la Universidad del Rosario está el acceso a la salud con enfoque de género. Villamarín enfatizó que “la salud no es solamente para la enfermedad, también debe incluir el acompañamiento a la transición de identidad de género, lo que implica garantizar atención endocrinológica y un suministro adecuado de hormonización”. Sin embargo, advirtió que “muchas personas trans se autoformulan tratamientos, arriesgando su salud, y en ocasiones interrumpen su tránsito como mecanismo de supervivencia para evitar agresiones en los centros carcelarios”.
La investigadora recordó que, aunque existe una resolución del INPEC sobre enfoque de género, esta surgió “por fallos de tutela y no como una iniciativa general para garantizar derechos”. También señaló que persisten barreras para el ingreso de prendas de vestir acordes a la identidad de género y para el reconocimiento de visitas íntimas sin discriminación.
En 2023, según cifras oficiales, había 243 personas trans identificadas en cárceles. Villamarín advierte que la cifra está subestimada porque “muchas no se reconocen públicamente por miedo a ser discriminadas o violentadas”.
Cárceles La Picota y Villahermosa: casos excepcionales
Para la investigadora, el concepto de “espacio seguro” en las cárceles es elemental, pero casi inexistente en el sistema penitenciario. “En muchos casos, las personas trans no pueden salir de sus celdas para ir al baño, asistir a actividades educativas o participar en talleres, por miedo a la violencia. No es solo discriminación verbal; hay agresiones físicas y simbólicas que buscan aniquilar la identidad”.
En su trabajo de campo, el Instituto Seres de la Universidad del Rosario ha identificado experiencias positivas como la cárcel La Picota, en Bogotá, donde el activismo de mujeres trans privadas de la libertad ha permitido conquistar ciertos espacios de respeto, y el pabellón especial para población LGBTIQ+ de la cárcel Villahermosa, en Cali. No obstante, Villamarín advierte que estos casos son excepcionales.
La investigadora subrayó que las necesidades de la población trans son distintas a las de otros grupos vulnerables en prisión, como personas indígenas o madres gestantes, y que el diseño de programas debe responder a esas diferencias. “No es lo mismo un espacio educativo para una mujer trans que para un hombre trans o una mujer cisgénero. Hay que pensar en actividades y oficios que realmente respondan a sus intereses y realidades”, afirmó.
Formar a la guardia: del discurso a la práctica
Villamarín llamó la atención sobre la necesidad de capacitar y sensibilizar a la guardia penitenciaria para erradicar prácticas discriminatorias que, en muchos casos, reproducen la violencia. El Instituto Seres adelanta en este momento un diplomado para 30 funcionarios del INPEC, con enfocado en enfoque diferencial, construcción de paz, resolución de conflictos y autocuidado. “No basta con conocer la ley antidiscriminación; hay que enseñar cómo aplicarla en el día a día, desde el uso del pronombre correcto hasta la prevención de abusos”, explicó.
La capacitación incluye un módulo de prácticas restaurativas para promover la reparación del daño y la resocialización, así como estrategias de salud mental para el personal penitenciario. “Queremos que los funcionarios no solo reciban información, sino que se conviertan en agentes de cambio capaces de replicar estas prácticas en otros establecimientos y propongan soluciones que nazcan desde su experiencia en el terreno”, afirmó.
Villamarín advirtió que el hacinamiento, las precarias condiciones de salubridad y la falta de programas de resocialización afectan a toda la población penitenciaria, pero que en el caso de las personas trans la vulneración es mayor. “Una persona trans sufre el doble o el triple por sus condiciones de identidad de género, y eso requiere atención inmediata. No se trata de privilegios, sino de garantizar derechos fundamentales que hoy se están negando”, concluyó.
El libro “Derechos para la transformación y la dignidad en personas trans privadas de la libertad” fue escrito por Valentina Villamarín, Jorge Bermúdez y Giovanny Paredes y contó con el apoyo de la Red Comunitaria trans con su programa Cuerpos en Prisión, Mentes en Acción y Corporación Pazósferase. El documento se puede consultar en https://repository.urosario.edu.co/items/e9bcf9c4-8ca7-47c4-94eb-8cfd77cbb7ec.