Dos periodistas españoles murieron tras una emboscada armada a una patrulla contra la caza furtiva en Burkina Faso, dijo el martes el presidente del Gobierno español.
Un ciudadano irlandés también ha muerto, según tres altas fuentes de seguridad de Burkina Faso.
El Gobierno de Burkina Faso había confirmado la desaparición de cuatro personas, entre ellas tres extranjeros, tras la emboscada, pero dijo que las fotos de los cuerpos que circulaban por las redes sociales no habían sido identificadas formalmente como suyas.
Sin embargo, el presidente del Gobierno español confirmó la muerte de los dos periodistas, que estaban grabando un documental. “Se confirma la peor de las noticias”, dijo Pedro Sánchez en Twitter.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irlanda dijo a última hora del lunes que estaba al tanto de los informes sobre el ataque y que estaba en estrecho contacto con sus socios internacionales.
Las tres altas fuentes de seguridad de Burkina Faso con conocimiento directo del asunto pidieron el anonimato porque no estaban autorizadas a hablar con medios de comunicación.
Un miembro de las fuerzas armadas de Burkina Faso sigue desaparecido tras la emboscada, dijo una de las fuentes.
El grupo desapareció después de que unos individuos armados atacaran una patrulla de fuerzas de seguridad y expatriados en una región del este el lunes por la mañana, dijo el Gobierno en un comunicado.
Nadie ha reivindicado la autoría del ataque, ocurrido una carretera que conduce a la vasta reserva forestal de Pama. El Gobierno dijo que no había identificado a los asaltantes, a los que describió como “terroristas”.
La unidad que sufrió la emboscada formaba parte de una nueva unidad conjunta del ejército, la policía y la silvicultura que acababa de recibir seis meses de formación y estaba empezando a operar en las zonas de conservación de los alrededores de Pama, en la frontera con Benín y Togo.
Burkina Faso, al igual que gran parte de la región del Sahel en África Occidental, se enfrenta a una crisis de seguridad cada vez más profunda, ya que grupos vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico llevan a cabo ataques contra el ejército y la población civil, a pesar de la ayuda de las fuerzas francesas y de la ONU.
Se cree que fuerzas insurgentes retienen a rehenes extranjeros en Burkina Faso, Malí y Níger.
El agravamiento de la violencia ha provocado una de las crisis de desplazamiento que más rápido está aumentando en el mundo, según advirtió Naciones Unidas a principios de abril. El Sahel acoge ahora a casi tres millones de refugiados y personas desplazadas dentro de su propio país.
(Información de Thiam Ndiaga; información adicional de Conor Humphries en Dublin, Isla Binnie, Inti Landauro y Belen Carreno rn Madrid y David Lewis en Nairobi; escrito por Bate Felix y Alessandra Prentice; editado por Kim Coghill, Catherine Evans, Mark Heinrich y Alison Williams; traducido por Flora Gómez, Tomás Cobos y Michael Susin)
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