Florecen la educación, el arte y la ciencia en la Sierra Nevada

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A más de 14 kilómetros después del corregimiento de Minca, en la vía hacia la vereda La Tagua se encuentra ubicada Vista Nieve, una vereda que se engalana con la exótica fauna, exuberantes paisajes montañosos en donde el verde predomina e hipnotiza, y donde el clima templado ofrece un ambiente bohemio y de paz.

Hasta ese punto de la zona rural de Santa Marta, anclado en la Sierra Nevada, llegó la Universidad del Magdalena en su firme compromiso con el desarrollo del territorio, a través de un relacionamiento sinérgico y constante con el entorno; en este caso, mediante el convenio establecido con la empresa Oro Molido mediante su Fundación.

Esta alianza ha permitido trabajar en tres ejes: el primero permite que estudiantes de los programas de Ingeniería Agronómica e Ingeniería Ambiental y Sanitaria hagan uso de las instalaciones de la Hacienda Vista Nieve, propiedad de la compañía, para desarrollar trabajos de campo de diferentes asignaturas.

El segundo, a través de un componente educativo en donde estudiantes de la Facultad de Educación pueden desarrollar prácticas en la Institución Educativa Distrital Agroecológica ‘Sagrado Corazón de Jesús’; y un tercer eje, en donde jóvenes de la zona reciben formación artística en iniciación musical y pre-orquesta sinfónica.

El administrador especialista Fabio Fernández Pinto, director de Desarrollo Social y Productivo de esta Institución, aseguró que “nosotros como Universidad tenemos el compromiso que nuestro Rector ha manifestado, y es el de responder a las necesidades de nuestro territorio”.

“Destacamos el compromiso de la Fundación Oro Molido, les damos las gracias a la Fundación por permitir esta sinergia, por abrir las puertas a este convenio, por darnos la oportunidad de lograr un trabajo más efectivo con nuestras comunidades de la zona rural de Santa Marta”, subrayó Fernández Pinto.

Trabajos de campo para futuros ingenieros

El doctor José Rafael Vásquez Polo, docente de planta de la Facultad de Ingeniería, detalló que gracias al convenio se pueden llevar a cabo trabajos in situ de materias como Edafología, en donde los estudiantes reciben formación sobre cómo se forman los suelos, los componentes físicos y la diversidad de los mismos.

En esa misma línea, la ingeniera especialista Isabel Cristina Ruiz Martínez, docente catedrática del Programa de Ingeniería Agronómica, manifestó que en asignaturas como Extensión Rural y Café es beneficioso para los estudiantes llegar hasta las instalaciones de la hacienda, dado que es demostrativa y permite experiencias valiosas.

“Aquí encontramos todo lo que tiene que ver con el sector de producción de café. Aquí vemos en campo el sistema de producción bajo sombra y economía circular. Es la oportunidad que tienen los estudiantes de verificar en campo todo lo que reciben teóricamente”, expresó la docente Ruiz Martínez.

De igual manera, resaltó que para esta Casa de Estudios Superiores “es necesario tener aliados estratégicos como la Fundación Oro Molido porque semestre a semestre podemos programar salidas de campo. Es importante que los estudiantes tengan contacto con ecosistemas de nuestro departamento”.

Por su parte, Angelyne Pinedo Alcalá, estudiante de cuarto semestre del Programa de Ingeniería Ambiental y Sanitaria, dijo que: “uno aprende muchísimo acá, al profesor le podemos hacer todas las preguntas. El ecosistema ayuda mucho para el estudio de los suelos. Estamos haciendo todo lo que vamos a desarrollar en nuestra vida profesional”.

Educar en un entorno nuevo para licenciadas en formación

Nicole Andrea Arango Valencia y María Valeria Sánchez Mercado son estudiantes de séptimo semestre del Programa de Licenciatura en Artes. Ambas, acostumbradas a las aulas de zonas urbanas, desde el 17 de octubre de 2024 desarrollan prácticas en la Institución Educativa Distrital Agroecológica ‘Sagrado Corazón de Jesús’ de Vista Nieve.

El entorno, totalmente distinto al que siempre habían conocido, les ha permitido crecer profesionalmente y descubrir de primera mano cómo se desarrolla el proceso educativo en zonas rurales del Distrito. Las dos estudiantes resaltan la acogida de la comunidad, de las directivas docentes y la atención de la Fundación.

“Esta experiencia ha sido muy enriquecedora porque es un entorno totalmente distinto. Pudimos conocer problemáticas que no están en la ciudad”, indicó Nicole Andrea Arango Valencia, quien añadió que las actividades que realizan son “de acuerdo con una planeación que hacemos que son enfocadas en nuestro proyecto de Artes”.

La estudiante también agregó que en la vereda Vista Nieve “están muy pendiente de nosotras, la Fundación Oro Molido nos apoya con los pasajes para las prácticas y con los materiales. Sin el convenio con la Universidad nosotras no habríamos podido estar acá, brindando todo lo que estamos aprendiendo en la carrera”.

Entre tanto, la docente Miriam Edith Sánchez Becerra, rectora de la I.E.D, reconoció que “el aporte que nos envía la Universidad del Magdalena es muy valioso. A un docente de primaria le cuesta dar todas las asignaturas, nunca las docentes de primaria habían tenido un apoyo en Artes”.

Asimismo, Sánchez Becerra apuntó con ahínco que “la Universidad del Magdalena es nuestra universidad. No solo es el apoyo que nos brindan las practicantes, sino que los jóvenes conocen más de la universidad, se motivan a estudiar. Cuando ven a las practicantes se motivan a decir: ‘sí, sí quiero estudiar y ser profesional’”.

La rectora también aplaudió la iniciativa Talento Santa Marta, programa abanderado por el doctor Pablo Vera Salazar, dado que ahora estudiantes de la Institución Educativa Distrital Agroecológica ‘Sagrado Corazón de Jesús’ tienen oportunidades reales de acceder a educación superior de alta calidad.

“Talento Santa Marta ha sido una gran bendición. A los estudiantes de esta institución de zona rural se les dificultaba mucho ingresar a la Universidad del Magdalena. En este momento tenemos a cinco chicos beneficiados, me he comunicado con ellos y están muy entusiasmados”, aseguró.

Instrumentos poco vistos por los jóvenes de Vista Nieve

“Son instrumentos que por acá casi no se ven”, dijo sonriente Camilo Andrés Clemente Bello, joven que inició su formación musical tocando el contrabajo. Él, al igual que otros 200 menores de Vista Nieve y veredas vecinas como La Tagua, El Campano y Bellavista, recibe clases para aprender a tocar el instrumento de su preferencia.

“Las clases son chéveres, me gustan. Mi familia me dice que siga tocando el instrumento si es lo que me gusta. No habíamos tenido nunca instrumentos y ahora que tenemos hay que valorarlo”, comentó Camilo Andrés, quien además cursa séptimo grado en la I.E.D. de la vereda.

Dilan Smith Cantillo López es estudiante de octavo semestre del Programa de Odontología y primer violín de la Orquesta Sinfónica UNIMAGDALENA. Él se desplaza una vez a la semana hasta la biblioteca de la vereda -materializada por Oro Molido- para compartir sus conocimientos artísticos con un grupo de menores de la zona.

“Este proyecto es muy bonito. Son chicos de distintas edades que han llevado un aprendizaje en instrumentos de cuerda flotada e incluimos un bombo, toda vez que el niño que lo toca tiene condición de discapacidad y no puede tocar instrumentos como el violín, la viola, el chelo o el contrabajo. Somos muy inclusivos”, contó.

Una alianza importante

Gabriel Jaime Peña Velásquez, director de Proyectos de la Fundación Oro Molido, destacó que la importancia de la alianza establecida con la Universidad del Magdalena, que ha sido de gran beneficio para la compañía, su fundación y en general para la población de la vereda Vista Nieve.

“La Universidad tiene todo el conocimiento sobre esta área, sobre cómo debemos empezar y cómo debemos actuar en esta zona donde estamos apostándole a dignificar a la sociedad cafetera y a los campesinos. Agradecemos al doctor Pablo Vera Salazar y a todo su equipo de trabajo por el apoyo que nos brinda”,