Colombia requiere con urgencia donantes de sangre

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Por Guillermo Romero Salamanca

Con el pasar del tiempo cada vez es más difícil encontrar donantes de sangre, por mitos y creencias sobre la donación. Afectando la realización de cirugías y trasplantes.

En muchas partes del país la violencia es común por diferentes motivos y cuando llegan los heridos a los centros asistenciales se requiere sangre y, en varias oportunidades, no hay. 

De otra parte, hay personas que requieren de una operación en la cual no hay su tipo de sangre o está muy escasa, la cirugía puede demorar o hay complicaciones.

Según las cifras del Instituto Nacional de Salud en Colombia se transfunden aproximadamente 1.100 pacientes por día, de los cuales 100 son niños.

Una realidad es que el tema de la dinámica poblacional frente a la tasa de natalidad cada vez es más reducido, teniendo en cuenta que actualmente la gente no quiere tener hijos y al no hacerlo, hay menos donantes.

Actualmente, según cifras del Instituto Nacional de Salud en el Informe Nacional de Bancos de Sangre la tasa de donaciones por 1000 habitantes más elevada estuvo en mujeres y hombres entre los 18 – 19 años (44.9% y 34.7%) sin embargo, nuestras estrategias en términos de educación van dirigidas a diferentes grupos poblacionales, esto con el fin de construir cultura de donación de sangre, permitiendo que el derecho de transfusión se dé a tiempo y sea posible evitar complicaciones.

En entrevista con María Cristina Cárdenas Castiblanco, jefe del Banco de Sangre – LaCardio, manifestó que el tipo de sangre que más se necesita en el país, tiene que ver con la frecuencia de los grupos sanguíneos en la población, el 60% de las personas en Colombia son O+, quiere decir que ese es el grupo que más se necesita.

“Las personas a veces tienen un mito y es que como es la sangre más frecuente es la que menos se requiere, pero es todo lo contrario. Los otros grupos son el A+ y después el B. El 8% de la población en Colombia son O-, y es importante que estos donantes se sensibilicen porque la única alternativa de transfusión segura para este grupo es con un donante que sea del mismo grupo”, explicó la doctora Cárdenas.

–¿En realidad las personas no donan sangre o no quieren donarla?

–Hemos descubierto con el pasar de los años, que la necesidad de sangre se fundamenta en una brecha de conocimiento que existe en la comunidad, la gente no conoce la importancia de la donación, no sabe que si un paciente requiere sangre no hay un componente artificial que pueda sustituir lo que hace la sangre en el cuerpo humano, es decir, que si una persona necesita sangre la debe recibir de una persona de manera voluntaria y altruista que se la quiera donar.

Siendo entonces la concientización y la educación los retos más relevantes, y es a eso a lo que le apunta el Banco de Sangre de LaCardio, a fortalecer todas las estrategias en términos de educación para desmentir los mitos, profundizar en la importancia que tiene la sangre, dar a conocer estas cifras, que la gente conozca la realidad en términos de transfusión y de acuerdo con eso, se anime a donar.

–¿Cuántos bancos de sangre tiene el país?

–Actualmente, somos 16 bancos en Bogotá y 83 en Colombia. El reto es trabajar en la cultura de la donación de sangre, porque en el país no la tenemos y si lo comparamos con países europeos, vemos que allá los donantes son habituales y eso es lo que tenemos nosotros como un propósito u objetivo de país. No solamente es difundir esta información y educar al donante y lograr las estadísticas que se requieren para poder tener la disponibilidad suficiente de componente para los colombianos, que pese a estar apartado de las ciudades capitales, realmente tengan la oportunidad de ser transfundidos.

Las transfusiones de sangre son un bien público, la sangre dentro de la Constitución es un derecho para que todas las personas puedan acceder a ella sin dificultades y puedan salvar su vida.

–Además de la solidaridad, ¿por qué es bueno donar sangre?

–A parte de todo el componente de empatía y de solidaridad con la humanidad, la donación también tiene beneficios para las personas que la realizan. Nuestro cuerpo tiene la médula ósea, que es la fábrica de las células y ésta al detectar una pérdida en la donación de sangre, que realmente es menos del 10% de todo el volumen sanguíneo de una persona; la médula se estimula para producir más células sanguíneas y puede mejorar de cierta manera la capacidad de oxigenación.

Es necesario enfatizar también en que no es solo el beneficio físico, sino también la parte emotiva del impacto al entender que se está salvando la vida de alguien, por poder ayudar al otro y hacerlo genuinamente, ¿Por qué razón? Porque puede haber donantes cuya motivación sea buscar diagnósticos en los bancos de sangre y poner en riesgo a los pacientes, en ese sentido la tarea es llevar a la conciencia de que la persona que estira su brazo es porque realmente quiere ayudar y está muy enfocado en la seguridad transfusional y eso es lo que queremos transmitir a todas las personas que vienen a los bancos, llevarlos a esa concientización de que la donación de sangre es un acto responsable y consciente. Obviamente salvamos la vida de un paciente, pero también garantizamos la seguridad del donante.

–¿Es cierto que las personas mayores de 60 años no pueden donar sangre?

–Los requisitos para la donación de sangre están enmarcados en el Lineamiento Técnico para la Selección de Donantes emitido por el Instituto Nacional de Salud y están elaborados garantizando la seguridad del paciente que recibe esa sangre, así como la seguridad del donante. Dentro de este lineamiento está que una persona puede donar desde los 18 años hasta los 65 años. Se aclara que luego de los 65 años, no es que la sangre de las personas no sea efectiva, sino que es por su seguridad. En estos casos, lo primordial es la seguridad del donante, porque ya no es la misma recuperación de células sanguíneas y debe contar con unos buenos depósitos de hierro para no tener problemas de anemia.

El lineamiento, también da una opción y es si una persona mayor de 65 años, quiere hacer una donación y lo ha hecho habitualmente y bajo una recomendación o aval médico, se podría hacer.

–¿Quiénes donan más sangre, los hombres o las mujeres?

–Las estadísticas del Instituto Nacional de Salud – SIHEVI (Sistema de Hemovigilancia), muestran que se han recibido 252.844 donaciones en total a la fecha de abril de 2025. La donación de hombres es de 128.228 y 124.616 de mujeres.

Entre 15 y 64 años es el grupo etario que más transfusiones requiere, lo que se traduce a 94.464 pacientes hombres y 122.067 pacientes mujeres.

–¿Existe el miedo de recibir enfermedades como VIH – SIDA o Hepatitis en esas transfusiones?

Sí existe un riesgo residual de transmitir alguna infección mediante la transfusión de sangre. Los bancos de sangre implementan estrategias de control mediante pruebas, pero más allá de la prueba, la educación es el primer factor, porque hay que garantizar un donante ideal y por eso se le realiza un proceso de entrevista donde se da respuesta a unas preguntas de alto impacto para disminuir ese riesgo, luego si el donante es apto, se hace la donación y se procesan pruebas de laboratorio para identificar infecciones para 7 marcadores, entre ellos la presencia de VIH, Hepatitis B y C, Chagas, Sífilis, HTLV (virus linfotrópico de células T humanas). Se mitigan los riesgos, pero no es 100% la eliminación de estos.

Aquí es clave educar sobre el Período de Ventana Inmunológico y que probablemente la gente no lo conoce, este es el lapso que transcurre desde que el virus ingresa al cuerpo y hasta que la infección pueda ser detectada por pruebas de laboratorio. El tiempo para detectar el virus varía para cada tipo de prueba, pero en la mayoría de los casos el periodo de la ventana inmunológica es hasta de 6 meses y durante ese tiempo los análisis pueden dar negativo, aunque la persona haya contraído el virus.

Pensando en lo anterior, la tecnología avanza y ya no solamente se habla de estas pruebas serológicas, sino que ahora hay otras de tipo molecular, conocidas como Pruebas NAT, disponibles en el mercado, que permiten que se detecte un virus más tempranamente que con las pruebas serológicas y evitar el contagio de los pacientes en un tiempo menor a los 6 meses establecidos. Los pacientes que requieren transfusión deben tener conocimiento de este riesgo residual, pese a todas las pruebas y demás procesos de calidad.