“La magnitud de la calamidad” es mayor de lo esperado. Así se ha referido el primer ministro de Pakistán a las inundaciones en el país después de visitar las zonas afectadas.
Shehbaz Sharif habló desde la provincia de Sind, una zona que donde ha llovido ocho veces por encima de su promedio en agosto.
Las inundaciones han matado a casi 1.000 personas en todo Pakistán desde junio, mientras que miles han tenido que ser desplazadas y millones más afectadas,
Mientras la BBC recorría Sind, nos encontramos con personas desplazadas en cada aldea.
La escala total de la devastación en la provincia aún no se sabe por completo, pero la gente lo describe como el peor desastre al que han sobrevivido.
Las inundaciones no son raras en Pakistán, pero la gente dice que estas lluvias fueron diferentes.
Un funcionario local las calificó de “inundaciones de proporciones bíblicas”.
Cerca de la ciudad de Larkana, miles de casas de barro se han hundido bajo el agua.
En varios kilómetros, lo único que es visible son las copas de los árboles.
En los lugares donde el nivel de agua es ligeramente más bajo, los techos de paja se arrastran desde debajo del agua.
En un pueblo, la gente está desesperada por comida.
En otro, muchos niños han desarrollado enfermedades transmitidas por el agua.
En un momento en que un camión, que se deplaza de lugar en lugar con comida, se detuvo en uno de los puntos, decenas de personas se abalanzaron sobre él.
Había niños que, cargando a otros niños, se abrían paso hacia la larga cola.
Una niña de 12 años contó que ni ella ni su hermanita habían comido en todo un día.
“Aquí no ha llegado comida, pero mi hermana está enferma, ha estado vomitando”, dijo la niña. “Espero que puedan ayudar”.
La desesperación era evidente en todas las comunidades.
La gente corría hacia las ventanillas de los coches para pedir ayuda, cualquier cosa.
En una de las calles principales de la ciudad de Sukkur hay cientos de personas que se han asentado allí.
Muchos han caminado desde aldeas remotas.
Les dijeron que era más fácil conseguir ayuda en áreas urbanas.
Pero no hay mucha diferencia.
El viernes, el primer ministro Sharif dijo que 33 millones de personas se habían visto afectadas por las inundaciones, alrededor del 15% de la población del país.
Dijo que las pérdidas causadas por las inundaciones de esta temporada fueron comparables a las de las inundaciones de la temporada 2010-11, las peores registradas.
El país ha pedido más ayuda internacional.
En Sind, no es que las autoridades locales no lo estén intentando, pero admiten que están al borde de sus posibilidades.
El gobierno provincial dice que se trata de una “catástrofe del cambio climático” y que la gente de Pakistán, especialmente en las comunidades más pobres, ha sido la más afectada.
Las soluciones no serán rápidas: acres de tierra están inundados y el agua no retrocede lo suficientemente rápido como para que se lleve a cabo una reconstrucción.
No hay mucho que hacer por la gente,más que esperar: esperar a que cesen las lluvias, esperar a que baje el agua, esperar a que se asignen más recursos a este tipo de comunidades.
Mientras tanto, la vida sigue siendo difícil.
La tragedia no para
Ashraf KHAN, Lehaz Alidom, 28 de agosto de 2022, 5:40 a. m.
El sur de Pakistán, golpeado por fuertes inundaciones, se preparaba este domingo a nuevas riadas debido a las crecidas de los cauces tras las lluvias monzónicas, que han dejado más de un millar de muertos en todo el país.
El Indo, el río que atraviesa la provincia de Sind en el sur del país, no deja de crecer alimentado por decenas de riachuelos y torrentes desbordados por las fuertes lluvias y el deshielo de los glaciares.
Las compuertas de una importante represa se han abierto para hacer frente a un caudal de más de 600.000 m3 por segundo, indicó un responsable del embalse, cerca de la ciudad de Sukkur, en la provincia de Sind, donde viven unas 500.000 personas.
Las autoridades han advertido que los torrentes de agua llegarán a esta provincia del sur en los próximos días, lo que empeorará la situación de millones de personas ya afectadas por las inundaciones.
Los responsables paquistaníes atribuyen estos fenómenos extremos al cambio climático y aseguran que el país sufre las consecuencias de las prácticas medioambientales irresponsables de otras partes del mundo.
Según el último balance de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), publicado el domingo, 1.033 personas perecieron por las lluvias torrenciales desde junio, 119 de ellas en las últimas 24 horas.
– Un paquistaní de cada siete –
Más de 33 millones de personas –un paquistaní de cada siete– se vieron afectadas por las lluvias de este año y cerca de un millón de casas quedaron destruidas o seriamente dañadas, según el gobierno.
En la provincia de Sind, decenas de miles de habitantes en zonas rurales se refugiaron en carreteras elevadas o en las vías del tren.
Cerca de Sukkur, se instalaron tiendas de campaña para acoger a los siniestrados, que no dejaban de llegar en barcos con las pocas pertenencias que podían cargar.
“El agua del río empezó a subir desde ayer, inundando todos los pueblos y obligándonos a huir”, declaró a la AFP Wakeel Ahmed, un obrero de 22 años.
En el norte de Pakistán, miles de personas que viven cerca de ríos recibieron la orden el sábado de evacuar la zona. Helicópteros y equipos de rescate seguían sacando el domingo a los vecinos que todavía permanecían en el lugar.
“Tuvimos que socorrer a niños y mujeres”, dijo desde el valle de Swat un socorrista, Umar Rafiq, a la AFP.
En esta zona turística, conocida por sus escarpadas montañas, muchos ríos se desbordaron y arrasaron decenas de edificios, entre ellos un hotel de 150 habitaciones.
El propietario de una pensión, Nasir Khan, ya afectado por las inundaciones de 2010, dijo que lo había perdido todo. “La parte del edificio que se salvó hace 12 años quedó sumergida entre las aguas”, explicó a la AFP.
Estas lluvias monzónicas –que se producen cada año entre junio y septiembre– son comparables a las de 2010, en las que murieron unas 2.000 personas y dejaron casi una quinta parte del país anegado, según las autoridades.
El viernes, el gobierno decretó el estado de emergencia y movilizó al ejército para hacer frente a esta “catástrofe de magnitud inédita”, en palabras de la ministra del Cambio Climático, Sherry Rehman.
Pakistán es especialmente vulnerable al cambio climático. Figura en la octava posición de los países más amenazados por los fenómenos meteorológicos extremos, según un estudio de la oenegé Germanwatch.
Estas inundaciones tienen lugar en un contexto muy complicado para el país, cuya economía está por los suelos y atraviesa una profunda crisis política, después de que el primer ministro Imran Khan fuera derrocado en abril por una moción de censura en el Parlamento.
Yahoo Noticias Redacción BBC News Mundo Agencia AFP Fotos de agencias