Colombia y el BMX prolongan su idilio en los Juegos Olímpicos

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De las 32 medallas que se ha colgado Colombia en los Juegos Olímpicos desde 1932, año en el que país participó por primera vez, en Los Ángeles (EE.UU.), seis fueron conseguidas en el BMX, un deporte que recién fue incluido en el programa de Pekín 2008.

En total, el BMX entrega medallas en cuatro competencias, la masculina y la femenina de estilo libre y las de carrera, estas últimas en las que Colombia se convirtió en potencia de la mano de Mariana Pajón, Carlos Ramírez y Carlos Oquendo.

Lo hecho por el país en esta modalidad ha sido tan importante que el único deporte en el que ha conseguido más medallas olímpicas, con ocho, es la halterofilia, en la que Colombia suele tener una participación mayor y, en efecto, son entregadas muchas más preseas cada cuatro años.

LONDRES 2012, LOS JUEGOS DEL QUIEBRE

El idilio entre el país y este deporte comenzó en el 2012 cuando Pajón, que entonces tenía 20 años, le dio a Colombia el segundo oro olímpico de su historia en Londres 2012 tras el conseguido por María Isabel Urrutia en pesas en los Juegos de Sidney 2000.

La ciclista, en ese entonces juvenil, irrumpió con fuerza y le arrebató la presea dorada a la neozelandesa Sarah Walker, que fue plata, y a la holandesa Laura Smulders, que terminó con el bronce.

Igualmente superó a la australiana Caroline Buchanan, que en ese entonces era la mejor del mundo y se había colgado cuatro años antes el primer oro olímpico de esa disciplina.

El éxito de Pajón no fue el único de ese año, pues Oquendo, en la final masculina, enlazó el bronce en una trepidante competencia en la que ganó la medalla en una lucha codo con codo al holandés Raymon Van der Biezen.

CONSOLIDACIÓN Y SORPRESA

A Río 2016, Pajón llegó como favorita tras un ciclo olímpico brillante en el que se ratificó como la mejor ciclista de BMX del mundo.

Las altas expectativas y la presión no fueron impedimento para la colombiana que, en uno de los mejores momentos de su carrera, arrasó a sus rivales, se colgó el oro y se convirtió en la primera colombiana en ganar dos veces una presea dorada, un hito que hasta el momento ningún otro deportista de su país ha conseguido.

Pajón, desde entonces, es conocida como “La reina del BMX”.

Y es que a esa medalla, que figuraba en las cuentas del Comité Olímpico Colombiano (COC) y de los analistas deportivos, se sumó la conseguida por Ramírez, que en una carrera de infarto y sin ser favorito se colgó el bronce en la foto de llegada al imponerse al estadounidense Nicholas Long.

TOKIO, UN RETO MAYOR PARA PAJÓN Y RAMÍREZ

“Esto se siente como si fuera un oro”, dijo Pajón este viernes tras conseguir la medalla de plata en Tokio. La frase describe la travesía que vivió la colombiana para llegar a estos Juegos Olímpicos, en los que incluso, reveló, no compitió en su mayor nivel por las lesiones y las dolencias que la han aquejado en los últimos años.

La pandemia de la covid-19 y el aplazamiento de los Juegos le permitieron estar en Tokio, pues en el 2018 sufrió una rotura de ligamentos en la rodilla izquierda.

“Es increíble, solamente el haber clasificado ya era un logro gigante, el poder estar acá. Y después el seguir pasando rondas, el sentirme tan bien. No podía creer que estuviera en estas condiciones”, afirmó Pajón.

Entre tanto, Ramírez reveló tras la competencia de ayer que hizo su mayor esfuerzo para subirse al tercer cajón, pues en el último mes tuvo que lidiar con un dolor que sentía en una de sus piernas tras caerse en competencia de preparación y con el que llegó al día de carrera.

Como hace cuatro años, su medalla no figuraba entre las cuentas pero, gracias a su gran lectura de la competencia, supo eludir las caídas de sus competidores y acelerar cuando la carrera lo requirió para celebrar, entre lágrimas, que consiguió su segunda medalla olímpica pese a las dificultades físicas.

Yahoo Noticias Agencia EFE Foto internet EFE