Sin transmisión no hay transición

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Foto tomada de El Nuevo Siglo

Por Amylkar D. Acosta Medina

Miembro de Número de la Acce

Bogotá, mayo 24 de 2025. El Sistema interconectado nacional (SIN) se encuentra en el máximo grado de stress debido a la estrechez de la Oferta de energía firme(OEF) a causa del atraso en la ejecución de los proyectos tanto de generación, entre los cuales se destacan las 4 unidades de Hidroituango y los 16 parques eólicos en La Guajira, como de transmisión, empezando por la Línea colectora, de la cual depende la inyección de la energía generada en los parques eólicos al SIN, cuya ejecución ya tiene 3 años de atraso.

EL DÉFICIT DE LA OEF

La capacidad instalada de generación, según XM, que es la empresa que opera el SIN, es de 21.420.86 GW y según un estudio reciente de Fedesarrollo para el 2028 se requiere contar con una capacidad de 29 GW. Pero, al paso que vamos ello es imposible, no obstante la subasta de expansión que tuvo lugar en febrero del año pasado y la de reconfiguración reciente, así como la de expansión en curso. Ello en razón de que, de acuerdo con la Presidenta de Acolgen “solo 6 de 10 megavatios de las asignaciones en subastas previas entraron en operación y menos de 3 de cada 10 lo hicieron en la fecha programada”[1]. Según la Presidenta de XM Nohemí Arboleda, “en 2024 sólo entró en operación el 25% (1.447 megavatios) de la capacidad total que se esperaba (5.720 megavatios). Entre tanto este año ha ingresado sólo el 1.4% (50 megavatios) del total esperado (3.517 megavatios)”[2]

Lo dijo con toda claridad y con el énfasis que la situación amerita: “el 55% de los proyectos de expansión relacionados con las redes de STN y STR representan retrasos frente a su fecha de entrada en operación y digamos la materialización de esos planes de expansión es clave para ese futuro que esperamos. Dado que esa expansión está basada básicamente en esas renovables, es muy importante, como mirar qué retos, qué obstáculos hay que vencer obviamente para llegar a esas metas que tenemos allí”[3].

Estos atrasos a los que hace alusión Arboleda han llegado a tales extremos que “han llevado a que XM ejecute garantías bancarias a proyectos que suman una capacidad instalada de 3.134 megavatios en los últimos años. Las estadísticas muestran un importante rezago en la entrada en operación de nuevos proyectos de generación en Colombia”[4]. Estamos hablando del 30% de la demanda nacional. Y con sobrada razón acota la Presidenta ejecutiva de la Asociación  de energías renovables Colombia, SER Colombia, que “cada anuncio de un proyecto que se abandona desmotiva a inversionistas”[5]

Ello se traduce en lo que denomina la Presidenta de Asoenergía Sandra Fonseca en un “equilibrio inestable en el balance Oferta – demanda existente”[6], en el que la demanda registra 79.982.1 GWH (220 GWHD) y Oferta de energía en firme (OEF) a duras penas llega hasta los 82.084.9 GWH (240 GWHD). Y, según lo reveló Natalia Gutiérrez “con base en las proyecciones de demanda anual de la UPME y las cifras de OEF publicadas por XM,se mantiene un déficit de energía firme negativo”[7].

Esta situación, ya de por sí preocupante, tiende a agravarse, toda vez que la controvertida Resolución de la 101 066 de 2024, que cambia el mecanismo y establece dos techos para el precio de escasez, que por lo pronto es optativa, se tornará obligatoria a partir de los años 2028/2029, tienen un efecto perverso y disuasivo hacia las empresas que operan a carbón, las hidráulicas y las renovables y en última instancia en lugar de contribuir a bajar las tarifas de energía eléctrica las presionaría al alza ya que si entran deberán cobrar entre US$30 o US$35 frente a los US$18 que está actualmente el cargo por confiabilidad. Eso, al final del día, es más costo para los usuarios, que son quienes terminarán pagando los platos rotos.

EL RACIONAMIENTO EN EL CARIBE

Como se recordará, en un Comunicado de la empresa XM, responsable de la operación del SIN, fechado el 17 de julio de 2023, se dijo que “en cumplimiento de las funciones a nuestro cargo, desde XM hemos venido dando las respectivas señales a la institucionalidad sectorial y también a los agentes del mercado sobre la existencia de condiciones de riesgo para la atención segura de la demanda en algunas partes de las subáreas del país: GCM (Guajira – Cesar – Magdalena), Córdoba – Sucre y Bolívar por sobrecargas de la infraestructura y bajos voltajes en condición normal o frente a fallas en los equipos de la red; la misma condición sucede con la red que atiende la demanda del Departamento de Chocó pues presenta una alta vulnerabilidad a fallas, dando lugar a desconexiones continuas de demanda[8].

Y advierte, además, que “desde hace varios años hay un agotamiento generalizado en la capacidad de transmisión de la red; esto significa que los equipos operan muy cerca o sobre los límites máximos de operación y han llevado a que cerca del 61% de la demanda no atendida total del país se produzca en esta área, tanto por causas programadas (mantenimientos a la red) como no programadas (fallas en la infraestructura de transporte)”[9].Esta situación, lejos de superarse cada día se torna más crítica, sólo que la “demanda no atendida” que es un término eufemístico para denominar el racionamiento, el cual se disfraza con el supuesto “mantenimiento” de redes, práctica común, según lo delató la auditoría forense que se practicó a la empresa Air – e, que presta sus servicios a los departamentos de Atlántico, Magdalena y La Guajira[10].

Esta situación persiste desde entonces, así lo aseguró la Gerente general de la empresa Transelca, del Grupo empresarial ISA, encargada de transportar la energía desde el interior a la región Caribe, Brenda Rodríguez, en el marco del Encuentro y Feria Renovables en Barranquilla, “toda la Costa Caribe está declarada en emergencia por agotamiento de las redes eléctricas. Esto lo estamos  atendiendo con especial cuidado”[11]. Esta alerta no debería pasar por desapercibida, porque de ella se sigue que está en riesgo la firmeza y confiabilidad de la prestación del servicio en toda una región, en las condiciones que establece la Ley 143 de 1994, esto es con eficiencia, calidad y continuidad.

Y fue más lejos al afirmar que “la Costa Caribe representa una demanda de energía del 30% y se recoge el 80% de las fallas relacionadas con demanda no atendida del país por causa programada. Eso demuestra la gran diferencia que tenemos acá frente a las otras regiones del país[12].

EL TURNO PARA BOGOTÁ

Este racionamiento ha pasado inadvertido y con muy bajo perfil en los medios, debido a que este país es tan centralista que mientras no llueva en Bogotá, no se reconoce que hay invierno en el territorio nacional. Pero, ahora amenaza con extenderse a Bogotá, Cundinamarca y a toda la Sabana, debido también a la restricción en la oferta de energía a consecuencia del atraso de dos proyectos fundamentales que se requieren para transportar la energía desde Hidrosogamoso (Sogamoso-Virginia-Subestación Nueva Esperanza) y Chivor (Chivor II – Norte – Subestación Bacatá). Y ello por no contar con la Licencia ambiental para la instalación de las torres y ello tendido de las redes de conducción del fluido eléctrico. 

Dicho por el propio Presidente del Grupo Energía Bogotá Juan Ricardo Ortega, “ya es un hecho que negocios importantes en la Sabana de Bogotá no logran tener acceso al servicio porque no hay suficiente energía”. Es el caso de Falabella, que ante la negativa de la empresa Enel Colombia de suministrarle la energía requerida para su Centro de Distribución (Cedi) inaugurado en Cota, Cundinamarca, recientemente, uno de los más grandes en Latinoamérica, le tocó instalar unas plantas eléctricas que operan con diésel. Según lo ha dicho Mónica Cataldo, gerente de la red de distribución de ENEL “tenemos unos retrasos básicamente por tema de licenciamiento o por oposiciones. Se tienen estudios por el crecimiento de la demanda para ver cuándo podría tenerse este momento crítico. Se estima pueda ocurrir desde 2026[13].

Según ha trascendido hay varios proyectos de vivienda en la Sabana aplazados por falta de disponibilidad del servicio de energía eléctrica. Si Bogotá, Cundinamarca y la Sabana, hasta ahora,  no han sido sometidas a racionamiento, como sí lo está desde 2023 toda la región Caribe es porque el Sistema ha contado con el apoyo de Termozipa en Boyacá, térmica está que opera con Carbón. No deja de ser una ironía que no se cuenta con energía hídrica limpia proveniente de Chivor e Hidrosogamoso a falta de Licencia ambiental y se tenga que suplir con energía térmica, altamente contaminante

Le asiste la razón al Presidente Gustavo Petro cuando afirma  que “frenar un proyecto de energías limpias por razones ambientales es un exabrupto. Decir que tiene que volver a presentar la solicitud de la licencia ambiental está matando la humanidad, porque estas son las urgencias del momento”[14]. Huelga decir que sin redes de transmisión no hay Transición energética, sin ellas la mayor capacidad de generación de energía queda atrapada al no poder conectar los centros de generación con los emisarios finales que son los usuarios.

Cabe preguntarse, qué va a pasar con el Tren de cercanías de la Sabana de Bogotá (Regiotram) y el Metro de Bogotá, ambos proyectos estratégicos para el Centro del país que van a demandar mucha energía para operar. Cuando el Presidente Petro afirmó en la segunda Conferencia de la OMS sobre Contaminación del aire y salud, que “se convertirán buses diésel en tranvías. Se buscará comprar los buses diésel que circulan en las principales ciudades del país, incluida Bogotá, para ser reemplazados por tranvías eléctricas con el fin de reducir el índice de polución”[15], cabe preguntarse de dónde van a salir los recursos para financiar ese programa de reconversión, en medio de las afugias fiscales del Gobierno Nacional y la energía necesaria para que operen los tranvías eléctricos. Soñar no cuesta nada!

Razón tiene, entonces, el Alcalde de Bogotá Carlos Fernando Galán cuando afirmó, sin alarmismos pero con contundencia que “desde el año pasado vengo insistiendo en la necesidad que esas redes de transmisión que se contrataron hace más de 12 años, se terminen. Si no se terminan, vamos a tener riesgos en abastecimiento de energía en Bogotá el próximo año[16].

EL CUELLO DE BOTELLA

La situación planteada es grave y tiende a ser dramática hacia los próximos años, habida cuenta de que no hay la suficiente capacidad ni la va a haber en el corto ni el mediano plazo, de tal suerte que este cuello de botella frenará la Transición energética en el país y pone en riesgo la seguridad energética. Los nuevos proyectos de generación que alcancen a entrar, si es que alcanzan a superar la carrera de obstáculos a la que están sometidos, aquedarán confinados y su capacidad de generación de energía atrapada sin poderla inyectar al SIN. Los hechos son tozudos, según la Resolución 256 de 2025  de la UPME se rechazaron 387 proyectos (97% de las solicitudes presentadas) de generación de energía renovable que solicitaron  puntos de conexión al SIN. Esto es una barbaridad!

www.amylkaracosta.net


[1] Forbes Colombia. Marzo, 11 de 2024

[2] Portafolio, mayo, 22 de 2025

[3] Ídem

[4] Ídem

[5] El Tiempo. Mayo, 21 de 2025

[6] Portafolio. Mayo, 16 de 2023

[7] El Tiempo. Mayo, 15 de 2025

[8] XM. Comunicado Julio, 17 de 2023

[9] Ídem

[10] El Tiempo. Enero, 8 de 2025

[11] El Norte. Mayo, 22 de 2025

[12] Ídem

[13] Noticias Caracol. Mayo, 19 de 2025

[14] Portafolio. Mayo, 12 de 2023

[15] El Tiempo. Marzo, 28 de 2025

[16] Noticias Caracol. Mayo, 19 de 2025