Mayoría de empresas no hace análisis serio de variables climáticas

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En la actualidad, el cambio y la crisis climática son factores fundamentales que pueden afectar los modelos de negocio, estrategias, riesgos y oportunidades e incluso la viabilidad de las organizaciones y sus industrias en el mediano y largo plazo.

A pesar de esta situación, el Barómetro de Divulgación de Oportunidades y Riesgos Climáticos 2021 presentado por EY, indicó que solo el 41% de las empresas a nivel mundial está analizando el impacto de las variables climáticas en sus operaciones, un porcentaje aún bajo si se tiene en cuenta que cada vez más el clima se está convirtiendo en un factor que tiene relación directa o indirecta con el crecimiento de los sectores económicos y de las empresas asociadas.  

La latente preocupación por el medio ha motivado a que las empresas tengan que implementar estrategias impulsadas por el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD).

Según el estudio de EY, que recopiló datos de más 1.100 empresas en 42 países, el 70% de estas compañías han adoptado estas recomendaciones del TCFD, mientras que un porcentaje cercano al 50% tiene una cobertura del 100% de las variables analizadas, pero solo un 3% recibió una puntuación del 100% en calidad.

 En otras palabras: cada vez hay más compañías reportando sobre riesgos y oportunidades relacionados con el clima, aunque muchas solo lo hagan a efectos de información y no como una práctica real que pueda impactar sus estrategias y negocios a futuro. 

Por otro lado, el estudio demuestra el progreso realizado por empresas que operan en mercados climatológicamente maduros, desde que las recomendaciones del TCFD fueron implementadas. 

 Además, la alineación de ciertos de estos elementos con el cuestionario CDP (Carbon Disclosure Project por sus siglas en inglés), ha ayudado a las empresas con prácticas continuas de presentación de informes del CDP para explicar mejor los impactos de los riesgos y las oportunidades climáticas.

Estados Unidos continúa siendo un país con un mayor rendimiento en respuesta a la crisis climática; Canadá ha mejorado considerablemente la calidad de su divulgación de riesgo climático; Francia es el único país con divulgación de los riesgos del cambio climático codificados en ley dentro de la Unión Europea; finalmente Brasil, el único país en Latinoamérica con un alto desempeño en la protección al medioambiente, gracias a su fuerte papel en el sector financiero para impulsar la agenda climática en el país. 

¿Cómo está el panorama en Colombia? 

En el país hay un llamado urgente al sector empresarial para que divulgue mayor información, no solo en materia de cambio climático, sino en general la relacionada con sostenibilidad. En el marco de la IV Jornada de Inversión Responsable, realizada en junio pasado, los inversionistas institucionales adheridos a los Principios de Inversión Responsable (PRI), hicieron pública una declaración solicitando el desarrollo de prácticas para la estandarización de divulgación de información en aspectos ASG. Lo anterior, teniendo en cuenta que, de 126 emisores en Colombia, solo el 44% de ellos realizan informe de sostenibilidad siguiendo los estándares GRI (Global Reporting Initiative), el 6% lo hace bajo estándares SASB (Sustainability Accounting Standards Board) y el 10% reporta las recomendaciones de TCFD (Task Force on Climate-Related Financial Disclosures)

“Este informe no solo es un barómetro de las divulgaciones, los riesgos y las oportunidades, sino que es un llamado a la acción para acelerar el desarrollo y la implementación de la estrategia climática, tan necesaria en el contexto actual”, afirmó Alessandro Ambrosio, socio Líder de Asesoría Contable y Financiera, EY Colombia. “Se espera que el informe catalice un análisis de escenarios significativo y una adaptación de estrategias generalizadas para que las empresas tomen acción y hagan un cambio contundente en las industrias”, concluyó. 

Comportamiento de los reportes en sectores con alto riesgos climáticos  

Los sectores con una exposición significativa a la transición de riesgos, obtuvieron un puntaje más alto por sus respectivos reportes. Estos incluyen bancos, energía, manufactura, tecnología, telecomunicaciones y transporte. La transición de riesgos prevalece en sectores con emisiones más altas, con exposición directa a cadenas de suministros fósiles e inversiones en el sector energético o con sustitutos accesibles bajos en carbono. De acuerdo con el análisis presentado, los sectores financieros tienen una cobertura total del 62% y calidad del 37%, mientras que los sectores no financieros tienen una cobertura del 72% y calidad del 44%. 

Los escenarios climáticos pueden ser fundamentales para una evaluación de riesgos sólida, debido a su relación e impacto comprobado con las cadenas de suministro, así como la conexión física, económica y regulatoria. En ese sentido, solo el 41% de las organizaciones están realizando el análisis de estos escenarios. Si bien el análisis de los mismos es más complejo que otros elementos de divulgación, es el aspecto más importante del marco TCFD, ya que convierte la teoría en estrategias tangibles y procesables. 

En un momento en el que la voluntad política y la opinión pública mundial se centran en una acción climática profunda, es muy probable que todas las empresas a nivel mundial actúen ahora para apoyar la descarbonización. Para ello, las organizaciones deben desarrollar e implementar una estrategia puntual que establezca un propósito, además de identificar y evaluar opciones para mejorar el desempeño climático, que incluyen: la descarbonización de productos, transformación de las cadenas de suministro, optimización de operaciones, reducción de riesgos en su portafolio y la integración de nuevas tecnologías. 

Para lograr un cambio real ante la crisis climática que hoy en día se enfrenta a nivel global, es necesario que los riesgos y oportunidades se convierten en una prioridad para las organizaciones, al tiempo que planifican sus estrategias de crecimiento futuro. Es fundamental dar una cobertura suficiente al calentamiento global, y ayudar a las organizaciones a evaluar con precisión los impactos potenciales (positivos y negativos) que tienen en la estrategia corporativa.