El Rainbow Warrior zarpa dejando un llamado urgente: respetar la Amazonía es proteger el planeta

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Tras su paso por Colombia, el Rainbow Warrior, barco insignia de Greenpeace, se despide del país para seguir rumbo a Belém, en la Amazonía brasileña, donde se llevará a cabo la cumbre del clima (COP30) con un mensaje contundente: la Amazonía es el corazón climático, biológico y cultural del país, y protegerla es una urgencia que no puede esperar.

Tras su paso por Colombia, el Rainbow Warrior, barco insignia de Greenpeace, se despide del país para seguir rumbo a Belém, en la Amazonía brasileña, donde se llevará a cabo la cumbre del clima (COP30) con un mensaje contundente: la Amazonía es el corazón climático, biológico y cultural del país, y protegerla es una urgencia que no puede esperar.

“La Amazonía no es solo una selva: es la base de nuestra soberanía, el sustento y hogar de millones de personas y el equilibrio climático de toda la región. Si se pierde, perdemos todos. El barco se va, pero el compromiso queda, y en la COP30 del clima exigimos a los gobiernos amazónicos que asuman compromisos firmes para protegerla, porque el tiempo de actuar es ahora”, señaló Laura Caicedo, coordinadora de campañas de Greenpeace Colombia

El paso del Rainbow Warrior en Colombia tuvo como propósito visibilizar la urgencia de detener la deforestación, proteger la biodiversidad y garantizar que los recursos lleguen a quienes han cuidado los bosques por siglos: los pueblos indígenas y las comunidades locales.

Desde Cartagena, el barco continúa su ruta por América Latina rumbo a la COP30 en Belém do Pará, Brasil, llevando consigo las voces y exigencias recogidas en Colombia. Greenpeace insiste en que los países amazónicos deben llegar a la cumbre con compromisos claros:

  • Un plan concreto para cumplir la meta de deforestación cero para 2030.
  • Financiamiento para la protección de bosques, con acceso directo para las comunidades indígenas, garantizando su participación en las decisiones que afectan sus territorios.
  • Gobernanza ambiental sólida y transparente, que ponga los derechos humanos y de la naturaleza en el centro.

Con cada puerto que toca, el Rainbow Warrior recuerda que la Amazonía no es un asunto local, sino un desafío global. Desde Colombia hasta la COP30, el llamado es el mismo: respetar la Amazonía.