Los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin dialogaron este jueves en medio de una creciente alarma por la acumulación de tropas de Rusia cerca de Ucrania, por la cual el líder estadounidense exigió una “desescalada”.
Putin solicitó la llamada, la segunda entre los líderes este mes, antes de las conversaciones entre altos funcionarios estadounidenses y rusos programadas para el 10 de enero próximo en Ginebra.
“Biden instó a Rusia a reducir las tensiones con Ucrania. Dejó en claro que Estados Unidos y sus aliados y socios responderán de manera decisiva si Rusia invade más Ucrania”, dijo en un comunicado la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki. “El presidente también expresó su apoyo a la diplomacia, comenzando a principios del próximo año con el Diálogo de Estabilidad Estratégica bilateral, en la OTAN a través del Consejo OTAN-Rusia, y en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa”, agregó.
“Biden reiteró que el progreso sustancial en estos diálogos solo puede ocurrir en un entorno de desescalada en lugar de escalada”, precisó la vocera.
El presidente ruso Vladimir Putin se dijo satisfecho por el diálogo
Por su parte, Putin se mostró “satisfecho” con la conversación telefónica con Biden, pero según un comunicado del Kremlin le advirtió que sancionar a Moscú por Ucrania sería un “error colosal”. La discusión fue “franca” y “concreta”, dijo a la prensa el asesor diplomático del Kremlin, Yuri Ushakov, al final del diálogo, que duró unos 50 minutos.
En su mensaje de fin de año dirigido al presidente estadounidense horas antes, Putin dijo estar “convencido” de que era posible un diálogo “eficaz” y “basado en el respeto mutuo” y recordó la cumbre entre ambos dirigentes en junio en Ginebra.
“Solo el camino de las negociaciones puede resolver la cantidad de problemas inmediatos entre nosotros”, añadió más tarde el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov.
Equilibrio de seguridad
Rusia, a medida que se acercan las negociaciones ruso-estadounidenses del 10 de enero en Ginebra, repite una y otra vez que su prioridad es negociar dos tratados que redefinan el equilibrio de seguridad en Europa.
Para el Kremlin, la seguridad de Rusia pasa por prohibir que la OTAN se amplíe hacia el este y por terminar con las actividades militares occidentales en lo que Moscú considera su zona de influencia.
Según Rusia, sus exigencias solo buscan evitar un agravamiento de las tensiones, pues Moscú considera como una amenaza directa a sus intereses el apoyo de Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea a Ucrania, cuyo gobierno es prooccidental.
Soldados ucranianos en maniobras militares en la región de Donetsk, Ucrania, el 23 de diciembre de 2021
Los miembros clave de la OTAN dejaron en claro que no tienen intención de expandir la alianza en un futuro cercano. Estados Unidos y sus aliados también podrían ser receptivos al lenguaje en el borrador de los tratados rusos que piden el establecimiento de nuevos mecanismos de consulta, como una línea directa entre la OTAN y Rusia.
Estados Unidos, acusado de dirigir algunos temas internacionales sin demasiada concertación con sus aliados, insiste en este caso coordinarse estrechamente con los europeos y los ucranianos.
El secretario de Estado, Antony Blinken, conversó el miércoles con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, y con sus pares de Francia, Alemania y Gran Bretaña. Zelensky afirmó haber recibido garantías de “pleno apoyo estadounidense” para “combatir un ataque ruso”.
Respuesta
En la entrevista telefónica de principios de diciembre, Biden había amenazado a Putin con sanciones “como nunca había visto” si ataca a Ucrania. Los países occidentales descartaron hasta ahora una respuesta militar a una eventual invasión rusa y el Kremlin hizo poco caso a las amenazas de sanciones.
Rusia y su élite dirigente ya son objeto de numerosas represalias económicas de los países occidentales por la cuestión ucraniana y la represión en el país, pero ninguna de estas medidas ha hecho cambiar de actitud al Kremlin, más bien lo contrario.
Moscú niega estar amenazando a Ucrania, aunque en 2014 anexionó su Península de Crimea, y afirma actuar en respuesta a la hostilidad de Occidente que respalda al gobierno ucraniano, especialmente en su conflicto contra separatistas prorrusos en el este del país. Estos últimos, aunque los dirigentes rusos lo nieguen, son sospechosos de estar a las órdenes del Kremlin.
Por lo pronto, la negociación del 10 de enero sobre Ucrania y la estabilidad estratégica se anuncia tensa. El canciller ruso, Serguei Lavrov, descartó de entrada cualquier “concesión” y Estados Unidos advirtió que algunas peticiones rusas eran “inaceptables”.
Esas discusiones, lideradas por la vicesecretaria de Estado norteamericana, Wendy Sherman, y su homólogo ruso, Serguei Riabkov, serán seguidas por una reunión entre Rusia y la OTAN el 12 de enero y por otra al día siguiente en el marco de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Agencias AP, Reuters, AFP y ANSA
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