Inaugurada Aula Palafítica de Unimagdalena: un homenaje a la sabiduría ancestral

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Inspirada en las viviendas tradicionales de la Ciénaga Grande de Santa Marta, esta iniciativa del rector Pablo Vera Salazar, busca articular el conocimiento científico con los saberes ancestrales, fortaleciendo la relación entre la Universidad y las comunidades del territorio.

La Universidad del Magdalena sigue consolidándose como un referente de educación incluyente e innovadora con la puesta en funcionamiento del Aula Palafítica, un espacio de aprendizaje inspirado en las viviendas tradicionales de la Ciénaga Grande de Santa Marta.

Este proyecto, denominado Red de aguas, memorias y manglares, busca articular el conocimiento científico con los saberes ancestrales de las comunidades de pescadores y gestores culturales del territorio.

Ubicada en el lago del campus universitario, la estructura tiene una inversión de 45 millones de pesos y cuenta con una capacidad para 25 personas. Su diseño responde a la necesidad de integrar el entorno natural con la enseñanza, fomentando el respeto por los ecosistemas y la cultura de las comunidades palafíticas.

La construcción, que se desarrolló en corto tiempo, es autosostenible y está conectada a un sistema de energía solar, garantizando su operatividad sin impacto ambiental significativo.

El rector Pablo Vera Salazar Ph.D destacó la importancia de este espacio como un punto de encuentro entre la academia y las comunidades que han habitado la Ciénaga Grande durante siglos.

“Esta aula es más que una estructura física; es un símbolo de cómo la universidad puede dialogar con los saberes tradicionales y contribuir a soluciones sostenibles para problemáticas del territorio. Aquí convergen la ciencia, la historia y el legado cultural de nuestra región”, afirmó.

Con la puesta en funcionamiento del Aula Palafítica, la Universidad del Magdalena se convierte en la única institución de educación superior en Colombia, y posiblemente en el mundo, en contar con un espacio de aprendizaje inspirado en las viviendas tradicionales de la Ciénaga Grande de Santa Marta.

Este innovador modelo académico no solo fomenta la integración de saberes ancestrales con el conocimiento científico, sino que también plantea un enfoque pionero en la enseñanza y la investigación, reafirmando el liderazgo de la Universidad en iniciativas de sostenibilidad, interculturalidad y educación territorial.

Un espacio para la investigación y el aprendizaje intercultural

La Aula Palafítica beneficiará a estudiantes, docentes, investigadores y gestores culturales, además de fortalecer la relación de la Universidad con las comunidades de pescadores. Este espacio permitirá reflexionar sobre la historia de la Ciénaga Grande y los impactos de las intervenciones humanas en el ecosistema.

“Este es un lugar donde podemos discutir sobre el estado de la pesca, la conexión del agua dulce con el agua salada, y las consecuencias de obras de infraestructura que han transformado nuestro paisaje”, señaló el rector.

Vera Salazar también enfatizó en la necesidad de repensar la ingeniería desde una perspectiva más armónica con la naturaleza. “Los ingenieros que diseñaron la carretera Ciénaga-Barranquilla no consideraron el impacto ambiental de bloquear el flujo de agua entre el río, la ciénaga y el mar. El resultado fue la pérdida de ecosistemas y especies que eran fundamentales para la economía y la biodiversidad de la región”, explicó.

Una apuesta por la sostenibilidad y la innovación

Uno de los principales atributos del Aula Palafítica es su autosostenibilidad. Su sistema de energía solar permite su funcionamiento sin generar emisiones ni contaminación acústica. Además, se constituirá en un laboratorio vivo para proyectos de investigación en eficiencia energética, tratamiento de agua y recuperación de especies en peligro de extinción.

El rector hizo un llamado a la comunidad universitaria para que este espacio sea aprovechado al máximo. “Esta aula no es solo un sitio para hacer fotografías; debe convertirse en un centro de experimentación y aprendizaje donde las facultades de ingeniería, biología, educación y arte trabajen juntas en la búsqueda de soluciones para los problemas ambientales y sociales de nuestras comunidades”, manifestó.

La participación del maestro Rafael Calixto Gutiérrez, artesano de Tasajera, fue fundamental en la construcción del aula, reafirmando el compromiso de la Universidad con la preservación del conocimiento ancestral.

“Aquí tenemos la oportunidad de fusionar lo mejor de la ingeniería moderna con la sabiduría de nuestros ancestros. Es un modelo que podemos replicar en diferentes comunidades para mejorar sus condiciones de vida sin perder su identidad cultural”, agregó el rector Vera Salazar.

Con la puesta en funcionamiento del Aula Palafítica, la Universidad del Magdalena ratifica su compromiso con la interculturalidad y el territorio, demostrando que el conocimiento no solo se encuentra en los libros y laboratorios, sino también en las tradiciones y la experiencia de las comunidades que han vivido en armonía con su entorno durante generaciones.