El cambio climático, un reto silencioso para la salud mental de los trabajadores

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La investigación “Efectos del cambio climático en el bienestar de los trabajadores” expone la falta de preparación de las organizaciones para abordar un fenómeno que ya está dejando graves consecuencias.

Según la investigación, sectores como el agrícola y el de la construcción son los más afectados, ya que los trabajadores están expuestos a jornadas bajo altas temperaturas, lluvias torrenciales y riesgos constantes por desastres naturales.

Fenómenos como la ecoansiedad y el estrés postraumático, derivados de desastres naturales y la pérdida de medios de subsistencia, están afectando a miles de trabajadores, especialmente en zonas rurales y urbanas marginales.

Enero de 2025.

El cambio climático no solo es un desafío ambiental, sino también un problema de salud pública que afecta el bienestar físico y mental de millones de trabajadores, especialmente en países con alta vulnerabilidad como Colombia. Esta realidad quedó en evidencia en la investigación “Efectos del cambio climático en el bienestar de los trabajadores”.

El estudio, desarrollado por un equipo interdisciplinario del Politécnico Grancolombiano, el SENA, la Pontificia Universidad Javeriana, el Centro de Cultura, Trabajo y Cuidado del Inalde Business School, y encabezado por Erik Fabian Rico, investigador principal y líder del Centro de Pensamiento en Talento Humano y Organizaciones Saludables, no solo expone los riesgos para los colaboradores, sino también la falta de preparación de las organizaciones para abordar un fenómeno que ya está dejando graves consecuencias y la necesidad establecer normativas y regulaciones estatales.

Efectos en la salud física y mental: más allá de las cifras

En un país donde más de la mitad del territorio presenta condiciones climáticas extremas, la relación entre cambio climático y salud laboral es innegable. Según el estudio, sectores como el agrícola y el de la construcción son los más afectados, ya que los trabajadores están expuestos a jornadas bajo altas temperaturas, lluvias torrenciales y riesgos constantes por desastres naturales. A nivel global, se prevé que para 2030 el aumento de 1,5 °C en la temperatura reducirá un 2% de las horas laborales debido al estrés térmico, una cifra que podría ser aún mayor en Colombia.

La investigación destaca que el cambio climático no solo incrementa enfermedades como las diarreas, leishmaniasis y problemas respiratorios derivados de la calidad del aire, sino que también ha disparado la aparición de trastornos mentales. Fenómenos como la ecoansiedad, solastalgia y el estrés postraumático, derivados de desastres naturales y la pérdida de medios de subsistencia, están afectando a miles de trabajadores, especialmente en zonas rurales y urbanas marginales.

El investigador Erik Rico señala que el impacto psicológico del cambio climático se manifiesta en síntomas como irritabilidad, insomnio y episodios depresivos. “Los trabajadores enfrentan un futuro incierto, donde la preocupación por el clima se suma a las tensiones económicas y sociales. Esto genera un círculo vicioso que deteriora tanto la productividad, como la salud mental”.

Adicionalmente, el estudio resalta un aspecto crítico: la falta de normativas que protejan a los trabajadores frente a estos riesgos. Aunque Colombia ha adoptado compromisos internacionales como el Acuerdo de París, las acciones concretas en el ámbito laboral son prácticamente inexistentes. Esta brecha deja a los empleados y a las organizaciones sin herramientas para prevenir o mitigar los efectos del cambio climático en su entorno.

El rol de las empresas y las políticas públicas

Ante este panorama, la investigación subraya la urgencia de que las empresas y el gobierno trabajen de manera conjunta para implementar medidas de adaptación. Algunas de las recomendaciones son:

•           Capacitación y sensibilización ambiental: Programas de formación que eduquen a los empleados sobre el cambio climático y su impacto en la salud.

•           Mejoras en las condiciones laborales: Proveer áreas de descanso adecuadas, acceso a hidratación y horarios flexibles para minimizar la exposición al calor extremo.

•           Políticas de salud mental en el trabajo: Integrar servicios psicológicos y campañas de bienestar emocional para los trabajadores afectados por el estrés climático.

•           Rediseño de normativas: Actualizar las políticas laborales para incorporar medidas de prevención y atención frente al cambio climático.

Además, se propone la implementación del salario emocional, a través de incentivos como jornadas laborales más cortas en temporadas de calor extremo o la inclusión de servicios médicos especializados en la atención de enfermedades relacionadas con el clima.

El impacto económico no es menor. Según datos del estudio, las pérdidas por reducción de la productividad en Colombia podrían superar los 1.200 millones de dólares anuales si no se adoptan medidas de adaptación. Este dato evidencia que los efectos del cambio climático trascienden la esfera individual y se convierten en un desafío macroeconómico que afecta a las empresas, a las comunidades y al país en general.

“Las organizaciones deben entender que invertir en la salud de sus empleados no solo es una responsabilidad ética, sino también una estrategia de sostenibilidad económica”, afirma el docente del Politécnico Grancolombiano, quien insiste en la importancia de integrar la gestión ambiental como un pilar dentro de las políticas empresariales.

El llamado de la investigación es claro: enfrentar el cambio climático no es solo una tarea ambiental, sino un compromiso social que requiere la colaboración de todos los actores. “El cambio climático no es solo un problema del mañana; está aquí y ahora. Depende de nosotros garantizar que las generaciones actuales y futuras cuenten con las herramientas necesarias para enfrentarlo con resiliencia”, concluye Rico.