El expresidente izquierdista brasileño Luiz Inácio Lula da Silva está de vuelta en la arena política, sentando las bases en Brasilia esta semana para desafiar al mandatario de extrema derecha Jair Bolsonaro en las elecciones del próximo año.
El popular exlíder sindical no ha dicho aún si se postulará a la presidencia en octubre de 2022, pero las encuestas de opinión muestran que puede tener muchas posibilidades de derrotar a Bolsonaro después de que el Supremo Tribunal Federal desestimó sus condenas por corrupción.
Ahora que tiene sus derechos políticos restaurados, Lula pasó esta semana en la capital Brasilia reuniéndose con aliados y antiguos enemigos en los primeros pasos hacia la construcción de una coalición contra Bolsonaro, cuya presidencia poco ortodoxa ha sido criticada en el país y en el extranjero por manejar mal la pandemia de coronavirus y debilitar la protección ambiental de la selva amazónica.
Asistentes e interlocutores dijeron que Lula busca primero forjar alianzas a nivel estatal, comenzando con la carrera de gobernador en Río de Janeiro, que es la base política de Bolsonaro y la cuna del movimiento de derecha de este capitán en retiro del ejército.
El líder de la oposición en la Cámara baja del Congreso, Alessandro Molon, del Partido Socialista Brasileño (PSB), dijo que Lula demostró que está abierto a respaldar candidatos de otros partidos en las candidaturas estatales para formar una amplia alianza en Río.
Por ejemplo, Lula se reunió con Marcelo Freixo, un posible candidato a gobernador de Río del Partido Socialismo y Libertad (PSoL), a la izquierda del Partido de los Trabajadores (PT) del exmandatario.
“Quiero vernos construir un frente amplio para derrotar a Bolsonaro en Río de Janeiro y luego en Brasil”, dijo Freixo tras reunirse con Lula. “Derrotar a Bolsonaro no es un proyecto de izquierda, es un proyecto civilizado y democrático”.
Lula también se reunió con el expresidente de la Cámara de Representantes, Rodrigo Maia, del partido centroderechista Demócratas (DEM), que respaldó el juicio político en 2016 contra la sucesora elegida por Lula, Dilma Rousseff. Maia se ha convertido en un crítico de Bolsonaro y se espera que se una a una coalición de oposición en su estado natal de Río.
La reunión más crucial de Lula en Brasilia pudo haber sido con Gilberto Kassab, cuyo centroderechista Partido Socialdemócrata (PSD) respaldó tanto la reelección de Rousseff en 2014 como su juicio político en 2016, que puso fin a 13 años de gobierno del PT.
El partido de Kassab apoya a Bolsonaro y tiene un ministro en el gabinete, pero puede alejarse del presidente a medida que aumentan las críticas por su minimización de la pandemia, que ralentizó la recuperación económica y perjudicó su popularidad.
(Reporte adicional y escrito por Anthony Boadle, Editado en Español por Carlos Serrano)
Yahoo Noticias Por Lisandra Paraguassu Foto internet Reuters