Exaltación a más de 5 mil voluntarios por su trabajo en Liga Colombiana contra el Cáncer

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Hace 63 años nació en Colombia una Liga, con el mismo espíritu altruista de la Liga de la Justicia, pero en esta versión, las superheroínas y los superhéroes son colombianos, humanos de carne y hueso que entregan sus vidas, día a día, por ayudar a prevenir el cáncer en Colombia y a mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad.

En el año 1960, el cáncer mostraba un crecimiento inusitado en Colombia, por lo que el entonces presidente del país, Alberto Lleras Camargo, creó el Comité Nacional de Lucha contra el Cáncer, que poco tiempo después, de la mano de 150 voluntarios, entre médicos y filántropos de la sociedad civil, se convirtió en la Liga Colombiana Contra el Cáncer.

Hoy en día esta entidad, sin ánimo de lucro, cuenta con 32 Seccionales y Capítulos, con presencia en casi todo el territorio nacional, y se ha mantenido, en gran medida, gracias a más de 5.000 mil voluntarios, casi el 90% mujeres, que han trabajado por la educación, prevención y tratamientos oportunos de cáncer en Colombia, especialmente para la población más vulnerable.

Para exaltar y fortalecer esta labor de los voluntarios de la Liga Colombiana Contra el Cáncer, los próximos 23, 24 y 25 de agosto, se realizará el XXXI Encuentro Nacional de Voluntariado, en Montería, sede de la Seccional Córdoba, donde participarán más de 250 voluntarios e invitados especiales.

Durante los tres días, los voluntarios podrán disfrutar de actividades recreativas y charlas de profesionales sobre resiliencia, respeto, amor y el servicio comunitario. Así mismo, se dialogará sobre estrategias innovadoras que apoyen la búsqueda de nuevos voluntarios que quieran sumarse al trabajo que realizan las ligas del país.

Ejemplo del espíritu altruista de la Liga es la señora Vilma García de Soto, quien ha estado vinculada a la Liga Colombiana Contra el Cáncer por 25 años, prestando su servicio voluntario a los pacientes con cáncer y sus familias, y desde hace tres años, como presidenta ad honorem de la entidad. Su vida es, como ella misma dice: “una existencia dedicada totalmente al servicio”.“Con mi labor en la Liga he cumplido mi sueño de servir a los demás, sin más beneficio que la satisfacción de ver mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer y sus familias.  Mi entrada a la Liga comenzó como voluntaria, visitando pacientes y cumpliendo turnos. Este contacto directo con las necesidades de los demás, al brindar apoyo, calidad de vida y calidez humana, me ha hecho comprender la trascendental importancia de la Liga Colombiana Contra el Cáncer en nuestro país”, asegura García.