Congreso de Acmi en Barranquilla: más de 7 millones de personas sufren de reflujo gastroesofágico

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Se celebra en estos momentos el trigésimo Congreso Colombiano de Medicina Interna ACMI–ACP, en el Centro de Convenciones Puerta de Oro en Barranquilla.

El evento reúne a más de 100 conferencistas nacionales e internacionales, en un espacio académico de alto nivel que destaca por su enfoque en innovación y tradición, y que representa el punto de encuentro más importante para la medicina interna en el país.

El congreso incluye:

• Simposios simultáneos y talleres sobre cardiología, endocrinología, gastroenterología, medicina hospitalaria, inteligencia artificial y más.

•   La 3ª Cumbre Latinoamericana de la Mujer, con un enfoque en salud con perspectiva de género.

• Participación de invitados internacionales de 12 países.

• Conversatorios sobre ética médica, equidad, modelos de salud y desafíos actuales de la medicina interna.

Simposio Principal: Reflujo Gastroesofágico ¿En qué estamos en el 2025?

Dr. Fernando Sierra – Ponente. Viernes 1 de agosto – 3:30 p.m.

Sobre este tema en especial el viernes en Barranquilla se expondrá las cifras de ERGE que siguen en aumento en Colombia, y las alternativas médicas a esta problemática para el paso hacia una gastroenterología más humana, eficaz y centrada en las necesidades reales de quienes han sufrido, en silencio, durante demasiado tiempo.

 La lucha contra el reflujo gástrico en Colombia

●      La Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE) afecta a entre el 15% y 20% de los colombianos.

La sensación es inconfundible: un ardor que asciende desde el estómago hasta la garganta, robando el sueño, la calma y, en muchos casos, la calidad de vida. Es la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE), un enemigo silencioso que ha ganado terreno en Colombia sin hacer demasiado ruido, pero dejando una huella profunda en quienes la padecen.

Aunque muchos la consideran una molestia pasajera, la ERGE es una patología crónica que afecta a entre el 15 y el 20% de la población colombiana. Es decir, más de siete millones de personas viven con síntomas que van desde acidez persistente hasta tos crónica, náuseas, regurgitación ácida y dolor torácico.

Y el problema no es solo el número de casos, sino las implicaciones emocionales, económicas y laborales que esta enfermedad acarrea. Una noche de insomnio por ardor gástrico puede traducirse en bajo rendimiento laboral, irritabilidad, ansiedad o aislamiento social.

Por lo anterior, en los últimos años, la ERGE se ha convertido en una de las consultas más frecuentes en medicina general y especializada. El 40% de los latinoamericanos ha tenido síntomas al menos una vez al mes y cerca del 2% los sufre a diario.

La mayoría de los diagnósticos se realiza con base en síntomas, y la primera línea de tratamiento han sido durante décadas los inhibidores de bomba de protones (IBPs), considerados hasta ahora el estándar.

La medicina tradicional que ya no basta

Los IBPs, como el omeprazol o el lansoprazol, funcionan bloqueando la producción de ácido en el estómago. Sin embargo, su efectividad depende de varios factores: deben tomarse en ayunas, al menos una hora antes de las comidas, y en pacientes llamados “metabolizadores rápidos”, su efecto puede reducirse drásticamente.

Además, no actúan sobre las bombas de ácido inactivas, por lo que tardan días en alcanzar su efecto máximo. No es raro encontrar pacientes que, aún tomándolos dos veces al día, continúan con síntomas.

En Colombia, más del 80 % de la población es metabolizadora rápida, es decir, su organismo destruye el medicamento antes de que actúe.