La vida de Harold Olarte Valencia tomó un rumbo distinto pero su pasión por el séptimo arte se mantuvo viva, tanto que decidió empezar de nuevo.
“Nunca es tarde para cumplir sus sueños”, una frase cliché para Harold Ivanoch Olarte Valencia, pero que es una realidad; la misma que vive a sus 59 años en el inicio de sus estudios en el programa de Cine y Audiovisuales en la Universidad del Magdalena.
En el primer día de clases, los nervios son su compañía por ser el veterano de todo su semestre. Pero a pesar de eso, se siente feliz por iniciar el deseo de su vida y que en la actualidad, ya cuenta con el tiempo y el espacio para dedicarse a esto.
Desde joven le ha apasionado el mundo cinematográfico; sin embargo, la vida lo condujo por un camino totalmente diferente, esto como consecuencia del nulo apoyo de sus padres para estudiar esta carrera. Emprendió un rumbo con cursos y carreras técnicas que lo ayudaran a trabajar, esto sin dejar el cine fuera de sus pensamientos.
Se dedicó a trabajar en el sector de la salud asociado a lo deportivo. Para ello se formó en una carrera técnica en Rehabilitación Física. Se desempeñó en la farmacología física y hoy en día, emprende a través de una página de internet en la venta de productos, específicamente de rehabilitación y terapias hormonales para los deportistas; también brinda asesorías y suplementación asociados con esta área del saber.
Le tomó dos años decidirse volver a empezar. Harold, con más tiempo libre, una situación económica más estable y sus hijos ya grandes, uno a punto de graduarse de Ingeniería Biomédica y una niña de 15 años, consideró que este era el momento para comenzar a estudiar cine.
“Siempre he pensado que más que un sueño, son deseos. Buda dice que entre más se deseen las cosas, más te van a llegar. Siempre lo deseé, lo quise. Si yo pude, cualquiera lo puede hacer, con 50, 60, 70 años, mientras se tengan las ganas y se quiera”, expresó el estudiante de primer semestre de la Alma Mater.
Gracias a las políticas de gratuidad y con el total respaldo de su esposa, dejando a un lado los prejuicios por ser mayor, se inscribió en esta Casa de Estudios Superiores, y para sorpresa logró ser admitido. Su hija se enteró que comenzaba a estudiar el mismo día que inició sus clases.
Escogió a la Universidad del Magdalena por sus políticas de inclusión, por todos los servicios que ofrece, y por supuesto, por su plan de estudio que va asociado a lo que más le entusiasma.
Harold se considera un “cinéfilo a morir” por su gusto con el mundo audiovisual y es una persona que se deleita viendo películas de todo tipo. Para él, su proceso en la inducción fue agradable, se ha sentido aceptado y agradece el recibimiento de los docentes de la Institución.
Con esta historia de Harold Olarte, Unimagdalena en cabeza del rector Pablo Vera Salazar, demuestra que es un referente a nivel nacional por las múltiples oportunidades brindadas para acceder a la educación superior, transformando vidas, no solo de jóvenes sino de adultos que a lo largo de vida vieron truncado sus sueños y confiaron en esta para lograr para hacerlos realidad.