Las velocistas modestas inauguran el atletismo en Tokio 2020

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Los últimos serán los primeros. Como reza el evangelio de San Mateo, las velocistas más modestas de los Juegos fueron este viernes las encargadas de inaugurar la competición olímpica de atletismo en el estadio Nacional de Tokio, que las recibió a gradas vacías por la pandemia.

Durante diez días, hasta el 8 de agosto, el recinto que fue sede de los Mundiales en 1991 acogerá a los atletas de todo el mundo para buscar objetivos que van desde colgarse una medalla hasta el más modesto de recibir el título de “atleta olímpico” por el mero hecho de haber participado.

El programa atlético ofrecerá este martes el primero de sus platos fuertes, la final femenina de 100 metros, y al día siguiente vivirá tal vez su cota más alta en las audiencias, el momento en que será coronado el ser humano más rápido del planeta, el sucesor del ya legendario Usain Bolt, en la final masculina del hectómetro.

Las gradas del estadio Olímpico, que hace 30 años, en la segunda edición de los Mundiales, rugieron con la final de longitud que arrojó el mejor salto de la historia, los 8,95 metros de Mike Powell, ponen ahora, vacías por la pandemia, un insólito telón de fondo a las gestas de los atletas.

Pero antes, las velocistas más humildes vivieron su pequeño momento de gloria, cuando a las 9.00 de la mañana tomaron la pista para ganarse un puesto, no en la final, ni en las semifinales, sino, tres horas después, en la primera ronda de los 100 metros lisos.

Alineadas en los tacos de salida de los 100 metros, destacaba la figura de la afgana Kimia Yousofi, cubierta de pies a cabeza, que logró eludir los dos últimos puestos con un tiempo de 13.29. Dentro de su modestia, la marca es nuevo récord nacional.

Los honores, en la serie de apertura, fueron para la congolesa Natacha Ngoye (11.47), la sierraleonesa Maggie Barrie (11.53) y la cristobalense Amya Clarke (11.67), las tres que se ganaron el derecho a competir, después, junto a las mejores en la primera ronda.

La primera jornada del atletismo sólo contiene una final, la masculina de 10.000 metros, en la que parten como favoritos dos ugandeses: Joshua Cheptegei, de 24 años, campeón del mundo y plusmarquista mundial con sus 26:11.00 del año pasado en Valencia, y Jakob Kiplimo, de 20, líder mundial del año con sus 26:33.93 del 19 de mayo en Ostrava.

No estará entre ellos el campeón de las dos últimas ediciones, el británico de origen somalí Mo Farah, otrora imbatible, que con 38 años no ha sido capaz de hacer la mínima para participar en Tokio.

El aragonés Carlos Mayo, campeón de España de 5.000, será el único atleta del mundo hispano presente en la primera final olímpica del atletismo en Tokio.

Yahoo Noticias Agencia EFE Foto internet EFE