Deforestación en la Amazonía aumenta y reduce las lluvias, según un estudio

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Un área quemada de la selva amazónica en Apuí, Brasil, en una imagen del 21 de septiembre de 2022 (Michael Dantas) /AFP/

La deforestación en la Amazonía provoca más lluvias en la temporada húmeda y menos en la temporada seca, según una nueva investigación publicada el miércoles que subraya el papel “esencial” de la selva tropical en la regulación del clima local y mundial.

La pérdida de árboles en la región del río Amazonas, impulsada principalmente por la agricultura no sostenible, la minería y la tala, socava la capacidad de la selva tropical para absorber dióxido de carbono que calienta el planeta.

Investigaciones previas ya había demostrado que la reducción de la vegetación disminuye la cantidad de agua que es absorbida hacia la atmósfera, lo que lleva a condiciones generalmente más secas.

La nueva investigación, publicada en la revista Nature, se impuso como objetivo lograr una visión más detallada, utilizando simulaciones climáticas regionales y datos satelitales de la selva entre 2000 y 2020.

Los investigadores, radicados en China y Tailandia, hallaron que los impactos en la Amazonía cambian con las estaciones.

Se registraron más lluvias específicamente sobre áreas donde los árboles fueron talados en la temporada húmeda (de diciembre a febrero), mientras que en la temporada seca (de junio a agosto), cuando las plantas más lo necesitan, se registraron menos lluvias en una región más amplia.

“Debido a su papel fundamental en la regulación del clima regional y global, se necesitan esfuerzos sostenidos para proteger los bosques restantes en la Amazonía, así como rehabilitar las tierras degradadas”, concluyen los autores.

Los expertos destacaron que la pérdida de árboles en la Amazonía, frecuentemente causada por la expansión ilegal de tierras agrícolas, supone una amenaza particular para los cultivos.

“Durante la temporada de lluvias, las cuadrículas deforestadas experimentaron un notable incremento en la precipitación (0,96 mm mes−1 por punto porcentual de pérdida de bosque)”, detalla el texto.

El aumento de las precipitaciones “podría exacerbar las inundaciones en la temporada húmeda en ciertas regiones deforestadas, perjudicando la agricultura regional y la economía social”, dijeron.

En general, los autores descubrieron que la deforestación continua en la Amazonía “podría llevar a una disminución en el total de precipitaciones”, lo que amenazaría la fauna, intensificaría las sequías y empeoraría los incendios forestales, además de reducir la capacidad de absorción de CO2.

La disminución de las lluvias regionales también podría resultar en “pérdidas económicas sustanciales en la agricultura”.

– ¿Una futura sabana? –

En un comentario relacionado con el estudio y también publicado en Nature, Wim Thiery, profesor asociado de la Vrije Universiteit en Bruselas, dijo que la investigación era “pionera” y que este tipo de textos eran importantes para comprender las complejas interacciones entre la deforestación, el cambio climático y la salud de las plantas.

Esto podría ayudar a los investigadores a evaluar si la selva tropical se está acercando a un llamado “punto de inflexión”, lo que podría llevar a ese crucial ecosistema a convertirse en una sabana, dijo Thiery, que no participó en la investigación.

En un estudio del año pasado, publicado en Nature, un grupo internacional de científicos estimó que entre el 10% y el 47% de la Amazonía estará expuesto a las tensiones combinadas del calentamiento y la pérdida forestal para 2050, lo que podría conducir a un cambio generalizado de su ecosistema.

Esto podría causar que este ecosistema clave libere el carbono que almacena, impulsando aún más el calentamiento global e intensificando sus efectos.

La sequía asoló la región del río Amazonas desde mediados de 2023 hasta 2024, impulsada por el cambio climático causado por el hombre y el fenómeno de calentamiento El Niño, ayudando a crear condiciones para incendios forestales récord.

A nivel mundial, la tendencia hacia la destrucción de las selvas tropicales continúa a pesar de las promesas de acabar con esta práctica para 2030, según el informe “Forest Declaration Assessment” del año pasado, realizado por organizaciones de investigación, ONG y grupos de defensa de la región.

Yahoo Noticias Agencia AFP