Un año después de haberse mostrado abierta a un acercamiento con Israel, Arabia Saudita dio marcha atrás y endureció su posición para intentar impulsar un alto el fuego en Gaza e impedir una guerra regional, según varios analistas.
El príncipe heredero y gobernante de facto del reino, Mohamed bin Salmán, afirmó que su país no establecerá relaciones diplomáticas con Israel sin la previa “creación de un Estado palestino”, al tiempo que condenó los “crímenes” de las fuerzas israelíes en la Franja de Gaza, asediada y bombardeada desde hace casi un año.
En 2023, la monarquía islámica negociaba con Estados Unidos un acuerdo que incluía la normalización con Israel, pero suspendió las conversaciones tras el estallido de la guerra en el territorio palestino.
“La violencia de la guerra y las atrocidades cometidas contra los palestinos acabaron con la posibilidad de que la normalización fuera aceptada por la opinión pública saudita”, consideró Rabha Saif Allam, investigador del Centro de Estudios Estratégicos de El Cairo.
Las declaraciones de Bin Salmán se producen tras las mortíferas explosiones de bíperes y walkie-talkies usados por el grupo islamista Hezbolá en Líbano, un ataque atribuido a Israel que aumenta el riesgo de una nueva guerra en su frontera norte.
Para Allam, una “extensión del conflicto podría afectar a los proyectos de desarrollo” y a la capacidad del reino petrolero para atraer inversiones, mientras está llevando a cabo un vasto programa de reformas para transformar su economía.
La guerra en Gaza estalló el 7 de octubre de 2023 tras el ataque del movimiento palestino Hamás en Israel, en el que murieron 1.205 personas, según un balance de AFP basado en cifras oficiales israelíes.
De los 251 secuestrados durante la incursión islamista, 97 siguen cautivos en la Franja, de los cuales 33 fueron declarados muertos por el Ejército israelí.
La ofensiva israelí causó la muerte de al menos 41.272 palestinos, según datos del Ministerio de Salud de este territorio gobernado por Hamás, considerados fiables por la ONU.
– “En el fuego cruzado” –
Mientras las negociaciones para una tregua -mediadas por Estados Unidos, Catar y Egipto- parecen bloqueadas, Bin Salmán “intenta subir la presión sobre Israel y Estados Unidos para lograr un alto el fuego”, explicó Anna Jacobs, analista en el International Crisis Group.
Asimismo, pretende “evitar una guerra regional más amplia que enfrentaría a Estados Unidos e Israel, por un lado, y a Irán y sus aliados, por otro”, agregó.
A su juicio, dicho escenario sería “terrible para Riad y todos los Estados del Golfo, que corren el riesgo de quedar atrapados en el fuego cruzado”.
La monarquía saudita, que alberga dos de los lugares más sagrados del Islam, nunca reconoció a Israel y tampoco se sumó a los Acuerdos de Abraham, negociados por Washington en 2020, por los que Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos establecieron lazos formales con Tel Aviv.
En septiembre de 2023, el príncipe heredero dijo estar “cada día más cerca” de un pacto, que debía también reforzar la colaboración en materia de seguridad entre Washington y Riad, al tiempo que subrayó “la importancia de la causa palestina” para el reino.
Pero se topó con “la intransigencia de Israel, que rechaza categóricamente la existencia de un Estado palestino”, sentenció Allam.
Para Jacobs, la verdadera cuestión es saber si las declaraciones cada vez más “musculosas” de Riad “irán seguidas de hechos, en particular en lo que respecta a sus relaciones con Washington, el mayor aliado de Israel”.
Haitham EL-TABEI
Yahoo Noticias Agencia AFP