Petro pide acabar con el poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU

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Río de Janeiro (Brasil), 18 de noviembre de 2024

“La necesidad de un cambio de la gobernanza mundial”, que incluye “acabar con el poder de veto del Consejo de Seguridad” de las Naciones Unidas, fue uno de las propuestas planteadas por el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, durante su participación en la Cumbre de Líderes del G-20, que se realiza en Río de Janeiro, Brasil.

El mandatario precisó que “ese cambio de gobernanza es fundamental para la construcción de una democracia global, y, sobre todo, para eliminar guerras, para eliminar el crecimiento del hambre y para garantizar la vida en el planeta Tierra”.

Con antelación, el pasado 17 de febrero, luego de intervenir en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Alemania, el presidente Petro expresó​ que “hay que transformar las Naciones Unidas”, ya que “no es posible que hoy la inmensa mayoría de la humanidad vote contra la guerra y haya poder de veto de quienes tienen las armas”. 

“Eso no se llama democracia”, subrayó.

Qué es el poder de veto

El Consejo de Seguridad, que tiene como responsabilidad el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, es uno de los seis órganos principales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

A finales de la Segunda Guerra Mundial, a China, Francia, la Federación de Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos se les otorgó un poder de voto especial, conocido como el “poder de veto”.

En este sentido, se acordó que en caso de que uno de estos países ejerciera su poder dentro del Consejo de Seguridad, y de acuerdo con esto la resolución o decisión no se aprobaría.

Según explica la ONU, los cinco miembros permanentes en uno u otro momento han ejercido el derecho de veto, algunos con más frecuencia que otros, y en momentos particulares dentro de ese período.

Decisiones de las COP deben ser obligatorias

De otro lado, hoy en Brasil, el presidente Petro consideró que, como parte de la citada reforma a la gobernanza mundial, se debe buscar que “las COP climáticas sean vinculantes, es decir que tomen decisiones obligatorias para los países, tomadas por votación mayoritaria”.

En la actualidad, Colombia participa en la COP29 que se realiza en Azerbaiyán, donde propuso un pacto de alivio de deuda a 10 años que permita a los países en desarrollo invertir en la transición climática.