Incesante desfile de fieles ante la humilde y austera tumba del papa Francisco

29
La tumba del papa Francisco (El Vaticano)

ROMA.- Sobre su tumba de mármol blanco, humilde, sencilla, hay una rosa blanca, su flor preferida, vinculada a su santa Teresita de Lisieux. Y centenares de personas hacen fila para ir a rendirle tributo, sacar una foto, dejarle una flor.

Al día siguiente del impactante y solemne funeral y del traslado en papamóvil blanco y posterior sepelio en la Basílica de Santa María la Mayor, el barrio del Esquilino -donde se encuentra la embajada argentina ante Italia y cercano a la estación de trenes de Termini-, se volvió la meta de peregrinación de cientos de personas que quieren rendirle tributo a la humilde tumba del papa Francisco.

La tumba del papa Francisco (El Vaticano)
La tumba del papa Francisco (El Vaticano)

Ya antes de que a las 7 de la mañana se abrieran las puertas de la Basílica pontificia, que es una de las iglesias más antiguas de Roma, construida para honrar a la Virgen después de que en agosto hubiera habido una nevada mágica, muchísimas personas se encontraban allí, haciendo fila para entrar a rendirle homenaje al papa de la gente.

Al mediodía de otra jornada de un sol que empieza a pegar más fuerte, miembros de la protección civil preguntaban a quienes se ponían en la fila si habían comido o tomado agua, porque los tiempos de espera para entrar podían ser largos: mínimo, dos horas.

Miles de personas asisten a la misa en el Vaticano
Miles de personas asisten a la misa en el Vaticano – Créditos: @ANDREJ ISAKOVIC

Después del apoteótico adiós que tuvo ayer el papa Francisco, con más de 170 delegaciones de todo el mundo y 400.000 personas despidiéndolo en sus exequias solemnes y por las calles por los que pasó el papamóvil para trasladar sus restos a su querida Basílica de Santa María la Mayor, se esperaba que la gente, aún conmovida, se presentara en masa hasta allí.

Vista la cantidad de personas -de todas las edades y nacionalidades, en el interior los ujieres piden acelerar y avanzar rápido. Algunos llegan con banderas -de Polonia, de Portugal. A los inválidos y adolescentes que llegaron masivamente a Roma para su Jubileo, los dejan pasar por una fila especia. Todos deben sortear, de todos modos, controles de seguridad como los de un aeropuerto, con detectores de metales.

Se oyen cantos y se ven personas con ramos de flores para dejar sobre el sepulcro, que impacta por su simplicidad y sencillez.

Miles de personas en el Vaticano
Miles de personas en el Vaticano – Créditos: @DAMIEN MEYER

El papa Francisco fue quien se encargó de diseñarlo, para que reflejara lo que fue su papado marcado por justamente por gestos de humildad y austeridad y su predilección por los pobres: eligió el mármol blanco proveniente de Liguria, la tierra de sus abuelos, una única inscripción, que dice Franciscus y que arriba estuviera la reproducción de su cruz pectoral plateada, con la imagen del buen pastor que carga sobre sus espaldas las ovejas.

Se cree que el hecho de que la tumba de Francisco se encuentre allí marcará una transformación para mejor, un “up-grade”, del barrio del Esquilino, no demasiado conocido. “Hará crecer toda la zona”, aseguró Francesco Rutelli, exalcalde de Roma y exministro de Cultura, que destacó que pocos saben que la Basílica tiene el campanario más alto de Roma, de 75 metros.

Fieles peregrinan a la tumba del papa Francisco
Fieles peregrinan a la tumba del papa Francisco – Créditos: @ANDREJ ISAKOVIC

El papa Francisco no es el primer Pontífice que no es enterrado en el Vaticano, donde descansan la mayoría de sus predecesores (147 de 266), pero sí es el primero en 122 años que tomó a decisión de salir del Vaticano. El último fue León XIII en 1903, que descansa en la Basílica de San Juan de Letrán.

La Basílica de Santa María la Mayor -donde están enterrados otros siete pontífices, el artista Gian Lorenzo Bernini y Paulina Bonaparte, hermana de Napoleón-, marca simbólicamente el inicio y el final del pontificado de Francisco.

Un cura da la eucaristía a los fieles
Un cura da la eucaristía a los fieles – Créditos: @ANDREJ ISAKOVIC

Al día siguiente de haber sido electo, el 13 de marzo de 2013, Jorge Bergoglio sorprendió al mundo al salir del Vaticano para ir a venerar la «Madonna Salus Populi Romani», el antiguo icono mariano de la Basílica, del que siempre fue devoto y que también solía ir a visitar siendo arzobispo de Buenos Aires cada vez que viajaba a Roma. Después de ir a dejarle un ramo de flores, ese mismo 14 de marzo el Papa volvió a sorprender a todos aún más al detenerse en el hotel para eclesiásticos de la Vía della Scrofa, donde solía quedarse, para pagar su cuenta.

Antes y después de cada viaje internacional el papa Francisco pasaba a saludar a su “Virgen” preferida, cosa que, ya estando muy enfermo, volvió a hacer el 23 de marzo, el día que le dieron el alta en el hospital Gemelli después de 38 días de internación en los que estuvo dos veces al borde de la muerte y que significaron el inicio de su fin.

Fieles se protegen como pueden del sol
Fieles se protegen como pueden del sol – Créditos: @DIMITAR DILKOFF

Y que volvió a visitar el sábado 12 de abril, en vísperas de la Semana Santa, cuando apareció sorpresivamente allí, con cánulas nasales puestas, junto a sus ángeles de la guarda, su enfermero Massimiliano Strappetti y el sacerdote argentino Juan Cruz Villalón, uno de sus secretarios privados.

Aunque pocos se lo imaginaban, amén de ir a rezarle por última vez a la Virgen Salus Populi Romani, cerca de la cual ahora descansa, había ido a controlar como estaba su tumba, contó el cardenal lituano, Rolandas Makrickas, arcipreste de la Basílica.

Turistas le sacan fotos a la tumba de Francisco
Turistas le sacan fotos a la tumba de Francisco – Créditos: @Alessandra Tarantino

Este presidió una oración de las vísperas que hubo por la tarde, después de que más de un centenar de cardenales rezaron ante la Virgen Salus Populi Romani y por primera vez le rindieron homenaje a la simple y austera tumba del papa Francisco. LA NACION, que estaba presente en ese momento, pudo ver que ellos también tuvieron que pasar bastante rápidamente por allí, sin privilegios, para que no se demorara la fila de fieles que rodeaba la Basílica, que ni siquiera mermó cuando empezó a llover. Y tampoco se detuvo en el momento de la plegaria, en la que se pidió “por el papa Francisco y para que el señor resuscitado lo reciba en su casa de luz y de paz”.

Debido al flujo, la Basílica, que de repente se ha vuelo el centro del mundo, donde todos quieren estar, quedó excepcionalmente abierta hasta las 22.

Entre las miles de personas que ingresaron a venerar la tumba del primer papa argentino, hubo, por supuesto, muchísimos compatriotas. “Estuve en la fila desde las 11.35 cuando llegué, hasta las 13.38, porque lo miré en el reloj, así que fueron dos horas… Y fue impresionante”, contó a LA NACION Anita, argentina que viajó desde Barcelona para no perderse este momento histórico. “Ayer fui al funeral, pero estaba a tres cuadras de la plaza de San Pedro y lo vi todo por pantalla gigante. Recién cuando terminó pude acceder a lo que es la Plaza. E igual fue impresionante, sin palabras”, añadió.

¿Qué significó para ella el papa Francisco? “La vida misma, un ejemplo de vida, un ejemplo de ser humano, un hombre bueno. Leí por ahí en las redes que era como la despedida del último hombre bueno… Que Dios permita que no sea el último hombre bueno y que todos tomemos su ejemplo, sobre todos los jóvenes”, contestó“. ”Roma está inundada de jóvenes -cerró- y esto es una fiesta, hay mucho sentimiento, mucha emoción y mucha felicidad”.

Yahoo Noticias lanacion.com