Durante el año escolar, los niños y adolescentes enfrentan múltiples desafíos, desde el cumplimiento de tareas académicas hasta la adaptación a rutinas estructuradas.
La carga escolar, la presión por el rendimiento y el uso constante de pantallas pueden generar estrés, ansiedad y dificultades para concentrarse. En este contexto, las manualidades y actividades creativas, como el uso de masas moldeables, se convierten en herramientas clave para gestionar emociones, mejorar la atención y fomentar espacios de relajación.
Según la Dra. Paula Andrea García, psicóloga infantil, el arte y las manualidades no solo estimulan la creatividad, sino que también contribuyen a la regulación emocional.
“Pintar, dibujar o moldear figuras con masas no tóxicas como Play-Doh permite a los niños canalizar el estrés y la ansiedad de manera saludable, brindándoles un espacio de calma y expresión personal”, explica la experta. Además, estas actividades pueden convertirse en momentos familiares de conexión, alejando a los niños de las pantallas y fomentando la comunicación en casa.
Más allá de la gestión emocional, la construcción de hábitos y rutinas saludables también juega un papel clave en el bienestar infantil. Actividades repetitivas como modelar figuras, organizar materiales o seguir pasos específicos en una manualidad ayudan a los niños a desarrollar paciencia, constancia y habilidades de planificación. Estos hábitos pueden trasladarse a otras áreas de su vida, como el estudio y la organización de tareas diarias.
Consejos para integrar manualidades en la rutina escolar y fortalecer el bienestar emocional:
- Incluir momentos de creatividad en la jornada: Dedicar un tiempo después de clases para dibujar, colorear o modelar figuras sin interrupciones digitales.
- Involucrar a la familia: Compartir actividades artísticas fortalece los vínculos y mejora la comunicación en casa.
- Fomentar la expresión emocional a través del arte: Animar a los niños a representar sus emociones con colores, formas y texturas.
- Elegir materiales seguros y adecuados: Optar por opciones no tóxicas, como las masas moldeables Play-Doh, para garantizar una experiencia segura.
- Transformar las manualidades en una herramienta de relajación: Integrar estas actividades en la rutina como un método para reducir la ansiedad y mejorar la concentración.
A lo largo del año escolar, generar espacios de creatividad y expresión no solo ayuda a los niños a manejar sus emociones, sino que también contribuye a la construcción de hábitos positivos y al fortalecimiento de habilidades cognitivas y motrices. Porque más allá de la rutina académica, el arte sigue siendo una vía poderosa para aprender, conectar y crecer.