Este martes completó dos días el paro de conductores de las empresas del transporte público de buses en Barranquilla y su Área Metropolitana. El asesinato de tres conductores en una semana desató la protesta del gremio.
Pese a los esfuerzos del alcalde Jaime Pumarejo Certain y los operativos de seguridad de la Policía Nacional y el Ejército, acompañados de patrullajes aéros y labores de inteligencia en sectores de alta delincuencialidad, los conductores han dejado de asistir a los centros de despacho de buses que inician opereaciones a las cuatro de la mañana en promedio.
Ls labores cotidianas y actividades escolares y laborales, así como el desempeño de la economía, se han visto afectado de manera preocupante durante el cese de actividades.
La gente aguarda horas y horas en los paraderos a la espera de que aparezcan los buses, pero los vehículos continúan sin movilizarse. Los carros particulares y taxis hacen su agosto cobrando tarifas exageradas por el transporte de personas.
Y el problema parece no tener solución a la vuelta de la esquina.