El huracán Otis dejaba edificios destrozados, árboles caídos, inundaciones y desprendimientos de tierra en la conocida zona hotelera de Acapulco, en el suroeste de México, obligando a turistas y pobladores a guarecerse de los fuertes vientos y las lluvias torrenciales.
En la madrugada, Otis tocó tierra cerca de Acapulco, en el estado Guerrero, como un huracán “extremadamente peligroso”. Por la mañana, el ciclón se degradó rápidamente y al mediodía ya era una “tormenta tropical” en la escala de Saffir-Simpson.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que aunque las autoridades no tienen reportes de pérdida de vidas humanas, “no hay comunicación” con las zonas más afectadas.
“Pegó muy fuerte el huracán en Guerrero, en la Costa Grande, en Acapulco (…) y otros municipios. Todavía está afectando el huracán”, dijo el mandatario, conocido por su acrónimo AMLO.



“Es un huracán muy fuerte, de mucha intensidad y tuvo un comportamiento atípico. Esto no pasaba en décadas en el comportamiento de un huracán así“, agregó. (Con información de Reuters) Fotos cuartooscuro.com
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