La Iglesia católica de Cuba defendió el derecho de miles de personas que salieron a las calles de la isla a expresar su malestar por el deterioro de la situación económica y social durante los disturbios antigubernamentales registrados en varias localidades el pasado domingo.
“Comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente”, declaró la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) en un comunicado publicado en su web este martes.
Asimismo, señaló que en estos momentos le preocupa que “las respuestas a esos reclamos sea el inmovilismo que contribuye a dar continuidad a los problemas, sin resolverlos”.
“No solo vemos que las situaciones se agravan, sino, también que se camina hacia una rigidez y endurecimiento de posiciones que pudieran engendrar respuestas negativas, con consecuencias impredecibles que nos dañarían a todos”, añadió la jerarquía católica cubana.
Los obispos cubanos apuntaron que “no se llegará a una solución favorable por imposiciones, ni haciendo un llamado a la confrontación” y recalcaron que “las crisis no se superan con el enfrentamiento sino procurando un entendimiento”.
Advirtieron que “la violencia engendra violencia, la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar”.
En ese sentido invitaron “a todos a no incentivar la situación de crisis, sino con serenidad de espíritu y buena voluntad, ejercitar la escucha, la comprensión y la actitud de tolerancia, que tenga en cuenta y respete al otro para juntos buscar caminos de una justa y adecuada solución”.
Reconocieron que el Gobierno de la isla “tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades” pero también creen “necesario que cada persona aporte su creatividad e iniciativa y que cada familia trabaje por su propio bienestar, sabiendo que cuando eso ocurre, se está trabajando por el bien de la Nación”.
“No podemos cerrar los ojos o entornar la mirada, como si nada estuviera sucediendo, ante los acontecimientos”, afirmaron al referirse a las inéditas protestas callejeras que ocurrieron en ciudades y pueblos de Cuba con participación de miles de personas el domingo último con algunas réplicas reportadas el lunes.
Los presentes protestaron contra el Gobierno con gritos de “libertad!” y “no más mentiras”, y como resultado hubo disturbios después de que el presidente Miguel Díaz-Canel instó a sus partidarios a enfrentarlos, y fueron detenidos decenas de manifestantes (150 según organizaciones).
Las protestas, las más fuertes que han ocurrido en Cuba en las últimas seis décadas, se produjeron con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia de coronavirus fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad.
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