Conflicto en Europa atemoriza la economía mundial

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Foto Getty Image

El presidente ruso Vladimir Putin ha decidido atacar a Ucrania y la reacción en los mercados mundiales no se ha hecho esperar: los precios del petróleo superaron los 100 dólares por barril por primera vez desde 2014 y las bolsas se desploman. Con este panorama, la gran pregunta que está en el aire es: ¿qué va a pasar ahora con la economía y con la bolsa?

Una nueva guerra en el corazón de Europa no hace sino añadir más leña al fuego de un año 2022, joven como es, que se está revelando intenso por las pérdidas que se acumulan en las principales bolsas del mundo, con Wall Street a la cabeza.

Y este movimiento del ejército ruso en Ucrania revuelve aún más una situación dominada por la incertidumbre sobre la inflación y las subidas de tasas de interés.

El índice más estable de Wall Street, el S&P 500, entró este miércoles en zona de corrección al acumular un descenso de más del 10% desde su máximo histórico de cierre del 3 de enero. El índice tecnológico Nasdaq, por su parte, se ha desplomado más de un 15% en lo que va de año.

La influencia de Rusia y Ucrania va más allá de los números económicos

Y lo que ha pasado hasta ahora en Wall Street no es porque las empresas dependan mucho ni de Rusia ni de Ucrania.

La exposición de los ingresos de empresas de este comprensivo índice a ambos países es, en conjunto, muy baja. Desde la empresa de datos y análisis, Factset se recuerda que los ingresos combinados de las empresas en este índice a Rusia y a Ucrania es del 1%.

Tampoco es que desde un punto de vista económico Rusia y Ucrania sean pesos pesados. Rusia es un país enorme en extensión pero su economía de aproximadamente 1.5 billones de dólares (trillions en inglés) apenas es el 2% de la global. No es mayor que la de Texas. Y Ucrania tiene un peso aún menor.

El ataque de Rusia a Ucrania remueve el tablero geopolítico internacional. Foto: Getty Images.
El ataque de Rusia a Ucrania remueve el tablero geopolítico internacional. Foto: Getty Images.

Larry Adam, jefe de inversión de Raymond James explica que otros eventos geopolíticos como guerras y ataques terroristas se han traducido en una debilidad de corto plazo en los mercados de valores. “Pero el crecimiento económico y los beneficios son los fundamentos de los mercados y estos tienden a recuperar las pérdidas y volver apreciarse con fuerza en los siguientes seis o doce meses”.

Lo que hace ser muy cautos a los inversores es el matiz que apunta Adam. “Las excepciones suelen llegar cuando esos eventos afectan adversamente el trasfondo económico fundamental de la economía”. Es decir, que sea más que un viento de cara.

Y es ahí donde los inversores tienen centradas sus preocupaciones.

Una guerra que puede traer más inflación y más subidas de tasas

Rusia es crucial en los mercados globales de la energía. Este país produce el 10% del crudo global en un momento en el que la oferta y la demanda está muy tensa, es decir, que su papel es muy relevante. Además, en 2021 fue responsable del 20% de las ventas de gas natural licuado a Europa. Rusia controla buena parte del mercado de materias primas como el paladio (crucial para los coches eléctricos), el nickel. Y con Ucrania son una potencia en productos agrícolas como el trigo y el maíz además de fertilizantes.

Porque es por esa vía por donde puede complicarse la que es la máxima preocupación de los mercados en este momento: “la inflación y la Fed son las variables más cruciales para el mercado de valores”, explican en un informe a clientes desde Raymond Jones.

Y el riesgo más significativo es la presión al alza del crudo y el gas natural en ese entorno de subidas de precios.

La escalada de la situación dispararía las incertidumbres y los riesgos, algo que profundizaría el descuento del 5% que Goldman Sachs calcula que ha sufrido el S&P 500 por el efecto de la crisis geoestratégico hasta ahora.

El especialista en materias primas de Capital Economics, Edward Gardner, explicaba el martes en un informe a clientes que no esta en el interés ni de Rusia ni de occidente usar el mercado de la energía “como arma pero eso no significa que no vaya a pasar. Si los flujos de este mercado se complican el precio del barril puede quedar entre $120 y $140 antes de que se reconduzca la situación”.

Una subida fuerte en la inflación vía energía pondría presión en la Fed para subir las tasas de interés más agresivamente de lo que se especula en estos momentos. “No obstante la Fed tenía que lidiar el hecho de que hay que subir tasas en un ambiente de menor crecimiento económico”, explica Adam, que mantiene que se puede deprimir el consumo y con ello es posible que la Fed adopte la postura más conservadora y a la vista de la situación geopolítica no suba tipos de forma agresiva.

Ana B. Nieto·Colaboradora

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