Ciberseguridad con IA: una decisión de negocio, no una opción

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En el marco del Día de la Apreciación de la IA, se evidencia una transformación silenciosa pero imparable en las grandes organizaciones.

Por ello, desde Trend Micro Incorporated (TYO: 4704; TSE: 4704), dedicada a la ciberseguridad, se enfatiza en que la inteligencia artificial ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en un motor estratégico que redefine operaciones, optimiza procesos y, crucialmente, fortalece las barreras de seguridad digital.

Según el más reciente informe ‘CEO Insights 2025’ de Arthur D. Little, el 29% de los directores ejecutivos de las principales organizaciones del mundo ya cuentan con una estrategia de inteligencia artificial implementada. Esta cifra, que se ha más que duplicado en el último año, refleja el rápido avance que está tomando la IA como una prioridad estratégica.

Las empresas que hoy no integran la IA en su estrategia de negocio, especialmente en ciberseguridad, están trazando el camino hacia su obsolescenciaNo hablamos de una opción, sino de una necesidad de supervivencia para proteger el activo más valioso: la información. Es el único escudo que escala a la misma velocidad que las amenazas modernas“, advierte Samuel Toro, Head of Sales para la región norte de latinoamérica en Trend Micro.

La nueva línea de defensa digital

Esta adopción responde a la creciente complejidad del panorama de riesgos cibernéticos. Las corporaciones a nivel global están integrando activamente herramientas basadas en IA en sus arquitecturas de ciberseguridad para analizar datos masivos y detectar patrones de ataque que, de otra forma, pasarían completamente desapercibidos para los analistas.

Procesos como el descubrimiento automatizado de activos en la red, la correlación de eventos y la priorización inteligente de riesgos son ahora delegados a sistemas de IA.

En la práctica, la IA se convierte en el copiloto del equipo de seguridad“, explica Samuel Toro. “Se encarga del trabajo pesado de analizar millones de alertas para que el talento humano, especialmente escaso en latinoamérica, se concentre en la respuesta estratégica a incidentes reales. Es la automatización inteligente al servicio de la defensa y la resiliencia del negocio“, concluye.

Un arma de doble filo

No obstante, la implementación de esta tecnología representa una dualidad. Mientras se erige como una poderosa aliada, también introduce nuevas superficies de ataque y potenciales vulnerabilidades. Los mismos modelos de lenguaje (LLM) pueden ser explotados por actores maliciosos para desarrollar ataques más sofisticados.

Por ello, el enfoque de las organizaciones se ha expandido. Ya no solo se trata de usar la IA para la seguridad, sino de asegurar su propia IA. Garantizar la integridad de los modelos y la protección de los datos que los alimentan se ha convertido en una prioridad fundamental para evitar manipulaciones y fugas de información.

Esta realidad impulsa a las organizaciones a evolucionar hacia la implementación de estrategias de gestión proactiva del ciber riesgo. En lugar de enfocarse en reaccionar a los incidentes, la meta es anticiparse a ellos, implementando arquitecturas basadas en políticas de Confianza Cero (Zero Trust), donde ningún acceso es confiable por defecto. La IA se vuelve el motor que permite aplicar este modelo a escala, verificando continuamente cada conexión y cada identidad en tiempo real.