El regreso de los abrazos de gol

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Fútbol actual de drones, GPS, cámaras de alta velocidad, controles biomecánicos, transmisiones en 4G, repeticiones instantáneas detalladas, entrenadores de sueño, marketing y mediciones, algunas tan empalagosas que le toman el ritmo hasta a los masajes… Pero sin público.

Por ello el hastío, el abatimiento.

Desde la llegada de la pandemia desaparecieron los amigables saludos de gol, los guiños cómplices, los puntos de encuentro, las corrientes futboleras apasionadas que deambulaban antes y después de los partidos, los emocionantes momentos vistos desde las tribunas, los aplausos y los insultos.

Cobró fuerza el fútbol virtual, de zoom, de sofá, con la influencia de las redes sociales, sus haters, el ciberacoso y la polarización.

En declive la habladera de esquina por el fútbol restringido a cuatro paredes.

Emociona, entonces, el retorno lento de los aficionados a las canchas, después de año y medio de ausencia, tiempo del país enfermo, de la indiferencia, la distancia forzosa con los ídolos, el fútbol en pantallas, en aplicaciones y la lejanía que crea el olvido.

El hincha estuvo mucho tiempo privado de la libertad de ir a los estadios. Sin él, el fútbol perdió su esencia.

No es lo mismo disfrutar desde las gradas, que, desde las sillas soñolientas de una sala, una alcoba, frente al televisor, o asociados al streaming.

Su retorno paulatino reanima el espectáculo.

Entre tanto el torneo sigue su curso, con celeridad en el calendario.

Menos calidad, mayor el número de partidos. Una que otra figura joven con disposición a la aventura internacional, sin consolidar su juego y carteles promocionales en los que sobresalen los futbolistas veteranos; las frases hechas, las polémicas insulsas, la tardanza para aplicar la ley frente a los desafueros verbales, como el de Gabriel Camargo, quien discriminó a las futbolistas, hace tres años, obligado por la Corte Constitucional a retractarse. Ya era hora.

P.D.  indiferentes algunos periodistas que desplazan Los juegos Olímpicos, la máxima cita orbital del deporte, por circenses polémicas de estudio.

Sibilinos como sus colegas que maquillaron el reciente fracaso de Colombia en el Tour de Francia.

Por Esteban Jaramillo Osorio