La multinacional THT, consultó a 150 organizaciones en América Latina acerca de la predicción del comportamiento humano, encontrando una percepción del 92% que piensa que sí es posible hacerlo, resaltando la importancia de contar con modelos predictivos de conductas, tanto en la selección de nuevo personal como también en la gestión de estos y en la resolución de conflictos de intereses opuestos.
Cada día las empresas del mundo entero invierten dinero, tiempo y personal calificado en esta labor, o de qué otra forma podría elegir a quienes harán parte de ellas, sin temor a equivocarse y con la confianza de que mostrarán su mejor desempeño, se adaptarán a la empresa, serán estables y cumplirán con el perfil planteado; todo lo que podría ser un acto de fe, no es más que la conclusión bien calculada y objetiva de la relación de una infinidad de variables.
Por lo anterior, dentro del proceso se deben considerar, además de todos los aspectos básicos del candidato, los cambios que pueden generarse dentro de la organización a nivel de estructura, clima o condiciones laborales que podrían hacer que el comportamiento cambie de repente; o que aspectos generales como los del medio, de los cuales se era consciente, después de haber pasado por una pandemia que cambió las dinámicas habituales de las personas y las empresas, la economía y estabilidad de los países; y así se podrían contar infinidad de variables externas que repentinamente pueden cambiarnos las predicciones sobre ese ser humano.
Dentro de todas las variables que interfieren en la decisión de ser elegidos para un cargo o para un ascenso, las organizaciones encuestadas señalaron que la personalidad seguida de las habilidades, son lo más crítico de conocer dentro de un proceso. En el siguiente gráfico se observa la elección de estos aspectos, tanto por quienes ejecutan el proceso, como por quienes lo solicitan. Así mismo, se observan porcentajes muy bajos en las referencias laborales y personales, experiencia laboral, interacción en redes sociales, formación académica, datos personales y antecedentes de seguridad, que, aunque son muy importantes en el modelo de predicción, son más fáciles de evidenciar y certificar su validez.
La medición de la personalidad contempla las competencias blandas, esas que permitirán predecir el comportamiento del sujeto dentro de la organización; estas variables son tan importantes en la predicción de nuevos miembros, que en América latina, 207 organizaciones han evaluado diferentes competencias blandas de 70388 candidatos en lo corrido de 2022; a quienes les aplicaron los test de THT para medir entre 4 y doce competencias; siendo la orientación a resultados y el trabajo en equipo las más comunes, pues el 54% y 52% respectivamente de la población fue evaluada n estas dos competencias, seguido de un 37% a quien se les midió adaptación al cambio y un 33% comunicación efectiva; es importante anotar que el test completo permite elegir entre 36 competencias a medir; así que nos lleva a pensar que estas cuatro son las más relevantes.
Existen varias investigaciones que respaldan la relación entre el rendimiento laboral y la personalidad (la variable elegida como la más crítica), entendiendo que las formas de pensar, sentir y reaccionar tienden a ser constantes y duraderas en el tiempo. Entonces para poder generar estas relaciones que llevan a predicciones más seguras, se requiere cuantificar estas variables que son consideradas constructos psicológicos, por lo que aplicar test, se convierte en una herramienta válida y confiable en este proceso.
Al respecto, la OMS – Organización Mundial de la Salud reportó que tan solo en el 2019 el 15% de la población trabajadora padecía de un trastorno mental debido a múltiples causas como entornos laborales inadecuados, discriminación, desigualdad entre otros; de esta manera concluye que debido a trastornos como la ansiedad y la depresión llevan al ausentismo de los trabajadores que sumado representan 12.000 millones de días de trabajo y una pérdida de 1 billón de dólares al año.
Cuando un test es capaz de predecir una variable externa, como por ejemplo un test de ventas es capaz de predecir el desempeño de un vendedor en el futuro, a través de la relación efectiva entre las puntuaciones del mismo y la cuantificación de la variable (cuántos productos vende al mes); se habla de una validez de criterio predictivo, atributo que posee el test para predecir ese tipo de criterios y que lo hace merecedor de estar dentro del proceso de selección como una parte importante y determinante de la decisión.
Es necesario, para que esto se dé, que se lleve a cabo el proceso estadístico pertinente que asegure su participación como predictor de un cierto comportamiento; por otro lado, esto también compromete a quienes tienen la tarea de diseñar y validar este tipo de herramientas, a hacerlo de una manera responsable, siguiendo los principios teóricos, metodológicos y éticos de la evaluación psicológica.
En THT las herramientas para evaluar el comportamiento humano cumplen con los siguientes criterios: Erudita- está basado en teorías con muchos años de estudio; Predictiva- define cómo se podría comportar una persona en el futuro; Pertinente-mide lo que tiene que medir; Exacta-refleja cómo es realmente la persona y Consistente- garantiza que todas las preguntas midan lo mismo.