El país logró avances importantes en un idioma que no es su lengua materna, pero enfrenta dificultades en su lengua propia, según los resultados del reporte del consultor y ex director general del Icfes Daniel Bogoya sobre las Pruebas Saber Pro 2024.
La experiencia en bilingüismo demuestra que con estrategias, políticas y compromiso institucional se logran avances. El desafío ahora es aplicar ese aprendizaje al fortalecimiento de la escritura en español, dijo Guillermo García Méndez, jefe de Evaluación para el Éxito Estudiantil de la Universidad del Rosario.
Bogotá, agosto de 2025. El reporte sobre los resultados de las pruebas Saber Pro 2024 recientemente publicado por el profesor Daniel Bogoya, consultor y ex director general del Icfes, ofrece un hallazgo que llama a la reflexión: el inglés se mostró como la competencia de mejor desempeño a nivel nacional (promedio 155), mientras que escritura en español registró el promedio más bajo (134). En las universidades acreditadas los promedios fueron 164 y 139 puntos respectivamente.

“El dato no es menor y muestra una paradoja. Colombia logra avances importantes en un idioma que no es su lengua materna, pero enfrenta dificultades en su lengua propia. Entender este fenómeno exige mirar no solo el proceso formativo, sino también cómo se evalúan estas competencias”, indicó Guillermo García Méndez, jefe de Evaluación para el Éxito Estudiantil de la Universidad del Rosario.
En el caso del inglés, la prueba mide habilidades a través de tareas de selección. Se trata en gran parte de una prueba de comprensión y conocimiento estructurado que permite discriminar niveles de dominio con cierta objetividad.
Por su parte, la prueba de escritura exige la producción directa de un texto por parte del estudiante. No se evalúa la memoria o un conocimiento específico, sino la capacidad de organizar ideas y expresarlas con claridad y coherencia. Pone a prueba no solo la escritura en su carácter formal, sino también la argumentación y el pensamiento crítico.
“A pesar de que las metodologías de evaluación y calificación de estas pruebas tienen diferencias importantes, que el país logre resultados más altos en inglés que en escritura en español, debe ser un llamado de atención y a la vez una oportunidad”, señaló García.
Para el académico, la experiencia con el bilingüismo muestra que, con estrategias sostenidas, políticas institucionales, ajustes curriculares y el compromiso de las instituciones de educación superior, se han alcanzado logros importantes en un área exigente. El reto ahora es trasladar esa experiencia al fortalecimiento de la escritura en español.
A manera de ejemplo, la Universidad del Rosario ha trabajado en esa dirección con apuestas puntuales como la incorporación de la comunicación escrita como eje transversal de la formación profesional, o la creación del Centro de Lectura y Escritura en Español (Celee) que, además de impartir los cursos de lectura y escritura, brinda tutorías y asesorías a los estudiantes desde sus primeros semestres. Estos esfuerzos han contribuido a que la institución se ubique en este componente como la segunda mejor del país en los resultados Saber Pro 2024, según el análisis del profesor Daniel Bogoya.
Así mismo, las políticas de segunda lengua e internacionalización de la universidad han promovido el desarrollo de competencias en inglés. Acciones como la creación de English Area, una unidad especializada en la evaluación y formación en el idioma, o la exigencia de un nivel mínimo en segunda lengua como requisito de grado, ven sus frutos en los resultados de la prueba en 2024. En este caso la Universidad del Rosario ocupó la tercera posición a nivel nacional en el reporte del ex director general del Icfes.
Más allá de los rankings, el foco debe estar en la capacidad de formar profesionales que no solo se comuniquen en un mundo globalizado, sino que también puedan comunicar lo que piensan desde la palabra escrita en su propio idioma. Al lograr que la escritura reciba la misma prioridad que el bilingüismo, se dará un paso decisivo hacia una educación más integral y hacia una formación más sólida, concluyó García.