La polémica, la controversia, el intercambio de análisis entre sectores público y privado, documentos van documentos vienen de un lado u otro, y enfrentamientos públicos con participación de voceros oficiales y gremiales, son situaciones que han caracterizado el panorama energético colombiano, que al margen de la política de transición del actual Gobierno Nacional con base en las energías renovables, tiene sobre si el riesgo de un apagón eléctrico y el desabastecimiento de gas natural a corto y mediano plazo.
Lla Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem) acaba de realizar un amplio estudio bajo el título “Riesgos para el abastecimiento del sector eléctrico y gas natural y su mitigación”.
El documento plantea un análisis de la situación general del sector energético colombiano, desde una perspectiva que resalta la importancia de respetar en su expansión, la viabilidad de una transición energética que permita cumplir con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París en 2015 y todas las disposiciones que lo desarrollan, modifican, sustituyan o adicionan.
Adicionalmente, cumplir con la seguridad y sostenibilidad energética que implica mantener o mejorar los parámetros de calidad, confiabilidad y seguridad técnica, asegurando el suministro tanto de la energía eléctrica como del gas natural en Colombia, asegurando una adecuada descarbonización de la matriz energética.
Conclusiones y recomendaciones para el sector eléctrico
Se requiere alinear los objetivos de la transición energética con los compromisos adquiridos en el acuerdo de Paris, es decir, centrar los mayores esfuerzos de descarbonización en los sectores que más emiten GEI (Gases de Efecto Invernadero): agricultura, ganadería, deforestación y otros del suelo (AFOLU).
Los grandes esfuerzos logísticos, administrativos, financieros para cumplir con los compromisos del COP 26, se deben centrar en los sectores y subsectores que aportan una mayor producción de CO2, por ejemplo, en detener la deforestación de manera más contundente y reducir emisiones en el sector transporte.
En noviembre de 2021, el Gobierno colombiano se comprometió en el COP26, ante la comunidad internacional a ser un país carbono-neutral al 2050, reducir las emisiones de GEI en un 51% y a tener cero deforestación al 2030.
Compromisos que son poco probables de cumplir en los tiempos definidos y bajo las condiciones socioeconómicas actuales. Se recomienda ampliar estos plazos tal como lo han hecho China e India, países mucho más desarrollados, con metas de carbono cero neto a 2060 y 2070
respectivamente.
Alinear los objetivos de la transición energética global con los objetivos de la TEJ dando al sector eléctrico colombiano una obligación comparable con su impacto de las emisiones que este aporta al GEI del país (4%) o al GEI a nivel global (0,0294%).
Evaluar las soluciones energéticas que hay sobre la mesa y seleccionar las que tienen posibilidades reales de ser implementadas en Colombia. Por ejemplo, la generación de energía eléctrica a mediana y gran escala con hidrógeno todavía se encuentra en una fase inicial en otros países y tiene problemas con su almacenamiento y transporte lo que se ve reflejado en costos altos que no permitirían cumplir con los objetivos de acceso a la energía a precios competitivos, igual es el caso de las soluciones para almacenamiento de energía.
Mantener estable el marco regulatorio del mercado asegurando la estabilidad jurídica a los agentes actuales e inversionistas, incentivando la entrada de proyectos financiados por privados y la colaboración público privada, para atender con eficacia y eficiencia las problemáticas actuales.
Es necesario implementar un plan de choque para ejecutar los proyectos de generación, transmisión y distribución atrasados (propuestos, planeados y en ejecución), a fin de conservar los niveles de seguridad y confiabilidad en la prestación del servicio.
En el corto plazo, dar prioridad en la expedición de permisos ambientales, y de cualquiera otra índole, que estén atrasando la entrada en operación de las líneas de transmisión nacional y proyectos de generación hídricos o con recursos FNCER (proyectos eólicos y solares) asignados mediante subastas.
Estos activos son imprescindibles para evitar desbalances generación/demanda que producen demanda no atendida por falta de potencia y energía que supla los incrementos de demanda y la disminución de generación hidráulica originada en el fenómeno del Niño o sequias
producidas por el cambio climático.
La expansión de generación Agosto 2023-Julio 2025, está fundamentada en 1.795 MW de proyectos con OEF y 6.705 MW de proyectos solares fotovoltaicos con garantías bancarias. Estas garantías no aseguran la entrada de tales proyectos y en el pasado solo ha ingresado el 10% o 15% de la capacidad esperada.
Es necesario que las entidades del sector eléctrico, por otros medios, aseguren la entrada de tales proyectos, para evitar un posible
desabastecimiento de energía.
Ante la probabilidad de un fenómeno ‘El Niño’ prolongado, se considera prudente que el CNO implemente un procedimiento adicional a los existentes para asegurar el suministro continuo y oportuno de las cantidades de combustible nacional e internacional necesario y su logística de abastecimiento (disponibilidad de gasoductos, poliductos, carreteras, muelles entre otros.
Determinar las cantidades de combustibles requeridos por el parque térmico durante la ocurrencia del fenómeno ‘El Niño’: gas, carbón y líquidos, y elaborar un plan que permita asegurar su suministro y la logística del mismo.
Fortalecer la regulación relacionada con consultas previas para proyectos FNCER.
Buscar opciones de generar con carbón de manera sostenible y con tecnologías apropiadas no contaminantes.
Incentivar la opción de nuevas plantas de generación hidráulica e hidráulicas de bombeo.
Fortalecer los mecanismos para asignación y desarrollo de proyectos de repotenciación, compensación, eficiencia energética y disminución de pérdidas técnicas en todo el territorio nacional.
Asegurar el levantamiento eficiente técnica y económicamente de las restricciones que hoy son atendidas con generación con combustibles líquidos.
Incluir el gas como opción limpia para una transición económicamente viable en el mediano y corto plazo pues brinda soporte a la confiabilidad y asegura la continuidad que no tienen las FNCER.
Por seguridad del sistema eléctrico se recomienda mantener vigente en las subastas de la CREG, el principio de neutralidad tecnológica, en el cual no se privilegia a ningún tipo de tecnología.
Para el mediano y largo plazo es necesario asegurar la entrada de nuevos proyectos de generación para cumplir con las necesidades de la demanda y aumentar la capacidad instalada del sector eléctrico con recursos que permitan cumplir con los criterios técnicos de seguridad, confiabilidad y economía y con los objetivos de descarbonización del sector.
En el mediano plazo, se pueden implementar pilotos que ayuden a reglamentar e identificar las necesidades de regulación de las comunidades
energéticas para las zonas no interconectadas donde no afecten la calidad de la energía del SIN, apoyar las comunidades de estas zonas en temas técnicos y de mantenimiento de tecnologías de FNCER dándole espacio a los agregadores de demanda.
Teniendo en cuenta la entrada de generación intermitente y nuevas tecnologías en alta y baja tensión estos sistemas deben ser revisados y adecuados a las nuevas necesidades del SIN, establecer la necesidad de servicios complementarios ajustada a las proyecciones que se están haciendo de entrada de energía fotovoltaica.
Para asegurar la confiabilidad es importante definir la configuración de la matriz energética que cumpla con los compromisos de descarbonización, preservando la independencia energética del país entre otros aspectos.
Agilizar los proyectos de exploración de gas con contratos vigentes para asegurar la mayor cantidad posible del combustible en el corto plazo y así afrontar los periodos de escasez de los próximos años.
Actualmente el gas tiene certidumbre, competitividad y precios asequibles, por lo que se debe promover y acelerar su exploración y explotación. Desligar el precio del gas del precio internacional hace más viable su utilización como combustible económico para generar energía eléctrica.
Conclusiones y Recomendaciones para el sector de gas natural
Se observa que la demanda de gas ha permanecido bastante estable a lo largo de los años. Los diferentes sectores que la componen no están
experimentando crecimientos significativos. En lo que respecta a la demanda residencial, el éxito de la cobertura en las ciudades y cabeceras municipales es muy notable y según cifras del Ministerio de Minas y Energía, se tiene una cobertura del 82,5% del total del mercado potencial.
La demanda industrial se ha mantenido en los niveles que se registran desde hace varios años. El sector eléctrico sigue un comportamiento predecible salvo cuando ocurre el fenómeno de ‘El Niño’ lo que conlleva a incrementos considerables en sus requerimientos y, los demás sectores, comercial y transporte mantienen porcentajes algo menores con respecto a la demanda total.
Sería de esperar que, en un escenario de transición energética, la cual por definición busca sustituir energéticos de altos factores de emisión de GEI por otros energéticos de menor contribución al calentamiento global como el caso del gas natural, los planes del Ministerio de Minas y Energía desarrollen políticas para un uso más intensivo del gas natural. Se recomienda al gobierno darle impulso al consumo de gas natural en sustitución de combustibles más contaminantes, hasta tanto existan tecnologías y fuentes energéticas más limpias.
Observando la curva, la banda comprendida entre la oferta y la demanda viene disminuyendo aceleradamente con el paso del tiempo. Esto quiere decir que el margen de maniobra se ha reducido en el tiempo y según los datos del año 2023, se cuenta con apenas 3 años antes de llegar a la intersección de las curvas de oferta y demanda, aproximadamente en el año 2026.
Esta conclusión se reafirma en la Resolución UPME 588 del 2023 por medio de la cual se declaró desierto el proceso para la regasificadora del Pacífico.
En los considerandos de dicha resolución se dice lo siguiente: “…teniendo en cuenta la nueva información disponible de oferta y de proyecciones de demanda (…) los resultados obtenidos del último balance volumétrico de gas natural elaborado por la UPME para el periodo 2022-2031 presentan un déficit a partir de mayo de 2026. Esto es, el escenario medio evidencia una pérdida de autosuficiencia para el abastecimiento de la demanda de gas natural a partir de ese momento”.
El panorama de las reservas de gas en Colombia es preocupante y más aún si se tiene en cuenta que el gas natural debe ser una pieza fundamental dentro del esquema de la transición energética propuesta por el Gobierno Nacional.
Lo anterior pone de presente la necesidad y conveniencia de intensificar la búsqueda de nuevas reservas de gas natural a partir de los contratos de exploración existentes y promover la suscripción de nuevos contratos de exploración para asegurar la base de reservas necesaria para garantizar el cubrimiento de la demanda de gas en los próximos años.
Se trata precisamente de sustituir combustibles fósiles con alto impacto en la producción de GEI y migrar a otros energéticos con menor impacto como es el caso del gas natural que es el hidrocarburo con menor capacidad de producción de CO2 dada su estructura molecular con un solo carbono asociado a 4 moléculas de hidrógeno.
El 48% de la oferta de gas natural está representada por la producción de los campos de Cusiana y Cupiagua en el piedemonte llanero; sin embargo, dicha producción experimenta una caída del 18 % en apenas 7 años, y seguirá decreciendo a lo largo del tiempo.
Salvo la disponibilidad de gas natural que se obtenga de la planta regasificadora en el Atlántico, no se vislumbran nuevas fuentes de oferta a corto plazo para atender el déficit a partir del 2026
Teniendo en cuenta las proyecciones de producción de gas, es imperante generar incentivos para acelerar el desarrollo de los contratos de exploración de gas de mediano plazo de tal forma que entren en producción rápidamente.
Se propone que la ANH en representación del gobierno nacional, se reúna con los productores para revisar el estado de los campos y desarrollar estrategias para acelerar la exploración y producción temprana de gas natural”.
En lo que se refiere al gas natural, Colombia se encuentra en una encrucijada: Se requiere incentivar el consumo de gas con el fin de hacer apropiadamente la transición energética, y, por otro lado las reservas están desapareciendo. Es imperativo aumentar la disponibilidad de Gas natural, pues no hay energético más caro que el que no se tiene.
La situación de abastecimiento de gas natural que se espera para los próximos años, exige la toma de decisiones urgentes y enfocadas a lograr un abastecimiento que brinde los niveles de seguridad que requieren los usuarios.
Realizar estudios que evalúen el impacto económico del uso de gas importado para los usuarios, determinando factibilidad y consecuencias.
Es necesario, desarrollar un marco regulatorio que permita una expansión del sector energético en energía eléctrica y gas, que cumpla con los criterios de calidad, confiabilidad y seguridad técnica para asegurar una sostenibilidad de los actores tanto de oferta como de demanda cumpliendo con los criterios del trilema energético.
Aciem sostiene que siempre está atento a participar con sus aportes en los diferentes escenarios donde se discutan los cambios estructurales y regulatorios propuestos por el Ministerio de Minas y Energía y la CREG para los sectores de gas y energía eléctrica con el fin de asegurar su competitividad y la sostenibilidad.