Los científicos brasileños trabajan a contra reloj para producir el primer inmunizante anticovid de un país que ya supera el medio millón de muertos. El reto: conseguir veinte millones de huevos de gallina para fabricar 40 millones de dosis de la vacuna.
El fármaco, bautizado como Butanvac, está siendo desarrollado por el Butantan, uno de los laboratorios de referencia en Brasil y que actualmente es responsable de la producción local de la Coronavac, la vacuna ideada por la china Sinovac.
A este histórico laboratorio situado en Sao Paulo llegan cada día medio millón de huevos de gallina, los cuales son inspeccionados al detalle en un proceso llamado “ovoscopía” y en el que se evalúa la calidad de los embriones a través de la cáscara con la ayuda de una pequeña linterna.
Una vez inspeccionados, los huevos “saludables” son transferidos en cintas transportadoras hasta el “área viral” del instituto, una sala blanca donde funcionarios completamente equipados con trajes de seguridad manipulan el virus -en este caso la SARS-Cov-2- y lo inyectan en los huevos.
“Cada huevo va a recibir una cantidad pequeña del virus que estamos trabajando y después de ese proceso es incubado dos o tres días, con temperatura y humedad controladas”, asegura en una entrevista a Efe el gerente de producción de la Butanvac, Douglas Gonçalves de Macedo.
Cuando termina el proceso de incubación, realizado en enormes cámaras, los huevos son enfriados y cortados, momento en el que es extraído el líquido donde se encuentra concentrado el virus de la covid-19.
En este impoluto laboratorio los cuidados y medida de higiene son revisados al máximo. Ello porque cualquier movimiento brusco de los funcionarios puede generar una alteración del proceso, especialmente en la fase de clarificación y filtrado del líquido.
Por último, el virus es inactivado. Once días después de la llegada de los huevos, la materia prima de la vacuna está lista.
Es el momento en el que el Butantan finaliza el proceso de producción del IFA, el componente básico para el desarrollo de cualquier vacuna y de cuya importación Brasil depende hoy de China, lo que ha generado una demora en la producción de inmunizantes en el país suramericano.
“Cuando el IFA es concluido, es transferido a otro edificio. Allí se formula y se traslada para su embalaje final”, explica De Macedo.
A UN PASO DE LAS PRUEBAS EN HUMANOS
Las pruebas en humanos de la Butanvac, la primera vacuna anticovid a ser producida integralmente en Brasil, sin dependencia de otros países, ya han sido autorizadas por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y está previsto que los test comiencen este mes.
A la espera de los resultados de las pruebas, el Butantan ya ha comenzado a producir 7 millones de dosis, mientras que el próximo mes espera tener listas unos 18 millones de inmunizantes.
“Cuando muestre los primeros indicios de efectividad, podemos ampliar (la producción) y llegar hasta a los 40 millones de dosis”, adelanta en una entrevista a Efe Dimas Covas, el director del Butantan, centro adscrito a la gobernación de Sao Paulo.
El proceso empleado en la Butanvac, recuerda Covas, es más barato que el de los inmunizantes que actualmente importa el país -como la Coronavac, AstraZeneca o la Pfizer-, pero no por ello menos efectivo.
Su tecnología es además similar a la empleada en la vacuna de la gripe, de la que el Butantan es un gran proveedor a nivel nacional.
El instituto confía en que la Butanvac esté lista a finales de este año, momento en el que podría comenzar a ser exportada a países donde el proceso de inmunización se encuentra más retrasado que en Brasil, que espera vacunar a toda la población contra la covid-19 hasta finales de diciembre.
“Tenemos la esperanza de que pueda ser una gran contribución para Brasil y para el mundo”, señala Covas.
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