
Mientras crecían en la antigua Unión Soviética, el padre y los abuelos de Pedro Spivakovsky Gonzalez escuchaban Voice of America con los oídos pegados a la radio, tratando de captar palabras a pesar de la interferencia del gobierno.
El servicio de noticias financiado por Washington era fundamental para ayudarles a entender lo que estaba sucediendo al otro lado de la Cortina de Hierro, antes de que se mudaran a Estados Unidos en la década de 1970.
“Era una ventana a otro mundo”, señaló Spivakovsky Gonzalez. “Lo veían como una especie de faro de libertad. Podían imaginar un mundo diferente al que ellos habitaban”.
Cuando Spivakovsky Gonzalez y su familia se enteraron de los intentos del presidente Donald Trump de desmantelar la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales —que supervisa Voice of America, Radio Free Europe y Radio Free Asia—, él dijo que se trató de un “puñetazo al estómago”.
Los primeros meses del segundo gobierno de Trump han asestado golpe tras golpe a los intentos estadounidenses por promover la democracia en el extranjero y perforar el muro de información de gobiernos autoritarios valiéndose de diversos programas, los cuales habían sido sostenidos durante décadas tanto por presidentes republicanos como demócratas.
El nuevo gobierno ha diezmado la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales, ha reestructurado el Departamento de Estado para eliminar una oficina promotora de la democracia a nivel global y ha desmantelado la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que apenas el año pasado lanzó una iniciativa para intentar detener el retroceso democrático en todo el planeta. En conjunto, las medidas representan un repliegue del papel de Washington en la promoción de la democracia más allá de sus fronteras.
Los expertos dicen que los cambios crearán un vacío en la promoción de la libertad y el gobierno representativo, y podrían acelerar lo que muchos consideran tendencias antidemocráticas en todo el mundo.
“Históricamente, Estados Unidos ha sido la potencia líder en la difusión de la democracia a nivel global. A pesar de los diferentes gobiernos, eso ha sido así, hasta ahora”, observó Staffan Lindberg, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Gotemburgo en Suecia.
Atacando una amplia gama de iniciativas de promoción de la democracia y apoyo a la sociedad civil
David Salvo, director gerente de la Alianza para Asegurar la Democracia en el German Marshall Fund —un centro de investigación apartidista—, indicó que promover la democracia en el extranjero ha sido “un pilar de la política exterior estadounidense en los últimos 50 años” para asegurar relaciones más estables y pacíficas con otros países, reducir la amenaza de conflicto y guerra, y fomentar la cooperación económica.
Sin embargo, entre las primeras acciones de Trump estuvo apuntar a los programas de promoción de la democracia a través del Departamento de Estado y USAID, que habían lanzado una nueva iniciativa global por la democracia al final de la presidencia del demócrata Joe Biden. El Departamento del Tesoro detuvo la financiación a la Fundación Nacional para la Democracia, y el secretario de Estado Marco Rubio indicó en abril que cerraría una oficina del Departamento de Estado cuya misión era construir “sociedades más democráticas, seguras, estables y justas”.
Los recortes a la financiación han afectado al National Democratic Institute, la International Foundation for Electoral Systems y otras organizaciones estadounidenses sin fines de lucro que han trabajado durante décadas “para inyectar recursos a entornos de forma que la sociedad civil y los actores democráticos puedan intentar efectuar cambios para mejorar”, incluido el fortalecimiento de democracias inestables contra autócratas, señaló Salvo.
Si los programas globales de promoción de la democracia merecen ser financiados fue un tema central en una audiencia el jueves celebrada por un subcomité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. En ella, la representante republicana Maria Salazar preguntó repetidas veces cómo “asegurar que nuestra rentabilidad de la inversión sea realmente alta”.
Aproximadamente el 1,2% del presupuesto federal se destinó a ayuda exterior en el año fiscal 2023, según el Centro de Investigaciones Pew.
“Entiendo que la comisión está interesada en (ver) cómo podemos mejorar… y volver a lo básico”, les dijo a los legisladores Tom Malinowski, ex congresista demócrata y subsecretario de Estado para la democracia, los derechos humanos y el trabajo en el gobierno del presidente Barack Obama. “El problema es que en este momento el gobierno está eliminando lo básico”.
Uzra Zeya, quien encabeza la organización internacional sin fines de lucro Human Rights First tras laborar en el Departamento de Estado de Biden, consideró que era “desgarrador y alarmante” ver a Estados Unidos esencialmente desmantelar sus programas de promoción de la democracia y el respeto a los derechos humanos.
“Los impactos potenciales a largo plazo son devastadores para la seguridad nacional y la prosperidad de Estados Unidos”, lamentó.
Disminuyendo los canales de comunicación para la libertad
Durante más de 80 años, Voice of America y sus medios relacionados han difundido noticias en todo el mundo, incluyendo a más de 427 millones de personas cada semana en 49 idiomas, según un informe interno de 2024. La emisora inició operaciones durante la Segunda Guerra Mundial para proporcionar noticias a los alemanes, incluso mientras funcionarios nazis intentaban interferir sus señales. La Unión Soviética y China intentaron silenciar sus transmisiones durante la Guerra Fría. Desde hace décadas, los gobiernos de Irán y Corea del Norte también han intentado bloquear el acceso a Voice of America.
Pero el intento más exitoso de silenciarla fue logrado por su propio gobierno. Prácticamente fue cerrada en marzo mediante una orden ejecutiva.
Lisa Brakel, una bibliotecaria jubilada de 66 años en Temperance, Michigan, dijo que Voice of America era un “pilar” cuando era profesora de música en Kuwait en la década de 1980. Ella y sus colegas solían escucharla juntos en el complejo de apartamentos donde se alojaban los profesores estadounidenses, de forma que pudieran mantenerse al día con las noticias de Estados Unidos.
“Cuando vi la noticia, pensé: ‘No, no pueden cerrar esto. Demasiadas personas dependen de eso'”, recordó Brakel. “Como bibliotecaria, cualquier recorte al libre acceso a la información me preocupa profundamente”.
Probablemente los recortes envalentonarán a los rivales de Estados Unidos
El futuro de la emisora sigue en el aire después de que un tribunal federal de apelaciones pausara un fallo que habría revertido su desmantelamiento. Esto fue sólo un día después de que se les dijera a los periodistas que pronto regresarían al trabajo después de estar fuera del aire durante casi dos meses. Incluso si se les permite regresar, no está claro si la misión sería la misma. La semana pasada, el gobierno de Trump acordó usar las transmisiones de OAN —una red de medios conservadora y firmemente partidaria de Trump— en Voice of America y otros servicios.
En Asia, desmantelar Radio Free Asia significaría perder el único servicio de noticias independiente en idioma uigur del mundo, cerrar el Asia Fact Check Lab mientras informa sobre la desinformación del Partido Comunista chino, y restringir el acceso a la información en países como China, Corea del Norte y Myanmar que carecen de medios libres e independientes, señaló en un comunicado el presidente de la emisora, Bay Fang.
“Su trabajo invaluable forma parte de la responsabilidad de Radio Free Asia de defender la verdad para que los dictadores y déspotas no tengan la última palabra”, escribió Fang en mayo en The New York Times.
Expertos que monitorean el estado de la democracia global indicaron que la brecha de información creada por el gobierno de Trump envalentonará a rivales de Estados Unidos como Rusia y China, que ya están trabajando en moldear la opinión pública.
Barbara Wejnert, socióloga política en la Universidad de Buffalo —quien estudia las democracias globales—, considera que los empeños diplomáticos a través de las emisoras estadounidenses y las organizaciones sin fines de lucro que procuran promover la democracia ayudaron a precipitar un “rápido incremento en los países que se democratizaban” a fines del siglo XX.
“Especialmente hoy, cuando la verdad es distorsionada y la gente no confía en los gobiernos, difundir la noción de libertad y democracia a través de los medios es aún más vital”, manifestó.
CHRISTINE FERNANDO
Yahoo Noticias Agencia AP
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de la AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.