Las picantes escenas sexuales conservadas en las ruinas de Pompeya

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La prostitución, que no era solo femenina, se trataba de un fenómeno generalizado y abundante en Pompeya y lo practicaban tanto las clases sociales más altas como los bajos fondos de la ciudad. (Foto: Frédéric Soltan / Corbis / Getty Images).

El modo de entender el sexo en la Antigua Roma era muy diferente al actual y eso se reflejaba tanto en la manera de comportarse de sus ciudadanos como en otros aspectos de la sociedad, especialmente en el arte.

En las ruinas de Pompeya, la mítica ciudad romana que quedó destruida después de la erupción del Vesubio en el año 79, se conservan signos de esa visión particular que en la época tenían acerca de la sexualidad y el erotismo.

Estas obras consideradas pornográficas y provenientes de las excavaciones de Pompeya se encuentran en una sala conocida como Gabinete Secreto, que hasta hace unas décadas no estaba abierta a todo el público. (Foto: Frédéric Soltan / Corbis / Getty Images).

De hecho, en la antigua ciudad romana se han encontrado numerosos burdeles, siendo el más famoso de ellos el Lupanar, que se puede visitar.

En sus paredes, se conservan multitud de pinturas eróticas que representan escenas de sexo explícito. Se cree que estaban más orientadas a despertar la imaginación del cliente que a servir como carta de servicios.

Muchas de estas pinturas picantes se pueden observar en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, la ciudad situada cerca de las ruinas de Pompeya, a los pies del Vesubio. (Foto: Frédéric Soltan / Corbis / Getty Images).

Pero la sexualidad y el erotismo en Pompeya no se limitaba solo a los burdeles y se han encontrado igualmente pinturas con escenas picantes en villas privadas.

Además, entre lo más fotografiado en la antigua ciudad romana están los penes grabados en piedra, que solían indicar la presencia de una casa de citas en su proximidad.

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