En Bakú, Azerbaiyán, una cumbre clave: El financiamiento climático es el precio del futuro

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La COP 29 es denominada “COP de las Finanzas” porque por primera vez en 15 años, los países establecerán el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado de Financiación Climática (NCQG)

Se estima que de 2021 a 2030, se necesitarán $51,000 millones de dólares para la adaptación en América Latina y el Caribe.

La Conferencia de las Partes 29 (COP 29) se lleva a cabo del 11 al 22 de noviembre con sede en Bakú, Azerbaiyán.

América Latina, noviembre de 2024 —

El cambio climático es un tema trascendental presente en las agendas y reuniones internacionales, prueba de esto, es que la Conferencia de las Partes 28 tuvo más de 80,000 asistentes, el mayor número de personas registradas en una COP.

Para limitar el calentamiento global a 1.5°C se deben reducir las emisiones globales de efecto invernadero para 2030 un 43 %, para 2035 un 60 % y para 2050 alcanzar las emisiones netas de dióxido de carbono cero. De acuerdo con Climate Reality Project América Latina, los esfuerzos que realizan los países para combatir el cambio climático son insuficientes, es urgente financiar la acción climática para limitar la temperatura y dejar de lado los combustibles fósiles.

La Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), es la reunión climática anual clave para negociar compromisos y estrategias con gobiernos, líderes de opinión, juventudes y sociedad civil.

La Conferencia de las Partes 29 ha sido nombrada como la “COP de las Finanzas”, porque por primera vez en 15 años desde el Acuerdo de París, los países establecerán un nuevo objetivo global de financiamiento climático conocido también como “Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado de Financiación Climática” (NCQG) por sus siglas en inglés, diseñado para apoyar a los países en desarrollo en sus acciones climáticas después de 2025. La Conferencia se lleva a cabo del 11 al 22 de noviembre con sede en Bakú, Azerbaiyán.

En respuesta a la crisis climática actual, la COP 29 es crucial para detener el aumento del calentamiento global, es una oportunidad para la reevaluación de compromisos climáticos, para aumentar las acciones políticas, para el cumplimiento de los compromisos existentes, fortalecimiento de la gobernanza climática, adaptación, mitigación, así como, la cooperación internacional para enfrentar los desafíos climáticos globales.

Según la ONU, para evitar consecuencias climáticas catastróficas, el mundo debe reducir en más de dos tercios la extracción de las reservas actuales de combustibles fósiles antes de 2050. Si se logra cerrar el financiamiento climático, acompañado de estrategias de adaptación sólidas, soluciones innovadoras e inclusivas, la COP 29 podría convertirse en un precedente para la acción climática global.

En la misma línea, para dar continuidad a los compromisos que se realizaron en la COP 28, se pactó la iniciativa Troika de presidencias, que busca garantizar la acción climática y coordinar esfuerzos con la ayuda de las presidencias de los países anfitriones de la COP 28 (Emiratos Árabes Unidos), COP 29 (Azerbaiyán) y COP 30 (Brasil) para asegurar que los compromisos de cada cumbre se mantengan y avancen.

Asimismo, Troika tiene como objetivo mejorar la cooperación internacional, para 2025 fomentar que los países aumenten su ambición en la actualización de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) y limitar el calentamiento global a 1.5°C.

En la COP 29, la iniciativa Troika impulsará a los países para que se discuta el Nuevo Objetivo Cuantificado de Financiación Climática (NCQG) con la finalidad de crear un marco de financiamiento mucho más sólido y eficiente.

Actualmente, los países tienen la oportunidad de desbloquear inversiones climáticas públicas y privadas, para ello, las Partes deben llegar a la Convención con metas y objetivos concretos orientados al financiamiento, además de, cumplir con la meta colectiva cuantificada de los 100 mil millones de dólares para los países en desarrollo. La falta de fondos destinados a la acción climática sigue siendo un obstáculo para los países más vulnerables.

En América Latina, el cambio climático impacta de manera especialmente severa. Países como Bolivia, Paraguay, Ecuador y Nicaragua, por su ubicación geográfica enfrentan alta vulnerabilidad ante fenómenos climáticos como sequías, huracanes y el derretimiento de glaciares, eventos que ponen en riesgo la biodiversidad, seguridad alimentaria, salud y la economía de millones de personas en la región.

Según el Informe sobre la Brecha de Adaptación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se estima que de 2021 a 2030 se requerirán $51,000 millones de dólares exclusivamente para la adaptación. Para enfrentar estos desafíos y fortalecer su capacidad de adaptación, América Latina y el Caribe necesitan un financiamiento robusto.

Finalmente, la COP 29 es clave para que los países alineen sus contribuciones de financiamiento con las necesidades climáticas globales y avanzar hacia la economía sostenible.

La cooperación internacional y el financiamiento son esenciales para asegurar la respuesta global equitativa y efectiva frente los efectos del cambio climático. El financiamiento climático no puede esperar; la acción climática necesita de todos.

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