Al llegar alcoholizado a casa, Pedro Bonifacio se enteró de que su esposa e hija habían dado positivo a Covid-19. Su reacción no fue la de buscar ayuda, sino degollar a la mujer y a la niña de 12 años, quien también tenía un padecimiento renal crónico, para después suicidarse.
El domingo por la tarde, familiares de Alejandra, esposa de Pedro, acudieron al domicilio de la familia, ubicado en el municipio de Aculco, Estado de México.
Al llegar a la Manzana 3 del poblado del Azafrán, una construcción, los familiares ni siquiera pudieron entrar a la casa: en el jardín, pendiente de la estructura de cemento donde se colocó un columpio, encontraron el cadáver de Pedro. El cuerpo del hombre de 43 años tenía una cuerda sujeta al cuello y estaba amarrada en el travesaño de la estructura.
En la casa, en una recámara encontraron a Alejandra, de 34 años, y su pequeña hija, Flor. Yacían en el piso de la vivienda con heridas de lado a lado en el cuello.
Además de medicamentos, los agentes hallaron las pruebas de laboratorio que señalaban que la mujer y la niña habían dado positivo a Covid. Cuando policías y paramédicos acudieron, los vecinos les informaron que la noche del sábado escucharon a Alejandra exigir a gritos a su esposo que dejara de tomar.
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