Cartas al pasado:  Paciencia, una estrategia para un buen vivir

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“La esperanza es lo último que se pierde”, dice un antiguo refrán basado en la historia de la mitología griega conocida como la caja de Pandora.

Pero, ¿Qué es lo primero que se pierde? creo yo, y para muchos, que lo primero que se pierde es la paciencia, esa virtud tan escasa en nuestra actualidad.

Siempre he escuchado que se debe ser paciente, pero una cosa es lo que me dicen y otra muy diferente lo que hacen. La educación en valores, es más eficiente cuando se ve en hechos y no solo en palabras, sobre todo en nuestra infancia. La frase “debes ser paciente” le decían a diario, pero de forma contradictoria, también tenía que hacer todo rápido y sin darme cuenta, mi vida se convertía en una carrera, todo lo que estaba enmarcado por la rapidez, no me quedaba tiempo para disfrutar.  Eso pasó con todos los aspectos de mi vida; estudiar, vestirse, jugar, enamorarme, etcétera. !!!No hay tiempo para parar¡¡¡

También he escuchado de diversas fuentes, que la vida es corta, y estoy seguro de que eso se hace realidad cuando la vivimos sin pausas. Además de estar en un mundo que no nos permite tomar un respiro, crecemos y nos convertimos en eso que nos dicen que no debemos ser: impacientes. Queremos todo y que sea rápido. Lo vivimos a diario, con pequeñas cosas que se vuelven grandes, por ejemplo; hacer fila en un banco, estar en un trancón en la autopista o querer terminar la universidad. Pensamos solo en los resultados, que están más adelante, en el futuro.

Pensar de esta forma nos hace sentir incertidumbre ante un panorama desconocido. De forma frecuente nos cuestionamos, ¿será que sí pasará? ¿y si no? ¿Qué voy a hacer?, lo hacemos cuando estudiamos, nos vamos a casar, si tenemos empresa, trabajamos y en todos los proyectos que realizamos. Lo anterior solo sirve para llenar nuestras vidas de miedos y dudas, que no existen, solo están en nuestra mente, porque aún no han pasado, sustentadas por supuestos imaginarios.  Nuestro cuerpo está en el presente, pero nuestra mente no, vive en el futuro, y solo pocas veces estamos en armonía, viviendo el presente en cuerpo y mente. !!!El futuro es ahora¡¡¡

La impaciencia es terreno fértil para sentir temor, angustia, desesperanza y ansiedad. Realmente afecta nuestras vidas, y se vuelve un círculo de aspectos negativos, que además de impactar en nuestra salud mental, afectan diversos variables de la vida, por ejemplo, alteramos el patrón de sueño, pasamos al insomnio que de forma gradual genera en nuestra salud física el desarrollo de enfermedades como hipertensión arterial o diabetes.

DISFRUTAR LA VIDA

Cultivar una virtud como la paciencia, es una gran estrategia para un buen vivir, porque permite desarrollar otras habilidades, disfrutar la vida con calma y poder trabajar de forma eficiente con un mayor panorama en nuestros sueños. Cuando iniciamos un proyecto, en muchas ocasiones solo nos centramos en el resultado, en que pasará, lo vemos lejano y nos angustia los posibles desenlaces negativos. Antes de iniciar y darle vida a ese proyecto, ya se los hemos abandonado.

Nada tiene tanto poder en nuestra vida, como lo tienen los sueños para motivarnos, que pueden ser materiales o no, por ejemplo, desear tener hijos, una carrera profesional exitosa, un trabajo ideal, un viaje, en fin, la variedad es tan amplia como lo puede llegar a ser nuestra imaginación. Son los sueños por los que se vive, pero se deben aterrizar, pasarlos de nuestra mente a un plano tangible. Recuerda que para hacer que se cumplan: “Debes soñar con los ojos cerrados y hacerlos realidad con los ojos abiertos”. Ser paciente, puede confundirse con estar esperando una oportunidad, por el contrario, es prepararme el tiempo necesario para la oportunidad de mi vida. Ser exitoso, es crear esa oportunidad.

Los proyectos o metas que tenemos en nuestras vidas, nacen en forma de sueños, estos pueden ir cambiando de acuerdo a nuestro desarrollo personal. Pero, ¿Como hago que se hagan realidad? Debo realizar un planeamiento y es ahí donde la paciencia se convierte en una de las claves para lograrlo. Analicemos el siguiente ejemplo: Hay una vacante para ocupar el trabajo ideal, que es un sueño profesional, me postulo para presentar una entrevista para ese cargo.

En mi cerebro, según la programación que tenga, puedo pensar lo siguiente: si consigo ese trabajo, me van a pagar mejor, y puedo comprar cosas para la casa o puedo viajar, en fin, nuestra mente empieza a hacer una proyección. Ese primer aspecto que es positivo, se ve opacado por pensamientos negativos. Si no me aceptan y me dicen que no soy contratado, puedo pensar lo siguiente: eso paso por que soy de malas, nada me sale, yo no sirvo para nada, y sigue una cadena de pensamientos que nos hacen sentir muy mal. De lo expuesto con anterioridad nada ha pasado, no he presentado la entrevista y ya estoy imaginando mil cosas, especialmente negativas.

Esto genera ansiedad y creemos que estamos así por la entrevista, pero lo que genera esa ansiedad soy yo y mis pensamientos. ¿Por qué? Porque estoy creando una experiencia de un futuro incierto ahora. La mejor estrategia para ir desarrollando la paciencia es vivir el momento. Retomando el ejemplo, veo una vacante y me postulo, lo que debo hacer es preparar la entrevista, y no perder tiempo pensando en que pasará, enfocarme en lo que estoy haciendo ahora, permitirá mejorar mis habilidades y disfrutar el momento actual.

La paciencia no viene en cápsulas, leer un libro no me va a dar esa virtud. Vivir y experimentar mis actividades diarias, es la forma adecuada. Se logra paso a paso, sería cómico encontrar el siguiente título en un libro: “Como ser paciente en 10 minutos”. Ser paciente, es la cualidad que permite disfrutar el tiempo conmigo, con los que me rodean y con las circunstancias de mi vida.

Si quieres grandes logros en tu vida, concéntrate y enfócate en los procesos, en muchas ocasiones por solo querer disfrutar de la playa en nuestras vacaciones, nos perdemos todo el viaje. Recordemos que la vida no es un fin o un objetivo, es un recorrido, que se camina por momentos solos y la mayoría acompañados. Tomemos el tiempo necesario para hacer un alto en ese camino, en nuestras vidas, para ver mejor y poder tomar mejores decisiones, evitemos estancarnos o caminar en círculos y repetir experiencias negativas.

Ser pacientes nos invita a ser creativos. ¿Qué vas a hacer la próxima vez que estés en un trancón, en una fila en un banco o en esa situación que acaba con la poca paciencia que ya tienes? Solo te puedo asegurar que gritar o estar de mal genio, solo empeorará ese momento. Las situaciones nunca tendrán poder sobre ti, eres tú el que elige cómo afrontar los eventos y retos diarios.

Por Diego García MD. Ceo epystemy