El Gobierno colombiano respondió este viernes al de Nicaragua que la democracia de ese país “tiene el tamaño de su dictador”, al tiempo que pidió que la comunidad internacional aplique sanciones al presidente Daniel Ortega para evitar que se sigan violando los derechos humanos.
“Hoy la calidad democrática de Nicaragua tiene el tamaño de su dictador”, dijo la Cancillería colombiana en un comunicado en respuesta a Ortega, quien acusó a Colombia de ser un “narco-Estado”.
Nicaragua vive una crisis política y social desde abril de 2018, acentuada tras las controvertidas elecciones del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato y cuarto consecutivo, con sus principales contendientes en prisión.
La Cancillería colombiana agrega que las democracias del mundo “seguiremos instando a la comunidad internacional para que aplique a todos los miembros del régimen de Nicaragua las sanciones económicas y personales que eviten que gane tiempo para seguirse lucrando, destruyendo la riqueza nacional y pisoteando la dignidad humana, como le sucedió a Venezuela”.
La víspera, Ortega dijo que Colombia “es un narco-Estado” y criticó a su homólogo colombiano, Iván Duque, por cuestionar a su Gobierno en los foros internacionales en asuntos como los derechos humanos.
PREOCUPACIÓN REGIONAL
En el comunicado, Colombia expresó también su “profunda preocupación” por las acciones de Ortega para “distraer la atención de una comunidad internacional que rechaza con vehemencia la nueva dictadura que se instala en el país centroamericano”.
Esas situaciones, dice el Gobierno colombiano, generan el “repudio de los países vecinos y la preocupación regional por el riesgo de que el pueblo nicaragüense viva el horror del éxodo, el desarraigo, la pérdida de libertades y el brutal empobrecimiento que viven hoy el pueblo venezolano y el pueblo cubano”.
El pronunciamiento colombiano agrega que frente a los múltiples reclamos internacionales para que se celebren elecciones transparentes, se restaure la personería de los partidos políticos opositores y se libere a los opositores encarcelados, la “respuesta de Ortega consiste en atacar a Colombia para distraer la atención y la censura internacional sobre su total ilegitimidad”.
Según la Cancillería, Colombia reconoce los sufrimientos padecidos a causa del narcotráfico y las guerrillas y por eso “nuestro Gobierno y los anteriores se han concentrado en fortalecer el marco jurídico y las instituciones que salvaguardan los principios democráticos, garantizan los derechos de todos nuestros ciudadanos y, en particular, protegen y promueven los derechos humanos”.
Finalmente, Colombia hace un llamado a la comunidad internacional para que “no se permita que las argucias de un régimen que se ve amenazado invisibilicen el sufrimiento de sus víctimas y se abandonen las esperanzas de un pueblo que clama libertad”. EFE
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El presidente de Nicaragua dice que
“Colombia es un narco-Estado”
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dijo el jueves que Colombia “es un narco-Estado” y criticó a su homólogo colombiano, Iván Duque, por cuestionar a su Gobierno en los foros internacionales en materia de derechos humanos.
“Países como Colombia, donde tienen gobernantes que se atreven a hablar de los derechos humanos, hablan de los derechos humanos, y quieren darnos lecciones a los nicaragüenses en el tema de los derechos humanos”, reprochó el líder sandinista, durante un acto de graduación de cadetes de la Policía Nacional.
“Colombia es un narco-Estado, sí, es un narco-Estado”, continuó Ortega, flanqueado por el alto mando militar y policial, en la Plaza de la Revolución.
En su discurso, Ortega contó una anécdota cuando gobernó por primera vez Nicaragua durante los años de 1980, que tuvo con el fallecido expresidente colombiano Belisario Betancur (1982-1986), cuando discutían el proceso de paz en ese país suramericano.
Ortega aseguró que en ese entonces se había desplomado el precio del café en el mercado internacional, uno de los principales productos de exportación de Colombia, pero que en su visita a esa nación suramericana, durante esa época, no veía sus efectos en la economía colombiana.
Afirmó que preguntó a Betancur cómo hacían para mantener la estabilidad económica, pese a la caída de los precios del café, y que el exmandatario colombiano le habría dicho: “Es que en Colombia tenemos una situación que es trágica, que es el narcotráfico, el lavado de dinero, que está allí, y ese dinero circula por todos lados, y de tal manera que la crisis del café no afecta”.
“El narcotráfico le inyecta mucho dinero a la economía en algunos países latinoamericanos y caribeños, y ya no se diga en Colombia. Ese es un narco-Estado, donde los crímenes son impresionantes”, siguió.
En ese sentido, Ortega contó que en 1999, cuando viajó a San Vicente del Caguán a reunirse con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), donde condecoró al entonces jefe de esa guerrilla, Pedro Antonio Marín, alias “Manuel Marulanda” o “Tirofijo”, la seguridad de Estado colombiano desaconsejó cenar a él y a una comisión de paz en un restaurante en Bogotá porque podían ser blancos del narcotráfico y el crimen organizado.
“¿Con qué moral puede hablar Colombia de seguridad y de derechos humanos de Nicaragua, si allí se viven violando constantemente?”, insistió.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato y cuarto consecutivo, con sus principales contendientes en prisión.
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