Colombia año 2017: una entrega bendita para el Papa Francisco

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Bogotá, abril de 2025, El legado de una nación también se construye con los actos que conectan la fe, la cultura y la historia. En 2017, Colombia fue testigo de uno de esos hitos inolvidables: el encuentro entre el Papa Francisco y el cuadro original de la Virgen de Chiquinquirá, Reina y Patrona del país.

Un gesto que no solo representó un logro logístico impecable, sino también un aporte invaluable al legado espiritual, patrimonial y cultural del país.

Hoy, con motivo del fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, recordamos con profundo respeto y orgullo este momento que unió a millones de colombianos y marcó para siempre nuestra memoria colectiva.

Durante su visita apostólica a Colombia, el Sumo Pontífice expresó su deseo de encontrarse con el sagrado lienzo de la Virgen de Chiquinquirá. Debido a las limitaciones de tiempo en su agenda, el cuadro no podía permanecer en su santuario en Boyacá.

Fue entonces cuando se emprendió una labor titánica: llevarlo desde la Basílica en Chiquinquirá hasta la Catedral Primada de Bogotá. Esta misión fue asumida con total compromiso por parte de Servientrega, que diseñó y ejecutó una operación de altísimo nivel, respetando el valor espiritual e histórico de la obra.

Una obra sagrada, una logística sin precedentes

El traslado comenzó el 1 de septiembre de 2017 con una misa campal de despedida en Chiquinquirá. Desde allí, la imagen fue transportada en un vehículo especial, custodiado por la Policía Nacional, hasta el estadio municipal, donde abordó un helicóptero MI-171 –una aeronave de gran capacidad, similar a la utilizada en la Operación Jaque de 2008– con destino a Bogotá.

La obra, que junto con su embalaje pesaba cerca de 120 kilos, fue asegurada verticalmente en la cabina de carga para evitar vibraciones y movimientos bruscos durante el vuelo.

Una vez aterrizó en el centro logístico dispuesto para su recepción, fue trasladada cuidadosamente a la Parroquia Santa Viviana y, posteriormente, el 2 de septiembre, en solemne procesión hasta la Catedral Primada, donde el Papa Francisco tendría un encuentro privado con el cuadro de la Virgen de Chiquinquirá el 7 de septiembre.

Diseño y protección al detalle

El embalaje de la imagen fue una obra de ingeniería en sí misma. Servientrega destinó a más de 80 profesionales que participaron en su diseño y construcción: diseñadores industriales, ingenieros, mecánicos, personal de seguridad y administradores trabajaron en un guacal hecho en madera de pino de 30 mm, con acabados en barniz ignífugo.

En su interior, contenía espumas especiales de diferentes densidades, recubrimiento en terciopelo y herrajes en acero galvanizado. La tapa fue decorada con la imagen de la Virgen grabada con láser, acompañada de una frase que sintetizó el espíritu de la travesía: “Una entrega de amor”.

Un legado que perdura

La imagen de la Virgen, pintada en 1562 por Alonso de Narváez, es uno de los símbolos religiosos más poderosos y antiguos del país. Fue declarada Reina y Patrona de Colombia en 1919, y ha permanecido bajo la custodia de la comunidad dominica por más de 360 años. Para quienes participaron en este histórico traslado, no fue solo una operación logística, fue una responsabilidad espiritual y un acto de profundo respeto por el patrimonio nacional.

Fray Nelson Novoa, rector del Santuario Mariano Nacional y custodio del cuadro, lideró este proceso junto con el equipo encargado del transporte. “El lienzo de la Virgen está profundamente ligado a la historia de Colombia”, afirmó, “y este momento quedará en la memoria de todos como un verdadero acto de providencia”.

Ocho años después, y con la partida del Papa Francisco, recordamos este hecho como un símbolo de unidad nacional y devoción colectiva. La empresa encargada del traslado, Servientrega, se enorgullece de haber sido parte de este momento único que aún inspira a Colombia y al mundo.

En honor al Papa Francisco y a su amor por América Latina, se  reafirma el compromiso con los valores que que sellan la unidad como país: la fe, la identidad y el profundo respeto por las tradiciones.