Según datos de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA), el 29 % de los colombianos no tiene acceso a agua apta para el consumo.
Muchos de ellos, en zonas rurales, dependen de acueductos veredales que, en su mayoría, no están en condiciones adecuadas para garantizar un suministro seguro. Frente a esta problemática, Brinsa, empresa del sector químico de la sal, ha desarrollado la iniciativa “Acueductos con Propósito”, que a la fecha ha beneficiado a más de 2.000 habitantes de los municipios de Zipaquirá, Sesquilé y Gachancipá.
El acceso limitado a agua potable es una problemática grave en Colombia, especialmente en zonas rurales donde el Ministerio de Vivienda registra que 2.6 millones de personas dependen de acueductos comunitarios para acceder al líquido.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la falta de agua potable puede generar enfermedades graves como hepatitis, diarreas, entre otras, que afectan principalmente a las comunidades vulnerables.
Brinsa, en su compromiso con la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades, ha trabajado activamente para cerrar esta brecha.
“Es fundamental que un recurso tan vital como el agua llegue a las personas en óptimas condiciones. Nos enorgullece cerrar esta brecha y mejorar la calidad de vida de comunidades cercanas a nuestra operación, facilitando un acceso más eficiente y confiable al agua. Este programa hace parte de una estrategia de sostenibilidad de triple impacto: marcas con propósito, bienestar para la sociedad y el cuidado del planeta”, señaló Karen Brazdys, CEO de Brinsa.
En el último año, la compañía ha terminado la intervención de cuatro acueductos veredales con mejoras clave, como la impermeabilización de tanques de almacenamiento, el cambio de tuberías y la optimización de los sistemas de captación de agua, entre otros. Estas acciones han sido fundamentales para garantizar un suministro de agua para los habitantes de estas zonas.
Con estas acciones, se evidencia el papel que las empresas privadas han desempeñado para mejorar la calidad de vida en comunidades vulnerables. En el caso de Brinsa, no solo se trata de contribuir a mejorar el acceso al agua potable, sino que también fortalece su relación con las comunidades de impacto, asegurando un desarrollo sostenible y equitativo para sus zonas de incidencia.