Un avión de American Airlines chocó contra un helicóptero militar cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington DC y las dos aeronaves cayeron al río Potomac la noche de este miércoles.
El avión comercial transportaba a 60 pasajeros y cuatro tripulantes, mientras que tres soldados del ejército estadounidense iban a bordo del helicóptero Black Hawk.
Las autoridades no creen que haya sobrevivientes del accidente. Por el momento se han recuperado 27 cuerpos del avión y uno del helicóptero, según informó en una rueda de prensa John Donnelly, jefe del Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia en Washington DC.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos informó que el avión regional Bombardier CRJ700 chocó con el helicóptero cuando se acercaba a la pista alrededor de las 21:00 hora local (02:00 GMT del jueves).
El vuelo 5342 de American Airlines cubría la ruta de Wichita, Kansas, a Washington DC.
“Nuestra preocupación son los pasajeros y la tripulación a bordo del avión”, declaró American Airlines en un comunicado. “Estamos en contacto con las autoridades y ayudando con los esfuerzos de respuesta de emergencia”.
El director ejecutivo de la aerolínea, Robert Isom, expresó su “profundo dolor” por la colisión y señaló que “nuestro objetivo ahora mismo es hacer todo lo que podamos para apoyar a todos los afectados”, dijo en una rueda de presna conjunta con las autoridades. .
Desde el mismo aeropuerto, la alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, calificó el evento como “muy trágico”.
Bowser explicó que los servicios de emergencia de toda la región metropolitana de Washington están “trabajando diligentemente” en “condiciones muy oscuras y frías” para ejecutar la operación de rescate en el río Potomac después del accidente aéreo, y agradeció sus “esfuerzos heroicos”.
Sin embargo, tras horas de rastreo, las autoridades lamentaron en una rueda de prensa a primera hora de la mañana que las tareas de los servicios de emergencia habían pasado “de ser una operación de rescate a una de recuperación (de cuerpos)”, señaló Donnelly.
En el lugar podía verse miembros de los equipos de rescate trepando por los restos del avión que sobresalen del agua.
La alcaldesa añadió que personal de American Airlines está en el aeropuerto hablando con las familias.
Entre los pasajeros había deportistas, entrenadores y otros miembros de la federación de patinaje artístico de EE.UU. que regresaban de un campamento de formación, lamentó el organismo en un comunicado. También había dos patinadores rusos y otros ciudadanos de esta nacionalidad, informó el portavoz del Kremlin.
Las dudas sobre las causas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que se mantiene “completamente informado sobre el terrible accidente”.
“Que Dios bendiga sus almas”, señaló en un comunicado. “Gracias por el increíble trabajo realizado por nuestros socorristas. Estoy monitoreando la situación y proporcionaré más detalles a medida que surjan”.
Posteriormente, el mandatario publicó un mensaje más crítico en su plataforma Truth Social.
“El avión estaba en una línea de aproximación perfecta y rutinaria al aeropuerto”, escribió Trump.
“El helicóptero estuvo yendo durante un largo rato directo hacia el avión. Es una NOCHE CLARA, las luces del avión estaban encendidas.
“¿Por qué el helicóptero no subió ni bajó, ni giró? ¿Por qué la torre de control no le dijo al helicóptero qué hacer en lugar de preguntar si vieron el avión?
“Esta es una mala situación que parece que debería haberse evitado. ¡¡¡NO ESTÁ BIEN!!!”, lamentó.
Un funcionario que habló bajo condición de anonimato con la agencia de noticias Reuters dijo que no había ningún alto funcionario en el helicóptero.
El helicóptero, un Sikorsky H-60, había despegado de Fort Belvoir, en Virginia.
El flamante secretario de Transporte, Sean Duffy informó que el fuselaje del avión de American Airlines estaba boca abajo y partido en tres secciones.
Tanto el avión de pasajeros como el helicóptero seguían un “patrón estándar de vuelo”, dijo Duffy.
“El helicóptero era consciente de que había un avión en la zona”, declaró, no obstante el secretario de Transportes, quien no quiso entrar en demasiado detalle sobre la información que baraja la Administración Federal de Aviación.
“Es evidente que algo ocurrió”, afirmó, y añadió que se sabrá más a medida que avance la investigación.
Duffy prometió que “no descansaremos hasta que tengamos respuestas para las familias y para los americanos”.
El gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, indicó que los socorristas de todo el norte de Virginia, Washington DC y Maryland se han movilizado en respuesta al accidente en el río Potomac, que marca el límite entre DC y Virginia.
Tecnología anticolisión
Según el consultor de aviación Geoffrey Thomas, que habló con la BBC, Estados Unidos tiene el sistema de aerolíneas más seguro del mundo y que “este tipo de cosas ya no ocurren”.
Thomas explicó que las colisiones en pleno vuelo “eran cosa del pasado”, y que la nueva tecnología ha permitido que los aviones se comuniquen electrónicamente entre sí para advertir a los pilotos de tales colisiones inminentes.
Se trata de un sistema denominado Traffic Collision Avoidance System (Sistema de alerta de tráfico y evasión de colisión, TCAS, por sus siglas en inglés), que, según Thomas, ha salvado decenas de miles de vidas en las últimas décadas.
Todos los aviones comerciales y la mayoría de los militares están equipados con esta tecnología, añadió el experto.
“Técnicamente (el accidente) nunca debería haber ocurrido. Es desconcertante y trágico”.
Tanto el vuelo de American Airlines como el helicóptero Black Hawk estaban transmitiendo información sobre su trayectoria y altitud antes del accidente, según pudo comprobar BBC Verify.
Las dos aeronaves transmitían distintos tipos de señal, pero ambas eran visibles en un sitio web de seguimiento llamado ADS-B Exchange mientras se acercaban la una a la otra.
El avión enviaba señales ADS-B, mientras que el helicóptero Black Hawk utilizaba otro sistema llamado MLAT.
Las aeronaves de este tipo llevan a bordo sistemas para detectar vuelos cercanos, entre ellos el sistema TCAS.
Doug Rice, piloto retirado de American Airlines, declaró a la cadena NBC que el TCAS no es eficaz por debajo de los 700 pies (213 metros).
Los datos del sitio de seguimiento muestran que el avión de American Airlines se aproximaba en descenso constante al aeropuerto nacional Ronald Reagan de Washington desde el sur. El helicóptero volaba desde el norte, a lo largo del río Potomac, también en descenso.
La última altitud registrada del avión justo antes del impacto era de unos 200 pies (60,9 metros).
Dificultades para el rescate
El clima es un factor crucial en las labores de recuperación de los restos, ya que las temperaturas en Washington cayeron por debajo de cero durante la noche en el área donde ocurrió la colisión, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
John Donnelly explicó que la respuesta de rescate, que posteriormente pasó a ser de recuperación de cuerpos, es una operación muy compleja y que “las condiciones allí son extremadamente duras”.
Actualmente hay 300 socorristas en el río, trabajando en barcos de toda la zona.
“Hay viento. Hay trozos de hielo en el agua… Y como no hay mucha luz, están ahí fuera buscando en cada centímetro cuadrado”, señaló Donnelly.
El viento ha desplazado por el río partes del fuselaje del avión, y llevará algún tiempo recuperar todos los restos de las aeronaves, señaló el jefe del Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia de Washington DC.
Los despegues y aterrizajes fueron suspendidos en el aeropuerto, mientras el personal de emergencia respondía al incidente, indicaron las autoridades del aeropuerto en una publicación en X.
El Reagan National volverá a abrir a las 11 de la mañana hora local, ya que se dan las condiciones de seguridad para hacerlo, confirmó en la rueda de prensa el presidente de la autoridad aeroportuaria de Washington, Jack Potter.
La Administración Federal de Aviación dijo que abrió una investigación sobre el accidente, mientras que el Departamento de Policía Metropolitana indicó que varias agencias gubernamentales están involucradas en la operación de rescate.
Ari Schulman declaró a la NBC Washington que vio estrellarse el avión mientras conducía por la autopista George Washington, que bordea el aeropuerto.
La aproximación del avión parecía normal, hasta que vio que el aparato se desviaba bruscamente hacia la derecha, con “regueros de chispas” que corrían por debajo, iluminando su parte inferior.
En ese momento se dio cuenta de que todo tenía “muy, muy mala pinta”. En su opinión, después de haber visto aterrizar aviones allí en el pasado, la parte inferior de un avión no debería haber sido visible en la oscuridad.
Las chispas, dijo, parecían una “vela romana gigante” e iban desde el morro del avión hasta la cola.
Otro testigo, Jimmy Mazeo, afirmó que vio el accidente mientras cenaba con su novia en un parque cercano al aeropuerto.
Recordó haber visto lo que parecía una “bengala blanca” en el cielo. Aseguró que los aviones que volaban hacia el aeropuerto Ronald Reagan parecían volar siguiendo “patrones irregulares”.
En declaraciones a la BBC, habitantes de áreas cercanas al aeropuerto lamentaron el accidente.
“Acabo de hablar con una de mis vecinas, Josie, en nuestro edificio cerca del Reagan National”, escribió la periodista de la BBC Rachel Looker. “Dijo que el vuelo que se estrelló parecía estar a minutos de aterrizar en el aeropuerto”.
“Todos los que se reunieron en el techo miraron el choque conmocionados e incrédulos.
“Cuando volví al interior, vinieron más personas para mirar más de cerca”, añadió.
“Es muy triste”, dijo Josie.
Redacción – BBC News Mundo
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