Colombia cuenta con una nueva entidad para la promoción de la cultura: la Asociación Nacional de las Artes (Ana), que inicia una nueva etapa en la gestión cultural del país, consolidándose como una organización público–privada dedicada a impulsar la música y las expresiones del ecosistema artístico y creativo.
Ana surge como resultado de la transformación de la Asociación Nacional de Música Sinfónica (Anms), con la meta de ampliar su campo de acción, fortalecer la articulación interinstitucional y responder de manera más integral a los desafíos del sector cultural en el territorio nacional.
El director de la asociación, Antonio Suárez, destacó que este cambio representa un paso histórico: “Ana nace para tender puentes entre los artistas, la institucionalidad y la sociedad. Queremos que todas las disciplinas encuentren aquí un espacio de gestión, de proyección y de reconocimiento, porque la cultura es un motor de transformación para Colombia”.
Un espacio para todas las artes
La Asociación tendrá a su cargo la formulación, gestión y ejecución de proyectos culturales y artísticos en coordinación con el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, así como con entidades territoriales, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado.
Su campo de acción incluye la música, la danza, el teatro, la literatura, las artes visuales y el cine (el audiovisual y las nuevas prácticas creativas), para consolidar iniciativas que fortalezcan la diversidad cultural, promuevan la participación y contribuyan al desarrollo social y económico de las regiones.
Una etapa ya en marcha
El lanzamiento oficial de Ana se realizó el pasado 27 de agosto en el Centro Nacional de las Artes, con la participación de representantes del Gobierno Nacional, artistas y gestores culturales de diferentes disciplinas. Durante el evento se resaltó la importancia de contar con una entidad capaz de articular esfuerzos y dar mayor proyección al talento colombiano en el ámbito nacional e internacional.
Con la creación de Ana, Colombia avanza hacia una gestión cultural más inclusiva, innovadora y participativa, que reconoce a la cultura como un derecho y como un pilar para el desarrollo del país.
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