El alcalde Jaime Pumarejo Heins presentó la primera etapa del ecoparque ciénaga de Mallorquín, que a partir de este fin de semana abre sus puertas a todos los barranquilleros y turistas.
Entre las principales recomendaciones se encuentran desplazarse en transporte público hacia el lugar, usar ropa cómoda y protector solar, llevar hidratación en termo y evitar plásticos de un solo uso.
Caminar 4.5 kilómetros entre manglares, aves y ciénaga ya es posible en Barranquilla. El mágico rincón que por décadas estuvo en el olvido, ahora es el hogar de más de 188 especies de fauna y flora que propios y visitantes podrán conocer a partir de este fin de semana.
En su apertura previa, que se realizó la tarde de este jueves, el alcalde Jaime Pumarejo Heins expresó su agradecimiento a la comunidad y a las entidades y organizaciones que hicieron posible que Barranquilla rescatara este ecosistema que generará empleo y calidad de vida para los locales.
“Tenemos la fortuna de ponerlo al servicio después de haberlo soñado hace menos de cuatro años durante la campaña, de haber trabajado con tantas instituciones, comunidades y personas, y hoy estar abriéndolo en una primera etapa”, expresó Pumarejo Heins, quien agregó que muy pronto terminará toda la obra tal como se soñó, permitiendo así que cerca de 7.000 personas ingresen diariamente para practicar distintas actividades recreativas y deportivas.
“Los visitantes podrán utilizarlo para deportes acuáticos, para avistamiento de aves, para fines gastronómicos y como centro de investigación de soluciones basadas en la naturaleza, que llevamos trabajando varios meses con ello”, dijo.
De igual manera, el mandatario señaló que antes de que finalice el año también se pondrá al servicio el tren de Las Flores y la playa de Puerto Mocho, proyectos estratégicos que se conectarán para brindar una experiencia única a la ciudadanía. “Son magníficas noticias para la conservación del medioambiente, para la conciliación de nuestro tesoro natural con el ser humano, pero también para generar empleo y calidad de vida”, afirmó.
Acceso a la ciénaga
Durante el mes de septiembre, el ecoparque ciénaga de Mallorquín estará abierto al público los fines de semana. Los sábados será a partir de las 2:30 p.m. hasta las 6:00 p.m. (ingreso hasta las 5:00 p.m.) y los domingos de 7:00 a.m. hasta las 3:00 p.m. (Ingreso hasta las 2:00 p.m.). Luego, en octubre, se habilitarán los días hábiles para el goce de todos los visitantes, quienes inicialmente no tendrán que pagar por ingresar al ecoparque hasta que se determine el costo que tendrá.
Asimismo, teniendo en cuenta que aún no se encuentra habilitado el parqueadero, se recomienda a los visitantes hacer uso del transporte público colectivo y de taxis para llegar hasta el punto inicial del recorrido, que se encuentra localizado en el kilómetro 2.8 de la Circunvalar de la Prosperidad en sentido Sur – Norte (en dirección hacia el corregimiento La Playa).
Trabajo conjunto con aliados
Grandes organizaciones nacionales e internacionales creyeron en el proyecto de recuperación de la ciénaga de Mallorquín, que estuvo enmarcado en el plan de gobierno del alcalde Jaime Pumarejo Heins.
Dentro de esta puesta en funcionamiento, el alcalde destacó al Banco Interamericano de Desarrollo, al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), la Unión Europea, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el Reino Unido, las agencias de las Naciones Unidas, como ONU-Habitat, OIM y ACNUR, y la Agencia Francesa de Desarrollo.
Con esta última, Barranquilla logró la primera financiación de la AFD en moneda local, lo que representó un hito para la entidad, que adaptó su oferta a las necesidades locales, con créditos por 170 millones de euros.
Los recursos del crédito estuvieron supeditados al desarrollo de programas y proyectos específicos inscritos en los ejes Soy Biodiversidad y Soy Equitativa, del Plan de Desarrollo.
En relación con el proyecto del ecoparque, Martha Arango, responsable de Desarrollo Urbano e Infraestructura en la AFD Colombia, señaló que la conjunción de objetivos desde múltiples esferas (urbanas, sociales y ambientales) así como los grandes retos técnicos, jurídicos y financieros que enmarcaron esta ambiciosa iniciativa, motivaron el compromiso de la organización con su realización.
“La materialización de proyectos que permitan avanzar hacia modelos de ciudades sostenibles es una inversión pública en la que creemos y a la que le apostamos. El objetivo de la AFD es ser el aliado de los municipios que, como Barranquilla, busquen mejorar la calidad de vida de sus habitantes, a través de la realización de proyectos en pro del medio ambiente, de la igualdad de género y del cierre de brechas sociales”, afirmó.