La explosión en el hotel Saratoga de La Habana se había cobrado hasta este domingo 31 vidas, mientras siguen contrarreloj entre los escombros las tareas en busca de los desaparecidos.
Los equipos de rescate, que han trabajado sin pausa, han logrado extraer al menos un cuerpo de las ruinas del que fuera uno de los hoteles más lujosos y emblemáticos de La Habana, además del cadáver de una perra. Otras cuatro víctimas fueron sacadas de los escombros la madrugada del lunes.
“No terminaremos de trabajar hasta que no aparezca el último trabajador que esa familia espera en casa”, declaró a Efe desde las inmediaciones del Saratoga el intendente del municipio La Habana Vieja, Alexis Acosta.
El Comité Provincial de La Habana del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), citado por el medio oficial Cubadebate, se refirió en su encuentro de este domingo que se busca a 14 personas.
El avance de estas tareas es tremendamente complejo, explicaron los técnicos, que quieren acceder al doble sótano del Saratoga, donde se cree que se concentran los trabajadores atrapados.
Acosta indicó que las labores de rescate se enfocan “intensamente” en “llegar al sótano, donde estaba la parte de servicio”, porque ahí creen que “deben de estar los trabajadores que estaban ese día y aún no han aparecido”, así como “los vecinos del edificio del lado, que sufrió también” daños.
En esas dos plantas subterráneas había un almacén, una zona de oficinas y varias tiendas.
Pero el derrumbe de los suelos de la planta baja y el primer piso sobre el sótano dificultan las tareas y la maquinaria pesada tiene muchas dificultades para operar, por el riesgo de golpear la ya inestable estructura del edificio y provocar nuevos desplomes.
La prioridad, sin embargo, está clara, subrayó Acosta: “Rescatar al menos los cuerpos y poder entregárselos a las familias que están muy preocupadas”.
Con el paso de las horas, no obstante, se van extinguiendo las posibilidades de encontrar supervivientes entre los escombros del hotel. Los familiares de los desaparecidos esperan, entre la angustia y la esperanza, en un edificio público próximo.
EVOLUCIÓN DE LOS HERIDOS
La actualización de cifras ofrecida por el Ministerio cubano de Salud Pública (Minsap) a las 18.30 hora local (0.30 GMT del lunes) elevaba en cuatro las víctimas mortales con respecto al día anterior, hasta 31, personas de entre 10 y 77 años. Cuatro eran menores de edad y había una embarazada.
Todos los fallecidos son cubanos, salvo la española Cristina López-Cerón Ugarte. Las autoridades de su país afirmaron que harán lo posible para que la repatriación pueda tener lugar en los próximos días.
El número total de heridos se elevó por su parte a 84, de los que 24 permanecen hospitalizados. Entre ellos hay 19 adultos y 5 menores de edad.
De entre los ingresados, repartidos en siete centros médicos de la capital, 7 personas permanecen en estado crítico y 6 califican como graves. Además hay 11 heridos leves.
Entre estos heridos hay una cubano-americana y un español, César Román Santalla, pareja de la española fallecida. Ingresó grave y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de inmediato. Las autoridades sanitarias indicaron el sábado que su vida estaba fuera de peligro.
UN “LAMENTABLE ACCIDENTE”
El Gobierno cubano ha reiterado en varias ocasiones desde que se produjo la explosión, el viernes por la mañana, que se trató de un escape de gas. Una comisión está investigando los hechos.
En el momento de la explosión un camión cisterna de gas licuado estaba aparcado frente al hotel y recargando un depósito del hotel. Se cree que la manguera pudiera tener una fisura.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, habló ya este viernes de un “lamentable accidente”. “No ha sido una bomba ni un atentado”, afirmó.
Otros 17 edificios colindantes se vieron afectados por el accidente y en los próximos días se realizará una evaluación técnica a tres bloques y al propio hotel, para analizar si pueden recuperarse o deben ser demolidos.
El Saratoga fue construido en 1880 y desde 1911 funcionaba como un hotel. Su última restauración tuvo lugar en 2005, cuando se reformó el edifico en profundidad.
Con cinco estrellas, el hotel estaba considerado un icono del centro histórico restaurado de la ciudad. En sus suites se habían alojado estrellas como Beyoncé, Madonna y Mick Jagger.
El establecimiento se encuentra en pleno Paseo del Prado, una de las principales avenidas de La Habana Vieja, en el corazón histórico de la capital cubana, uno de los grandes reclamos turístico de la ciudad.
El accidente se produjo cuando el sector turístico de la isla está tratando de reactivarse tras dos años de parón forzado por la pandemia. Esta industria es clave para la economía nacional y el segundo mayor sector del producto interno bruto (PIB).
El gobernador de La Habana, Reinaldo García Zapata, subrayó que este accidente “no tiene que ver en absoluto con la seguridad que ha demostrado” Cuba para los turistas internacionales.
Cuba ha recibido más de 450.000 turistas entre enero y abril y aspira a lograr 2,5 millones de visitantes extranjeros en el conjunto del año. La cifra es sensiblemente superior a la del año anterior, pero aún lejos del volumen prepandemia.
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