Pedido de ayuda desde el Tapón del Darién: el drama acosa, la muerte acecha

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AFP - Raul Arboleda

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha emitido una alerta este viernes 25 de agosto destacando la falta de ayuda para abordar la situación en la peligrosa selva del Darién, que actúa como frontera natural entre Colombia y Panamá, el único vínculo terrestre entre América del Sur y América Central. La causa principal de esta insuficiencia es el creciente flujo de migrantes, con las autoridades panameñas enfrentando la llegada diaria de entre 2.000 y 3.000 personas.

Cada día, en el Tapón del Darién más de 2.000 personas se ven obligadas a enfrentar diversos riesgos que van desde lesiones y ahogamientos hasta abusos a los derechos humanos. La ruta migratoria es considerada como una de las más mortíferas del mundo. Las cifras de cruces superan el promedio diario de 700 migrantes en 2022, lo que evidencia la necesidad de una acción inmediata, según las organizaciones humanitarias que trabajan en la zona.

Los robos, agresiones y violencia sexual a manos de bandas criminales son algunos de los vejámenes a los que se tienen que enfrentar centenares de migrantes al asumir el viaje. Sin embargo, la situación no mejora una vez llegan a Panamá, donde no encuentran la atención necesaria, según denuncia MSF.

La mayoría de los migrantes llegan a Panamá con problemas dermatológicos, dolores musculares por las largas horas de caminata y el complejo viaje, enfermedades gastrointestinales por beber agua de los ríos, y uno de los problemas principales que enfrentan son las dificultades de salud mental causada por la violencia que viven durante su travesía.

 AFP – Luis Acosta

“Hemos tenido días con hasta 3.000 migrantes en un solo punto en las últimas semanas”, declaró José Lobo, coordinador de terreno de MSF. Su testimonio es prueba del desbordamiento que se vive en la región.

Desde enero hasta julio de 2023, Médicos Sin Fronteras ha ofrecido cerca de 36.000 consultas médicas y ha asistido a alrededor de 637 mujeres embarazadas, además de 200 mujeres víctimas de violencia sexual.

Así pues, la organización instó a los dos gobiernos involucrados, Panamá y Colombia, a tomar las medidas pertinentes para asegurar una ruta para los migrantes y poder garantizar su acceso a servicios básicos.

Panamá y Colombia, frustración en la brecha

Ante la situación, el Gobierno de Panamá anunció el lanzamiento de una nueva campaña bajo el lema “El Darién es una selva, no un camino”, con el propósito de abordar el problema.

Con más de 300.000 travesías realizadas en lo que va del año, la situación ha alcanzado niveles sin precedentes en la región. En comparación, durante todo el 2022, menos de 250.000 migrantes cruzaron esta región inhóspita y sin rutas establecidas.

El Gobierno del país centro americano anunció que prevé tomar “medidas contundentes” debido al aumento drástico de la migración irregular, y también ha evaluado la posibilidad del cierre de este corredor.

Esta iniciativa busca frenar el flujo migratorio que se ha convertido en una creciente preocupación. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y las conversaciones mantenidas entre los dos países involucrados, el ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, compartió su frustración durante una conferencia de prensa, revelando que el flujo de migrantes aún no se ha detenido.

En el mes de abril, Estados Unidos, Panamá y Colombia acordaron unirse para combatir las redes de contrabando que han facilitado el flujo de migrantes. No obstante, Samira Gozaine, la directora del servicio de inmigración en Panamá, señaló que la falta de intercambio de información y de acciones conjuntas ha obstaculizado la implementación de este acuerdo.

Por su parte, Naciones Unidas proyectó a inicios de agosto que si el ritmo actual de migración persiste, hasta 400.000 personas podrían cruzar la brecha antes de que termine el año.

Desafiando la muerte para llegar a Estados Unidos

En una de las rutas de migración más peligrosas del mundo, el Tapón del Darién se erige como un obstáculo imponente. Este paso remoto y sin caminos, en la frontera entre Colombia y Panamá, comprende más de 37 kilómetros de densa selva tropical, montañas empinadas y vastos pantanos.

Una mujer migrante cruza el río Chucunaque después de caminar durante cinco días por el Tapón del Darién, en la aldea de Bajo Chiquito, provincia de Darién, Panamá, el 10 de febrero de 2021, en su camino hacia Estados Unidos. Migrantes de Haití y varios países africanos permanecen varados en la frontera entre Panamá y Colombia, mientras el país centroamericano espera una nueva oleada de migrantes.
Una mujer migrante cruza el río Chucunaque después de caminar durante cinco días por el Tapón del Darién, en la aldea de Bajo Chiquito, provincia de Darién, Panamá, el 10 de febrero de 2021, en su camino hacia Estados Unidos. Migrantes de Haití y varios países africanos permanecen varados en la frontera entre Panamá y Colombia, mientras el país centroamericano espera una nueva oleada de migrantes. AFP – LUIS ACOSTA

Factores como la inseguridad económica, la agitación política, la violencia y el cambio climático han impulsado a un número sin precedentes de personas a abandonar sus países de origen, según señaló la Organización Internacional de Migración (OIM).

La mayoría de estos migrantes tienen como destino final la frontera sur de Estados Unidos, donde esperan que la Administración de Joe Biden les otorgue asilo.

En el transcurso de este mes, más de 50.000 personas atravesaron el Tapón del Darién, superando los números de años anteriores por mes. Los migrantes llegan principalmente de Venezuela, pero también de Ecuador y Haití, así como de otros países de América Latina.

Sandrine Exil

Yahoo Noticias France 24

Con EFE, AP, Reuters y medios locales