El gobierno sueco dio luz verde el jueves a la construcción de una instalación de almacenamiento para mantener a salvo el combustible nuclear gastado por el país durante los próximos 100.000 años.
Qué hacer con los residuos nucleares ha sido un gran quebradero de cabeza desde que se pusieron en marcha las primeras centrales nucleares del mundo en las décadas de 1950 y 1960.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica calcula que hay unas 370.000 toneladas de combustible nuclear gastado altamente radiactivo almacenadas temporalmente en todo el mundo.
“Nuestra generación debe asumir la responsabilidad de los residuos nucleares. Este es el resultado de 40 años de investigación y estarán seguros durante 100.000 años”, declaró la ministra de Medio Ambiente, Annika Strandhall, en una rueda de prensa.
“Con ello aseguramos que podemos utilizar nuestra actual energía nuclear como parte de la transición para convertirnos en la primera nación desarrollada sin combustibles fósiles del mundo”, agregó.
Las centrales nucleares suecas han producido unas 8.000 toneladas de residuos altamente radiactivos -incluido el combustible gastado- desde que empezaron a funcionar en la década de 1970.
El plan consiste en enterrar los residuos -y el combustible que utilizarán los reactores hasta su cierre en algún momento de la década de 2040- a 500 metros de profundidad en el lecho rocoso cerca de la central nuclear de Forsmark.
Al cabo de unos 70 años, cuando los túneles estén llenos, se rellenarán con arcilla bentonita para evitar la entrada de agua y se sellarán las instalaciones.
La decisión de Suecia se conoce cuando hay un renovado interés por la energía nuclear, considerada por muchos países como una etapa de transición esencial para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles y allanar el camino hacia la electrificación de la sociedad.
(Reporte de Simon Johnson y Johan Ahlander; Editado en español por Javier López de Lérida)
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